Caballos de Troya contra la libre informaci¨®n
Ataques constantes amenazan la libertad de prensa, sin la cual no hay democracia posible
Yirgalem Fisseha es una joven periodista eritrea, una de las poqu¨ªsimas del pa¨ªs, especializada en cr¨ªtica de arte. Un d¨ªa de febrero de 2009, fuerzas gubernamentales entraron al asalto en Radio Bana, en Asmara, se llevaron a todos los periodistas y les encerraron en una prisi¨®n militar. Algunos fueron liberados al cabo de d¨ªas o meses, pero Yirgalem Fisseha sigue en la c¨¢rcel. No ha tenido acusaci¨®n formal, ni juicio. Ha pasado gran parte de estos cuatro a?os incomunicada y sometida a dur¨ªsimas condiciones de subsistencia. No le permiten ver a la familia ni recibir visitas. Tiene graves problemas de salud. ?Su delito? Informar.
Es solo una pincelada, un caso de los m¨¢s de 300 periodistas y blogueros encarcelados en el mundo por hacer su trabajo. Por no hablar de los 90 periodistas y 48 internautas asesinados en 2012, el m¨¢s terror¨ªfico de los ¨²ltimos 17 a?os. A los que hay que a?adir docenas de exiliados, secuestrados, heridos o torturados, y medios de comunicaci¨®n atacados con bombas u obligados a cerrar por Gobiernos abusivos.
Es un relato poco agradable, s¨ª, pero en el D¨ªa Mundial de la Libertad de Prensa conviene recordar que m¨¢s all¨¢ de las penurias econ¨®micas, los ERE y cierres de peri¨®dicos, los bajos salarios y la falta de empleo que acorralan a los periodistas en nuestro pa¨ªs, existe una libertad de prensa por la que muchos colegas se juegan la vida. No niego la importancia de un periodismo profesional riguroso, honesto y de calidad, y en el que la pluralidad de medios es esencial para que los ciudadanos est¨¦n bien informados y puedan ejercer la cr¨ªtica de los poderes. Pero acostumbrados a mirarnos el ombligo solemos olvidarnos de situaciones por las que pasan la mayor¨ªa de los informadores en el mundo. Preferimos ignorarlas o considerarlas propias de pa¨ªses autoritarios. Craso error. Las amenazas a la libertad de informaci¨®n van en aumento y no solo en los pa¨ªses totalitarios.
Si nos acercamos a la nube de Internet, en teor¨ªa ese gran territorio global y libre para todos, ?cu¨¢ntos usuarios saben que uno de cada cuatro internautas no tiene acceso a un Internet libre, y que unos 60 pa¨ªses han establecido controles o censuras en la Red? Y no se trata ya de la censura directa ¡ªde esas 138 palabras que tiene prohibidas Turqu¨ªa, entre ellas falda, cu?ada, embarazada, libre¡ª, de ralentizar la banda o del expeditivo apag¨®n directo, sino de t¨¦cnicas mucho m¨¢s sofisticadas.
Dan miedo las posibilidades del 'software esp¨ªa' que grandes empresas venden a pa¨ªses totalitarios
Hay grandes empresas de telecomunicaci¨®n que, de acuerdo con los Gobiernos de determinados pa¨ªses, se han convertido en los nuevos polic¨ªas de la Red. Y a petici¨®n de estos establecen filtros locales o ¡°censuras geolocalizadas¡± y redireccionan p¨¢ginas web para evitar informaciones ¡°ofensivas¡±. Da verdadero miedo ver las posibilidades del ¡°software esp¨ªa¡± que cinco grandes empresas, Amesys, Blue Coat, Gamma, Hacking Team y Trovicor, con sede en pa¨ªses democr¨¢ticos, y a las que Reporteros Sin Fronteras ha calificado de ¡°mercenarios de la era digital¡±, venden a pa¨ªses totalitarios. Un software que sirve para encarcelar y torturar a periodistas y blogueros en Siria, China, Ir¨¢n, Bahr¨¦in o Vietnam, considerados por esta organizaci¨®n ¡°Estados enemigos de Internet¡±.
Escuchas de conversaciones a trav¨¦s del Skype, lectura de chats y correos electr¨®nicos cifrados, encendido a distancia de la webcam o micr¨®fono del ordenador, acceso a los archivos cifrados del disco duro, recuperaci¨®n de contrase?as¡ Y ¡°caballos de Troya¡± capaces de romper los encriptados e infectar todo tipo de ordenadores, son muestras de un espionaje digital que ponen los pelos de punta a todo el que no pertenezca a alg¨²n servicio secreto de inteligencia...
Por si fuera poco, en los pa¨ªses democr¨¢ticos aumentan las leyes que al socaire de la lucha antiterrorista en Internet, la pedofilia o la pirater¨ªa, permiten una amplia vigilancia sin mandato judicial y corren el riesgo de convertirse en leyes represivas para la informaci¨®n. Estados Unidos, Gran Breta?a, Holanda, Rusia o Canad¨¢ han aprobado leyes en este sentido.
Pero saliendo de la nube y volviendo a pisar tierra firme, en Espa?a, donde el jefe del Gobierno ha inaugurado un nuevo tipo de periodismo, ¡°el plasm¨¢tico¡±, que solo puede incitar a la risa, si no fuera porque supone un paso adelante en la funesta costumbre de las ruedas de prensa sin preguntas, resulta bochornoso ver c¨®mo pol¨ªticos, responsables de medios y periodistas contin¨²an prest¨¢ndose a este simulacro de informaci¨®n. ?A qu¨¦ esperan los responsables de los medios para anunciar que el suyo no se someter¨¢ a ese atentado contra la libertad de prensa?, ?a qu¨¦ aguardamos los periodistas para negarnos a asistir a tales esperpentos informativos?
La libertad de prensa est¨¢, por desgracia, bastante machacada y no se soluciona con recordarlo un d¨ªa al a?o. Hace falta que esa libertad est¨¦ presente todos los d¨ªas del a?o en nuestra realidad y que la amenaza de su p¨¦rdida sea lo suficientemente grave para que nos obligue a todos a no bajar la guardia. Porque sin libertad de informaci¨®n no hay democracia posible.
Mal¨¦n Azn¨¢rez es presidenta de Reporteros Sin Fronteras-Espa?a.
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