Instituciones y crecimiento econ¨®mico
El marco regulatorio espa?ol impide que las empresas puedan competir en mercados exigentes
La pregunta que se hacen los ciudadanos espa?oles de manera reiterada es c¨®mo salir de la crisis econ¨®mica que estamos viviendo y que se alarga dram¨¢ticamente en el tiempo; sin duda, este debe ser el primer gran reto de la pol¨ªtica econ¨®mica de nuestro pa¨ªs, y de cualquier partido pol¨ªtico con opciones de Gobierno.
El primer objetivo de los responsables pol¨ªticos debe ser el de estimular la actividad econ¨®mica y el empleo, y eso no es incompatible con la deseable y permanente ocupaci¨®n por la igualdad de oportunidades y la cohesi¨®n social. Y debe ser el crecimiento econ¨®mico nuestra prioridad por m¨²ltiples razones: en primer lugar, porque sin crecimiento es dif¨ªcil construir una sociedad pr¨®spera y justa, ya que la relaci¨®n contraria es inusual encontrarla en econom¨ªas abiertas; y en segundo lugar, porque es posible impulsar un crecimiento econ¨®mico integrador que permita avanzar en la contenci¨®n de las causas que explicar¨ªan las crecientes desigualdades de la renta en las econom¨ªas de los pa¨ªses m¨¢s pr¨®speros, obteniendo una distribuci¨®n de la renta ex ante (tambi¨¦n llamada predistribuci¨®n de la riqueza) que posibilitar¨ªa destinar menos recursos a la posterior redistribuci¨®n de la misma.
El an¨¢lisis econ¨®mico del comercio internacional pone el ¨¦nfasis en la competencia entre empresas y en el papel de los pa¨ªses a la hora de generar entornos productivos; evidentemente, esa competencia se puede desarrollar puramente en costes o a?adiendo conocimiento e innovaci¨®n a los bienes y servicios producidos; pero el marco institucional, y m¨¢s concretamente el cuadro regulatorio y las pol¨ªticas horizontales, se presenta como un elemento central a la hora de impulsar el crecimiento econ¨®mico y el nivel de bienestar de las sociedades; aunque ni ha existido ni existe un ¨²nico marco institucional que permita ganar competitividad.
La normativa fiscal, laboral y administrativa impide que las empresas espa?olas crezcan
Ahora bien, cada marco exitoso se caracteriza por su coherencia interna. Por ejemplo, Estados Unidos se caracteriza por el dinamismo: sus mayores empresas hoy son distintas a sus mayores empresas, no ya de un siglo atr¨¢s, sino de apenas tres d¨¦cadas. La base de su ¨¦xito es la capacidad de generar ideas radicalmente nuevas y de que estas puedan crecer. Este marco requiere mercados desregulados, financiaci¨®n no bancaria que comparta riesgos y universidades adaptadas a ese contexto. Alemania puede ser el ejemplo de otro marco en el que la innovaci¨®n est¨¢ ligada a la mejora de productos y procesos ya existentes, a empresas que sobreviven durante muchas d¨¦cadas en la ¨¦lite de sus respectivos sectores, a un sector financiero volcado hist¨®ricamente en la financiaci¨®n de la actividad exportadora, y ese modelo requiere otro marco institucional, con participaci¨®n de los trabajadores en la gesti¨®n y v¨ªnculos fuertes entre las empresas y el sistema formativo.
El problema de Espa?a tiene que ver con un marco regulatorio que impide que nuestras empresas puedan competir en mercados tremendamente exigentes; pongamos un ejemplo: con datos de Eurostat para 2009 y 2010, Espa?a tiene el mismo n¨²mero de empresas industriales que Alemania, cuando aqu¨ª el empleo del sector es un tercio del de all¨ª, sin embargo, el 90% de la brecha de productividad entre las empresas industriales alemanas y espa?olas se explica por sus diferencias de tama?o, en Alemania m¨¢s grandes que las espa?olas.
Conviene hacer notorio que la evidencia emp¨ªrica pone de manifiesto que existe una asociaci¨®n positiva entre tama?o empresarial, y una mayor incorporaci¨®n de innovaci¨®n y conocimiento a los procesos productivos, m¨¢s internacionalizaci¨®n, m¨¢s participaci¨®n de los trabajadores en las decisiones, as¨ª como el hecho de que las empresas m¨¢s grandes pagan salarios m¨¢s altos y emplean a trabajadores m¨¢s cualificados que las peque?as.
