Vicisitudes y fracasos de la no intervenci¨®n
Las potencias se comportan en Siria como en las guerras de Espa?a o Bosnia
?Qu¨¦ tienen en com¨²n la Espa?a de 1936-39, Bsnia entre 1992-95 y Siria de 2011 hasta el d¨ªa de hoy? En el primer caso la Guerra Civil dur¨® 34 meses; el conflicto ¨¦tnico y nacionalista balc¨¢nico 41 y el que devasta a Siria suma ya 26.
En Espa?a la lucha fratricida repercuti¨® en el tablero de ajedrez pol¨ªtico de las grandes potencias europeas en el decenio convulso de los a?os 30 del siglo que dejamos atr¨¢s: la Alemania nazi y la Italia fascista apoyaron sin tapujos a los militares alzados; la Uni¨®n Sovi¨¦tica, de forma m¨¢s discreta, a los republicanos; Francia y, sobre todo, Gran Breta?a preconizaban el embargo de armas a los dos bandos, embargo que solo afectaba en la pr¨¢ctica al Gobierno legal, y aplicaron una pol¨ªtica de no intervenci¨®n que, como en el asedio de Sarajevo m¨¢s tarde, era una forma hip¨®crita pero brutal de intervenci¨®n. Su ceguera moral y mezquinos c¨¢lculos estrat¨¦gicos ¨Capaciguar a Hitler despu¨¦s de la vergonzosa capitulaci¨®n de M¨²nich y la entrega en bandeja de Checoslovaquia- se revelaron tan in¨²tiles como desastrosas: seis meses despu¨¦s de la victoria de Franco estallaba la II Guerra Mundial y en junio de 1940 los alemanes entraban en Par¨ªs.
En Bosnia, tras la implosi¨®n de la Federaci¨®n Yugoslava, los ultranacionalistas serbios contaban con las simpat¨ªas de Rusia y la complicidad encubierta de Mitterrand y Lord Owen que, a trav¨¦s de Unprofor (la Fuerza de Interposici¨®n de Naciones Unidas) velaban por el supuesto ¡°equilibrio entre las partes¡±, tal y como pude verificar personalmente durante el b¨¢rbaro asedio a Sarajevo, y all¨ª tambi¨¦n el embargo de armas castigaba a las v¨ªctimas. El ¡°defi¨¦ndanos o dejen que nos defendamos, no nos pueden negar las dos cosas a un tiempo¡± con el que el presidente bosnio Izetbegovi? increpaba a la ONU, reproduc¨ªa casi textualmente el llamamiento del ministro de Asuntos Exteriores de la Rep¨²blica d¨¦cadas ante en el foro de la Sociedad de Naciones en Ginebra. Aunque en Bosnia no actuaron unas Brigadas Internaciones en defensa del gobierno legal, acudieron a ella individualmente centenares de voluntarios de todo el ¨¢mbito del Islam para defender a sus correligionarios. Enfrentados a la infamia de la limpieza ¨¦tnica, muchos de ellos se radicalizaron como despu¨¦s en Chechenia y se convirtieron en combatientes de otra Internacional: la del actual yihaidismo.
El juego de ajedrez de la guerra civil Siria es m¨¢s complejo que el de la espa?ola y balc¨¢nica y amenaza con incendiar todo Oriente Pr¨®ximo
El juego de ajedrez de la guerra civil Siria es m¨¢s complejo que el de la espa?ola y balc¨¢nica y amenaza con incendiar todo Oriente Pr¨®ximo. Lo que empez¨® como una r¨¦plica local del terremoto de la primavera ¨¢rabe en marzo de 2011 se ha trasformado al albur del tiempo en una lucha sectaria que, como ha visto muy bien Thomas L. Friedman en The Internationl Herald Tribune, est¨¢ conduciendo a un enfrentamiento similar al de la Guerra de los 30 A?os entre cat¨®licos y protestantes en la Europa del siglo XVII. Bachar al Asad tiene el sost¨¦n incondicional de Rusia y el de los gobiernos de Teher¨¢n, Bagdad y del Hizbol¨¢ liban¨¦s. Los insurgentes, los de Turqu¨ªa, Arabia Saud¨ª y Catar, aunque su ayuda sea m¨¢s econ¨®mica y log¨ªstica que militar en raz¨®n del embargo de armas te¨®ricamente impuesto por Naciones Unidas. Como en Espa?a y Bosnia, ambos contendientes cuentan con voluntarios extranjeros: chi¨ªes procedentes de L¨ªbano, Ir¨¢n e Iraq que tratan de apuntalar el poder tambaleantes del dictador y yihaidistas aglutinados en el Frente al Nosra que acaba de incorporarse a Al Qaeda y combaten junto a los rebeldes del Ej¨¦rcito Libre de Siria.
