IBB, un general retirado obsesionado por su pasado
Por Chido Onumah
Ibrahim Badamasi Babangida, tambi¨¦n conocido como IBB, debe ser un hombre profundamente perturbado, un general retirado obsesionado por su pasado. Porque si no, no hay otra manera de explicar sus intentos constantes de entrometerse en los asuntos nacionales despu¨¦s de gobernar el pa¨ªs durante ocho vergonzosos a?os. A pesar de que nuestra historia no puede soportar su enga?o, el antiguo presidente militar nunca pierde la ocasi¨®n de demostrar su importancia. Ahora, la oportunidad se la ha brindado All Progressives Congress, APC (Congreso de todos los Progresistas), la reciente coalici¨®n de la mayor¨ªa de los grupos pol¨ªticos de la oposici¨®n.
Foto de Dominique Faget / AFP
Hace pocas semanas, un peri¨®dico titulaba as¨ª la noticia: ¡°IBB aprueba la uni¨®n de los partidos pol¨ªticos e insiste en un sistema bipartidista¡±. Parece que esta informaci¨®n ha pasado inadvertida para la multitud de comentaristas y adictos a las noticias de Nigeria. Era de esperar. No conozco a nadie ah¨ª fuera que no est¨¦ aburrido de Badamasi Babangida y de las cosas que dice sobre la pol¨ªtica y sobre la situaci¨®n social de nuestro pa¨ªs. Para ¨¦l la cuesti¨®n de la uni¨®n pol¨ªtica representa la reivindicaci¨®n de una filosof¨ªa bipartidista que seg¨²n ¨¦l ¡°es la mejor opci¨®n pol¨ªtica para Nigeria¡±.
¡°Cuando present¨¦ el sistema bipartidista, la gente me dec¨ªa que soy un militar y ahora ya han visto por qu¨¦ eleg¨ª el sistema bipartidista. Estoy muy contento con la aparici¨®n del APC. Creo que hay que dar la bienvenida a este tipo de iniciativas pol¨ªticas¡±, afirm¨®. El autoproclamado genio malvado ha continuado desde entonces desarrollando su teor¨ªa. A pesar de haber sido miembro fundador del Partido Democr¨¢tico Popular (PDP), Babangida afirm¨® que aun no hab¨ªa decidido qu¨¦ partido pol¨ªtico votar¨ªa en las elecciones de 2015 pero que se inclinaba por votar a All Progressives Congress. Y afirm¨® vanaglori¨¢ndose: ¡°Tengo mucho tiempo para pensar y me da la impresi¨®n de que estar¨¢n nerviosos por venir a verme¡±.
¡°Soy un firme defensor del sistema bipartidista. Analic¨¦ adem¨¢s la aparici¨®n de los partidos pol¨ªticos en este pa¨ªs inmediatamente despu¨¦s de la independencia y parece que Nigeria tomar¨¢ un rumbo hacia dicho sistema¡±, afirm¨® en su conocido tono adulador. ¡°Cuando en 1989 habl¨¢bamos de todo esto, algunos de ustedes escribieron en los medios de comunicaci¨®n que no iba a haber un partido cristiano ni un partido musulm¨¢n, despu¨¦s tambi¨¦n dijeron que iba a haber un partido del norte y otro del sur, algo que no funcion¨® y que todos se mezclaban. El presidente del NRC era Tom Ikimi, el presidente del SDP era Kingibe y todo el mundo estaba en un bando o en el otro; solamente era una cuesti¨®n de adaptaci¨®n¡±. Si le resulta complicado entender estas estupideces, no es usted el ¨²nico. Badamasi finalmente nos record¨® que como nigeriano ten¨ªa ¡°el derecho de votar al candidato de su elecci¨®n¡±, olvid¨¢ndose de que en las elecciones del 12 de junio de 1993 no permiti¨® a millones de nigerianos ejercer libremente su voto.
