La gente no sale

Es urgente que todo peri¨®dico inaugure una secci¨®n dedicada a los Maestros del Humor. De esta manera, estableciendo un ranking en el que nuestros dirigentes pudieran concursar para decidir qui¨¦n hab¨ªa soltado la tonter¨ªa m¨¢s grande, los lectores nos sentir¨ªamos m¨¢s aliviados que al ver, como ahora, unos entrecomillados en primera plana que nos dejan con los ojos a cuadros. Bien es cierto que como UPyD no se apresure a racionarle el Twitter a Toni Cant¨®, de la misma forma que a los ni?os les med¨ªamos el tiempo con la play, lleva camino de colocarse en el n¨²mero uno del ranking todas las semanas, y no es plan. Hay que dejar sitio a los dem¨¢s, que tambi¨¦n tienen su gracia. Un ejemplo al buen tunt¨²n: el portavoz adjunto del Partido Popular en el Congreso, Rafael Hernando, ha dejado caer este Primero de Mayo (d¨ªa que lleva camino de ser de los no trabajadores) que la gente, la gente¡­ Voy a entrecomillarlo porque a m¨ª no me sale tan bien: ¡°La gente no sale a la calle porque sabe que el Gobierno hace lo que debe¡±. El se?or Hernando hace aqu¨ª una lectura subjetiva de lo que ¨¦l denomina una expresi¨®n colectiva de sensatez. Caramba, ?qu¨¦ es el humor sino subjetividad? ?Qu¨¦ es del humor espa?ol sin el absurdo? Hijo de Tono, de Mihura, de Poncela, el humorista Hernando ha asegurado que si no hay una revuelta popular en la calle es porque la gente, la gente¡­ la gente sabe que est¨¢ en buenas manos. A veces se impacienta, la gente, y eso es natural, siempre seg¨²n Hernando.

Si los ni?os espa?oles no se sienten desamparados es por el alto nivel de hero¨ªsmo an¨®nimo

Luego est¨¢n los antip¨¢ticos datos que vienen a aguar este gran Festival del Humor. Los datos que ha proporcionado Unicef, por ejemplo, y que ha recogido con esmero anglosaj¨®n el amigo William Chislett en varios art¨ªculos de los que se alimenta este m¨ªo, porque prefiero que me den las estad¨ªsticas masticadas. En el a?o 2000, en un estudio que reflejaba el bienestar infantil de 21 pa¨ªses occidentales (tomando el primer puesto como el pa¨ªs mejor situado) Espa?a se colocaba en el puesto 13. En 2011, la crisis espa?ola, que est¨¢ afectando con extrema dureza a los menos responsables y m¨¢s vulnerables, ha hecho que Espa?a se desplomara a un puesto 19. Holanda es el pa¨ªs en el que los ni?os disfrutan de m¨¢s bienestar, y Estados Unidos y Ruman¨ªa, los pa¨ªses en los que sufren con m¨¢s dureza la desprotecci¨®n del Estado. Son 760.000 hogares espa?oles aquellos en los que ni la madre ni el padre tienen trabajo, algo que suele acarrear una nefasta consecuencia: la retirada temprana de los ni?os de la escuela. El Estado, en contra de lo que algunos piensan, pone poco de su parte, o mucho menos de lo que hacen otros pa¨ªses europeos en los que la infancia y la maternidad cuentan con gran protecci¨®n.

Ya s¨¦ que habl¨¦ de este asunto en un art¨ªculo reciente, pero debo de estar comida ¡ªcomo se?ala Hernando¡ª por la impaciencia, y advierto que el tiempo pasa sin que el Gobierno tome las medidas excepcionales que precisa este desastre en concreto, aunque sepamos ya de alguna comunidad aut¨®noma que ha ofrecido desde los colegios comidas diarias y gratuitas para aquellas familias que no puedan pagar el comedor. En esta encuesta que aportaba datos objetivos sobre c¨®mo la crisis est¨¢ afectando a la infancia, hab¨ªa una sola pregunta que apelaba a la subjetividad infantil y que ser¨ªa injusto no nombrar. Se les pregunt¨® a los ni?os c¨®mo percib¨ªan ellos su bienestar. La respuesta fue asombrosa. El pa¨ªs donde la infancia est¨¢ m¨¢s satisfecha con su vida es tambi¨¦n Holanda, pero Espa?a asciende a un tercer lugar del 19 en el que la realidad la situaba. Los ni?os espa?oles no est¨¢n, en general, sinti¨¦ndose desamparados, descuidados o no queridos. Cabe la posibilidad de que dada la tendencia de personas como Rafael Hernando a interpretar la realidad de una manera digamos imaginativa, haya quien concluya que el presente no ser¨¢ tan crudo cuando los ni?os parecen no estar sufriendo. Y es aqu¨ª donde conviene recordar el esfuerzo enorme de amparo casero que las familias est¨¢n ejerciendo, sobre todo con los ni?os peque?os. Si ellos no perciben la ansiedad y el desconcierto que quita el sue?o a sus padres o a sus abuelos es que hay un nivel muy alto de hero¨ªsmo an¨®nimo que est¨¢ evitando que el Gobierno se lleve peores ratos de los que deber¨ªa. La manera en que los ni?os perciben la crisis est¨¢ enmascarada por el cari?o de los adultos que les cuidan. Su sentimiento de satisfacci¨®n es real, como lo era la manera en que el ni?o de La vida es bella consegu¨ªa salir inmune de los padecimientos del campo de concentraci¨®n nazi gracias a c¨®mo el padre disfrazaba la realidad hasta convertirla en un juego. No apelo a la comparaci¨®n con el nazismo, enti¨¦ndaseme, sino a la met¨¢fora de la pel¨ªcula.

Esta paz social no se puede sostener por mucho tiempo

Creo que en estos momentos los ¨²nicos que tienen derecho a que se les proporcione una visi¨®n subjetiva de la crisis son los ni?os. Si sus padres son capaces de librarles de su padecimiento, adelante. Pero no as¨ª esos pol¨ªticos que con sus bobas declaraciones nos ofenden y se burlan de aquellos que tienen mil razones para salir a la calle; si no lo hacen es rid¨ªculo pensar que es porque desean mostrar su acuerdo. Esta paz social no se puede sostener mucho tiempo. A lo mejor al se?or Hernando le pilla de sorpresa el estallido. A m¨ª no.