Ciudadanos, no s¨²bditos

Cuando uno va a hacer cualquier tr¨¢mite en la Administraci¨®n del Estado, se da cuenta de que parece que est¨¢ pidiendo un favor, en vez de exigir un derecho. He ah¨ª la verdadera carencia de la educaci¨®n para la ciudadan¨ªa, la de los administradores de una burocracia que se diferencia muy poco de la Espa?a predemocr¨¢tica.

Y esa carencia c¨ªvica la tienen desde los malos pol¨ªticos hasta los de las escalas inferiores de la Administraci¨®n (con excepciones, por supuesto); y hablamos de personas adultas, no de ni?os de la ESO... Y esa es la verdadera raz¨®n de que la nueva ley de Educaci¨®n elimine la asignatura Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa y deje en 2? de bachillerato como optativa la Historia de la Filosof¨ªa. Parafraseando la po¨¦tica del fil¨®sofo: la poes¨ªa tiene m¨¢s de verdad cient¨ªfica que la historia, porque la historia la cuentan los historiadores como ¡°creen¡± que sucedieron las cosas, mientras que la poes¨ªa o creaci¨®n art¨ªstica en general trata m¨¢s bien de ¡°c¨®mo deber¨ªan ser¡± seg¨²n criterios de una buena ¨¦tica, est¨¦tica y, al fin y al cabo, una buena filosof¨ªa y ciencia para la felicidad del ser humano.

Ya s¨¦ que algunos dir¨¢n que un fil¨®sofo de hace 2.500 a?os no tiene nada que ver con el siglo XXI, bueno, que se lo pregunten entonces a los te¨®logos del Vaticano.¡ª Francisco Gin¨¦s Mart¨ªnez L¨®pez.?