Ni?o del tiempo
Cielos parcialmente nubosos con posibilidad de chubascos
Debido a un desarreglo producido entre los conductos de mi o¨ªdo y mi olfato, empec¨¦ a o¨ªr por la nariz y a oler por las orejas, lo que me obligaba a adoptar posturas poco usuales para escuchar la tele u oler la sopa. Resultaba inc¨®modo, adem¨¢s de obligarme a dar explicaciones inveros¨ªmiles a todo el mundo. M¨¢s tarde, los sonidos que captaba con la nariz comenzaron a oler y los olores que captaba con las orejas comenzaron a sonar. Le¨ª en Internet que el culpable del s¨ªndrome sol¨ªa ser un peque?o tumor, f¨¢cil de extirpar y de car¨¢cter generalmente benigno, establecido en el l¨®bulo frontal del cerebro.
Acud¨ª al otorrino, en cuya sala de espera hab¨ªa un ni?o de no m¨¢s de tres a?os prediciendo al p¨²blico el tiempo de los pr¨®ximos d¨ªas. Trabajaba con la seriedad de un meteor¨®logo com¨²n, se?alando en un mapa imaginario las isobaras y las bajas presiones. Al notar mi asombro, la madre, sonriendo, me dijo al o¨ªdo, aunque yo lo escuch¨¦ por la nariz, que le hab¨ªa salido un ni?o del tiempo. La expresi¨®n ¡°ni?o del tiempo¡±, en las fosas nasales, son¨® muy amenazadora, como si hubiera dicho ginec¨®logo infantil o peque?o proct¨®logo.
El cr¨ªo ten¨ªa asma, de modo que a veces se deten¨ªa a respirar con un silbido angustioso que, al llegarme a trav¨¦s de las narices, sonaba en mi cabeza como si fuese m¨ªo. Era un silbido que ol¨ªa a cola cao y caramelo de eucalipto. Por decir algo, pregunt¨¦ a la madre por qu¨¦, siendo tan peque?o, no lo llevaba al pediatra y me dijo que porque era superdotado. Con esa l¨®gica, pens¨¦, pronto tendr¨ªa que llevarlo al geriatra. El ni?o del tiempo sac¨® entonces el ventol¨ªn del bolsillo, se lo aplic¨® en la garganta, como usted y yo nos aplicamos el desodorante en las axilas, y dijo aquello de ¡°cielos parcialmente nubosos con posibilidad de chubascos¡±. Pens¨¦ que fuera de la enfermedad no hay salvaci¨®n.
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