Cuando se le pregunt¨® por qu¨¦ orquest¨® en 1999 el regreso de Obasanjo a la jefatura de Nigeria, Badamasi declar¨®: ¡°El motivo de la vuelta de Obasanjo fue la necesidad de salvar a Nigeria de una crisis inminente¡±. Seg¨²n ¨¦l,¡±tenemos que simplificar muchas cosas sin necesidad de volver a lo que sucedi¨® antes. La llegada de Obasanjo se produjo por la grave situaci¨®n de crisis que atravesaba el pa¨ªs. Ten¨ªamos que encontrar una soluci¨®n a nuestros problemas as¨ª que necesit¨¢bamos un l¨ªder pol¨ªtico conocido en el pa¨ªs. No quer¨ªamos imponer a alguien que no fuera conocido. Buscamos por tanto un hombre que ya hab¨ªa participado en las cuestiones de estado, que hab¨ªa ocupado cargos de responsabilidad bien en el ej¨¦rcito o en el gobierno y que confiaba con certeza en Nigeria. Los que hemos servido en las fuerzas armadas confiamos en algo que nadie nos puede quitar. Creemos en este pa¨ªs porque eso es lo que nos han ense?ado. Hemos luchado por este pa¨ªs, as¨ª que cuando se presenta una situaci¨®n dif¨ªcil, se necesita un l¨ªder que tenga las cualidades necesarias y, francamente, enseguida pens¨¦ en ¨¦l¡±.
Lo que Badamasi ocult¨® fue el papel que jug¨® en esa crisis que trajo consigo la imposici¨®n de Obasanjo a los nigerianos. Me parece importante que nosotros, los ciudadanos, desmontemos la figura de IBB porque somos fundamentales para comprender su reciente y sospechosa afici¨®n por la democracia y las leyes. A los que son demasiado j¨®venes y a los que oportunamente lo han olvidado, me gustar¨ªa recordarles que ¨¦l fue el presidente militar de Nigeria desde el 27 de agosto de 1985 hasta el 27 de agosto de 1993. En aquel momento, Badamasi asegur¨® haber derrocado a Buhari por abusar del poder en detrimento de los intereses nacionales a pesar de que ¨¦l mismo hab¨ªa formado parte en gran medida del r¨¦gimen como Jefe de Estado Mayor del Ej¨¦rcito de Tierra.
Inmediatamente despu¨¦s del golpe de estado, IBB estableci¨® una serie de medidas como la derogaci¨®n del Decreto 4, la ley contra la libertad de expresi¨®n del r¨¦gimen de Buhari. Puso en libertad a los dos periodistas que hab¨ªan sido encarcelados por el gobierno anterior. Tambi¨¦n salieron de la c¨¢rcel pol¨ªticos de la Segunda Rep¨²blica arrestados por su antecesor. Insist¨ªa en que le llamaran presidente. Su deseo le fue concedido. Puso en marcha un programa de transici¨®n para devolver el pa¨ªs a los civiles. Pero empezaron las dificultades con los medios de comunicaci¨®n y con los nigerianos en general. Ocho a?os despu¨¦s el periodista Dele Giwa muri¨® cuando recibi¨® un paquete bomba. Decenas de oficiales del ej¨¦rcito fueron ejecutados. Cientos de activistas en contra del SAP y a favor de la democracia fueron asesinados. Las elecciones presidenciales fueron anuladas. El pa¨ªs qued¨® debilitado y dividido como nunca antes se hab¨ªa visto.
Durante la transici¨®n IBB adquiri¨® mala reputaci¨®n. Fue una de las transiciones pol¨ªticas m¨¢s largas, m¨¢s caras (despilfarr¨® 40 mil millones de nairas en aquella ¨¦poca, 200 millones de euros aproximadamente) y sin duda la m¨¢s complicada que el mundo haya presenciado. Para empezar, cre¨® un Consejo de Gobierno formado por las mentes m¨¢s brillantes del pa¨ªs. El consejo present¨® un documento que Badamasi tir¨® al cubo de la basura. Luego, se dispuso a hacer las cosas seg¨²n su propio estilo bas¨¢ndose en sus originales ideas de un sistema bipartidista.
