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El Parlamento de Francia convirti¨® ayer a su pa¨ªs en el 14? del mundo que reconoce la misma protecci¨®n al matrimonio entre personas del mismo sexo que al celebrado entre heterosexuales, adem¨¢s del derecho a la adopci¨®n. Ese nuevo paso hacia la igualdad (¨¦galit¨¦! fue el grito coreado por los partidarios de la ley al anunciarse el resultado del voto) ha sido posible gracias a la firmeza del presidente de la Rep¨²blica, Fran?ois Hollande, y de la mayor¨ªa absoluta de la izquierda, que han mantenido su promesa electoral frente a una intensa campa?a de protesta desarrollada por medio de marchas y concentraciones. En las ¨²ltimas semanas no han faltado las agresiones contra homosexuales, de las que se han desmarcado los convocantes de la protesta.

Las acciones partieron de sectores cat¨®licos y de grupos juveniles de extrema derecha y arrastraron despu¨¦s a otras fuerzas. A nadie extra?¨® que el radical Frente Nacional se subiera a la ola, pero s¨ª el vigor con que lo ha hecho la principal fuerza de la derecha, la UMP, debilitada tras la retirada de Nicolas Sarkozy. Este partido se ha opuesto a la ley del matrimonio homosexual en el Parlamento, el lugar natural de la confrontaci¨®n pol¨ªtica, pero muchos militantes lo han hecho tambi¨¦n en las calles. Una decena de sus diputados participaron en la nutrida manifestaci¨®n del domingo pasado en Par¨ªs ¡ªno as¨ª su actual l¨ªder, Jean-Fran?ois Cop¨¦¡ª, adem¨¢s de un parlamentario y otros cargos del Frente Nacional.

El movimiento tiene tintes de cruzada neorreaccionaria, tanto m¨¢s llamativa en cuanto que Francia es la democracia laica por excelencia y el pa¨ªs que rebasa ya un siglo de separaci¨®n entre Iglesia y Estado. Pero la ambici¨®n del movimiento contra las bodas gay va m¨¢s all¨¢ de ese asunto. Para el pr¨®ximo 26 de mayo se prepara otra gran manifestaci¨®n que pretende acentuar el desgaste del Gobierno de izquierdas, aprovech¨¢ndose de la fuerte ca¨ªda de popularidad de Hollande a causa de la crisis econ¨®mica, el aumento del paro y el descubrimiento de las cuentas opacas al fisco que ten¨ªa precisamente el ministro encargado de luchar contra el fraude tributario.

M¨¢s all¨¢ de la pol¨ªtica, la sociedad francesa har¨ªa bien en mirar hacia la espa?ola. Las bodas entre homosexuales han sido asumidas con tranquilidad, sin m¨¢s problema que la inseguridad en que vivieron las casi 22.500 parejas homosexuales casadas entre mediados de 2005, en que entr¨® en vigor la ley promovida por Rodr¨ªguez Zapatero, y finales de 2012, en que el Tribunal Constitucional rechaz¨® el recurso del PP contra la norma. La derecha francesa tambi¨¦n anuncia un recurso, pero el Constitucional de ese pa¨ªs solo tiene un mes de plazo para pronunciarse.

Hora es de que la religi¨®n y la pol¨ªtica reconozcan que la uni¨®n libre entre personas del mismo sexo no afecta a las dem¨¢s formas de familia; y que, en una democracia, las minor¨ªas tienen tantos derechos como las mayor¨ªas.