La normativa fiscal, laboral y administrativa en general impide que las empresas espa?olas crezcan. En definitiva, el marco regulatorio est¨¢ dificultando que nuestras empresas ganen tama?o. El dise?o institucional genera ventajas para las que no superan cierto umbral, lo que distorsiona la distribuci¨®n de tama?os.
Se puede argumentar, con raz¨®n, que las grandes tienen otra serie de ventajas, pero ah¨ª habr¨ªa que distinguir claramente entre ventajas naturales y artificiales. Si una empresa mayor es m¨¢s eficiente y esa mejora repercute en el conjunto de la sociedad, la protecci¨®n de las peque?as de forma permanente impide al conjunto de la sociedad beneficiarse de esa eficiencia; por el contrario, si la empresa grande obtiene sus ventajas de su cercan¨ªa al poder o de su capacidad para enfrentarse a una Administraci¨®n engorrosa, la soluci¨®n no es proteger al peque?o, sino exigir la igualdad de oportunidades.
Los incumplimientos y
errores de Rajoy
agravan las deficiencias institucionales
El fraude y la elusi¨®n fiscal en Espa?a son un buen ejemplo de distorsiones que impulsan la dualidad empresarial: las grandes empresas se benefician de una fiscalidad a la carta tanto dentro como desviando beneficios a otros pa¨ªses, mientras que algunas peque?as defraudan, con el consiguiente efecto sobre su propio tama?o y el de las rivales. Porque la complementariedad estrat¨¦gica es fundamental a la hora de analizar las decisiones empresariales: si las buenas no crecen, permiten que otras no lo hagan o que sobrevivan empresas ineficientes y que el proceso de selecci¨®n natural no haga su trabajo; los efectos se multiplican en tanto que la falta de presi¨®n competitiva no obliga a adoptar la mejor de las estrategias simplemente para sobrevivir.
La lentitud y el coste de la justicia son otros elementos que genera dualidad: ventaja artificial para las grandes que controlan el sistema y para las peque?as que lo eluden, y muchas dificultades para el crecimiento de las mejores empresas, que deber¨ªan llevar con ellas el del conjunto del pa¨ªs.
Los problemas de nuestro marco institucional no terminan ah¨ª: la acuciante falta de financiaci¨®n actual agrava el problema de crecimiento y progresi¨®n de nuestras empresas, y eso tambi¨¦n tiene que ver, entre otras razones, con las deficiencias de nuestro marco institucional, empeorado por los incumplimientos y lamentables errores institucionales de Rajoy. La pol¨ªtica de nombramientos que ha hecho m¨¢s partidista lo que intentaba no serlo, desde TVE hasta la CNMV, la utilizaci¨®n de la propia Agencia Tributaria, la forma de aplazar por motivos electorales decisiones y hasta presupuestos, la amnist¨ªa fiscal, el maquillaje del d¨¦ficit p¨²blico, la absurda propuesta de reforma de organismos reguladores de competencia, la forma de gestionar la crisis de Bankia o la corrupci¨®n y un largo etc¨¦tera nos muestran una trayectoria que se refleja d¨ªa a d¨ªa en la desconfianza para invertir, no ya en deuda p¨²blica, sino en empresas espa?olas.
Una Administraci¨®n eficiente, transparente y ¨¢gil; ¨®rganos reguladores independientes formados por personas de reconocido prestigio que posibiliten una verdadera competencia en los mercados de bienes y servicios; una estructura administrativa clara, sin solapamientos, eliminando niveles de la Administraci¨®n que supongan duplicidades; una justicia previsible y r¨¢pida; una legislaci¨®n que incentive las fusiones, la cooperaci¨®n empresarial y la dimensi¨®n; una fiscalidad que estimule la participaci¨®n de los trabajadores en las decisiones de la empresa; una pol¨ªtica que apoye m¨¢s la sofisticaci¨®n del producto que a los sectores; una sociedad en su conjunto que incentive que cada uno desarrolle sus virtudes y mejore lo que sabe hacer en lugar de incentivar a las empresas a dedicar sus mejores esfuerzos a capturar rentas y favores, es el mejor camino para lograr crecimiento econ¨®mico en Espa?a.
En definitiva, la regeneraci¨®n del marco institucional espa?ol constituye un elemento clave para salir de la crisis y sentar las bases de un crecimiento basado en la calidad y la sofisticaci¨®n de lo producido, y que a la vez sea compartido.
Pedro Saura es portavoz de Hacienda del Grupo Socialista y profesor titular de Fundamentos del An¨¢lisis Econ¨®mico.
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