As¨ª pues, anunci¨® la creaci¨®n de dos formaciones pol¨ªticas, el Partido Socialdem¨®crata (SDP) y la Convenci¨®n Nacional Republicana (NRC) que ocupar¨ªan respectivamente la ¡°izquierda¡± y la ¡°derecha¡± del espectro pol¨ªtico. Construy¨® dos edificios para albergar las secretar¨ªas de los dos partidos, dos secretar¨ªas en cada estado y otras dos en cada uno de los gobiernos locales. Despu¨¦s de apartar a los que llamaba ¡°pol¨ªticos de la vieja escuela¡±, continu¨® entonces nombrando a su antojo a los pol¨ªticos de cada partido. Era una buena estrategia, solo que esa no era la intenci¨®n.
Hoy d¨ªa, aquellos edificios que los nigerianos ¡°inteligentes¡± a¨²n no han ocupado, son el hogar de todo tipo de roedores y de los ¡°chicos de la calle¡±.
Mis argumentos explican en gran medida lo que hizo IBB cuando tuvo una oportunidad ¨²nica para enderezar el pa¨ªs. El momento m¨¢s cr¨ªtico de la transici¨®n de Badamasi fue el 12 de junio de 1993, d¨ªa en el que se celebraron las elecciones presidenciales que gan¨® Moshood Abiola, posteriormente asesinado mientras estaba en prisi¨®n. Pocos d¨ªas despu¨¦s, el 23 de junio, Badamasi anunci¨®, por medio de sus secuaces, la anulaci¨®n de dichas elecciones. El 27 de agosto de 1993, exactamente ocho a?os despu¨¦s del golpe de estado, Badamasi ¡°se apart¨® de la pol¨ªtica¡± dejando el poder en manos de su malvado ¨¢lter ego Sani Abacha. El resto, como se dice, ya es historia. El 12 de junio de este a?o se?ala el veinte aniversario del diab¨®lico y fracasado intento de IBB de crear un sistema bipartidista.
El pa¨ªs ha vuelto al punto de partida. Los restos de aquella ¨¦poca infame, incluyendo a David Mark, actual presidente del Senado de la Rep¨²blica Federal, son los que mandan en el supuesto orden democr¨¢tico de Nigeria.
Las recientes declaraciones de Badamasi son un triste recordatorio del verdadero car¨¢cter de los nigerianos, de un estado construido sobre un sentimiento de ser merecedores de algo mejor. Dos d¨¦cadas despu¨¦s de la anulaci¨®n de la voluntad soberana del pueblo de Nigeria, Badamasi y su s¨¦quito, con todo el cinismo del mundo, nos dicen que lo hicieron para salvarnos de nosotros mismos. Ese sentimiento de merecer algo que lleva a Ibrahim Badamasi y otras personas de su estilo a creer que tienen el derecho divino de dirigirnos o decidir qui¨¦n debe hacerlo es nuestra gran desgracia como naci¨®n. Badamasi, con su infinita sabidur¨ªa, eligi¨® personalmente a Obasanjo sin importarle lo que sent¨ªan o pensaban la mayor¨ªa de los nigerianos. Despu¨¦s de ocho a?os ruinosos, Obasanjo opt¨® por Umaru Yar¡¯Adua como sucesor suyo. Hoy d¨ªa, seguimos igual, con esas rarezas que nunca esper¨¢bamos.
Los pecados de Ibrahim Badamasi son numerosos. Tal vez sea poco caritativo responsabilizar a una persona de los problemas de una naci¨®n. Pero ¨¦l m¨¢s que nadie deber¨ªa en gran parte sentirse culpable de la actual crisis por la que atraviesa el pa¨ªs. Alguien deber¨ªa hacer el favor de decirle que no se trata de que la formaci¨®n All Progressives Congress sirva para que Nigeria funcione con un sistema bipartidista. Sino que nuestra necesidad es mucho mayor. Pero Ibrahim Badamasi Babangida no lo entiende y probablemente nunca lo entender¨¢.
Traducci¨®n de Virginia Solans
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