Clamor por el pacto
Crece el apoyo p¨²blico y empresarial a la firma de acuerdos pol¨ªticos para combatir la recesi¨®n
La marea de manifestantes en las movilizaciones de ayer con motivo del Primero de Mayo ¡ªcientos de miles de personas salieron a la calle en m¨¢s de 80 actos p¨²blicos¡ª sugiere que hay una demanda de la sociedad al Gobierno para que suscriba un pacto con los partidos y los agentes sociales encaminado a corregir el rumbo de la econom¨ªa. Con antelaci¨®n a las movilizaciones del d¨ªa del trabajo, los empresarios del Instituto de Empresa Familiar (IEF) ya hab¨ªan reclamado un gran pacto de Estado contra la crisis; no son pocos los grandes empresarios que lo han sugerido, y el primer partido de la oposici¨®n, el PSOE, ha propuesto al Gobierno acuerdos sobre aspectos econ¨®micos parciales para facilitar la reducci¨®n del paro y estimular el crecimiento. El clamor por el pacto es la gran diferencia del 1 de mayo de 2013 con la misma fecha de a?os anteriores.
La presi¨®n de la sociedad empuja hacia una pol¨ªtica de acuerdos que ayude al Gobierno a tomar medidas correctas; porque la pol¨ªtica econ¨®mica, si se limita a la aceptaci¨®n de los programas de ajustes inspirados desde Bruselas, puede considerarse agotada. Casi todo conspira a favor de acuerdos pol¨ªticos y sociales; tambi¨¦n los favorecen el nuevo rumbo de la estrategia econ¨®mica europea, recelosa de los enormes costes que provoca una pol¨ªtica de control a ultranza del d¨¦ficit, y la aparici¨®n de nuevos actores pol¨ªticos, como el primer ministro italiano Enrico Letta, un nuevo aliento para las pol¨ªticas menos estrictas y m¨¢s inclinadas a crear empleo. ¡°Hay que mostrar la misma determinaci¨®n por el crecimiento que por la consolidaci¨®n fiscal¡±, dijo ayer tras su entrevista con Fran?ois Hollande.
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M¨¢s que un gran acuerdo contra la crisis, que limitar¨ªa la capacidad de gesti¨®n y de cr¨ªtica pol¨ªtica y ser¨ªa de dif¨ªcil organizaci¨®n, la econom¨ªa necesita al menos de dos grandes pactos espec¨ªficos: sobre la reforma del sistema de pensiones y sobre la creaci¨®n de empleo. Cada uno deber¨ªa comprometer a los firmantes en el respaldo de las pol¨ªticas aprobadas en com¨²n, por m¨¢s costosas en t¨¦rminos pol¨ªticos que resulten. El Pacto por el Empleo deber¨ªa se?alar qu¨¦ margen existe para invertir en est¨ªmulos econ¨®micos; y si no hay, reclamar inversi¨®n p¨²blica en Bruselas para orquestar un tratamiento de choque en favor del empleo juvenil.
Hay que ser realistas. La disposici¨®n al pacto de los partidos de la oposici¨®n no rebasa en estos momentos el nivel de declaraci¨®n protocolaria y el Gobierno entiende cualquier acuerdo como un asentimiento acr¨ªtico a sus decisiones. Pero eso no es lo que pide la ciudadan¨ªa ni lo que reclaman los empresarios, inquietos ya por el crecimiento atroz del paro, las p¨¦simas perspectivas a medio plazo y la convicci¨®n creciente de que con solo el ajuste p¨²blico no hay recuperaci¨®n. En pocas ocasiones la sociedad ha pedido con tanta intensidad un acuerdo pol¨ªtico contra la crisis; en cambio, ha sido m¨¢s frecuente que, como ahora, la clase pol¨ªtica haya hecho o¨ªdos sordos a la petici¨®n.
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