Reci¨¦n salido del barrizal en el que se enfang¨® tras la ilegitima y chapucera invasi¨®n de Iraq por su antecesor, y mientras lleva a cabo la retirada gradual de sus tropas de Afganist¨¢n, Obama no tiene el menor inter¨¦s en implicarse directamente en el conflicto y abrir un nuevo frente. Sabe que el Irak que pretendi¨® democratizar Bush se hundi¨® en el caos y la violencia sectaria, y que a la tiran¨ªa de Sadam ha sucedido un Estado fallido en el que una mayor¨ªa chi¨ª y la minor¨ªa sun¨ª se combaten con milicias radicales contrapuestas, y ante el temor de que ello se repita en Siria tras la ca¨ªda de al Asad, no mueve ficha.
Los p¨ªos deseos de Francia y Gran Breta?a y del grupo de los llamados amigos de Siria, pesan muy poco en la balanza del actual orden mundial y el veto de Rusia y China a toda resoluci¨®n del Consejo de Seguridad que autorice una intervenci¨®n militar contra su aliado sirio paraliza cualquier posibilidad de ayuda a quienes luchan y mueren por una sociedad democr¨¢tica y digna como la que reclamaban pac¨ªficamente los manifestantes de Dera¨¢ y Damasco en marzo de 2011. El ej¨¦rcito de Bashar al Asad dispone, como el franquista y los ultranacionalistas serbios, de una aplastante superioridad en armamento que emplea despiadadamente contra su propio pueblo aunque sin lograr por ello controlar las zonas en manos de los que le combaten.
Obama no tiene el menor inter¨¦s en implicarse directamente en el conflicto sirio y abrir un nuevo frente
El odio engendrado por esas matanzas y los atropellos de los shahidas al servicio del r¨¦gimen acrecienta el temor de los alau¨ªes y las otras minor¨ªas religiosas a una venganza de los extremistas sunn¨ªes el d¨ªa en que caiga la actual dinast¨ªa republicana reinante. Si las posibilidades de una guerra de mediana intensidad entre las dos ramas principales del islam se verifican y desbordan en los pa¨ªses vecinos, incluida Jordania y la Pen¨ªnsula Ar¨¢biga, am¨¦n de la amenaza nuclear iran¨ª y la insensata y cruel colonizaci¨®n israel¨ª de los Territorios palestinos, ?Cu¨¢nto tiempo transcurrir¨¢ hasta que se imponga la raz¨®n a las creencias y se establezca una paz similar a la de Westfalia?
El martirio cotidiano del pueblo sirio no deber¨ªa permitir que la comunidad internacional permanezca con los brazos cruzados. ¡°Reparemos en la pobre idea que dan de s¨ª mismas esas democracias que fueron un d¨ªa orgullo del mundo ¨Cescrib¨ªa Antonio Machado en 1938 comentando el abandono de nuestra Rep¨²blica-; veamos cu¨¢nto sale o se guisa en sus canciller¨ªas, incapaces de invocar ning¨²n principio ideal, ninguna severa norma de justicia¡±. Las palabras del poeta cobran una sombr¨ªa actualidad en el sainete de las declaraciones contradictoras de los l¨ªderes occidentales y los eternos debates en el ya in¨²til y desacreditado Consejo de Seguridad. Como en el Madrid ¡°capital de la gloria¡± y el Sarajevo en ruinas, la historia se repite y la fuerza bruta se impone a la ¨¦tica y los derechos humanos te¨®ricamente defendidos por nuestras fr¨¢giles y asustadizas democracias.
Juan Goytisolo es escritor
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