?frica retrata a Espa?a
Sola, incomunicada por su falta de conocimiento del espa?ol y conminada a reflejar en sus im¨¢genes lo que le llamara la atenci¨®n, la fotoactivista sudafricana se dej¨® invadir por la nostalgia apenas distra¨ªda por los vivos colores de las casas de los riscos de la ciudad canaria, que le recordaron a urbes mediterr¨¢neas. Tambi¨¦n se dej¨® arrastrar por el hast¨ªo, al imaginar la lucha de los viejos barrios populares contra la modernidad, el mercado y el consumismo. Y qued¨® fascinada por la convivencia entre las viejas y las nuevas construcciones, las fronteras urbanas entre nuevos ricos y antiguos propietarios en decadencia y, sobre todo, por los fantasmas de los antiguos habitantes de esas casas, las historias sepultadas entre sus muros. El suyo es un ejercicio de delicadeza, para evitar la intromisi¨®n en las vidas ajenas y de memoria imaginada de las historias muertas.
Characters es parte de ¨¢frica.es, un proyecto de la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo (AECID) y Casa ?frica, enmarcado en el programa Arte inVisible que desde hace a?os desarrolla el Departamento de Cooperaci¨®n y Promoci¨®n Cultural de la Direcci¨®n de Relaciones Culturales y Cient¨ªficas de la AECID. El proyecto consist¨ªa en pedir a siete fot¨®grafos africanos de vanguardia su visi¨®n sobre siete diferentes espacios urbanos espa?oles y llev¨® a Mamadou Gomis (Senegal), Patrick Wokmeni (Camer¨²n), Nii Obodai (Ghana), Arturo Bibang (Guinea Ecuatorial), Emeka Okereke (Nigeria), Zanele Muholi (Sud¨¢frica) y Mohamed Konat¨¦ (Mali) hasta Bilbao, Madrid, Sevilla, Valladolid, Valencia, Las Palmas de Gran Canaria y Barcelona, ciudades que les fueron asignadas y que retrataron durante una semana.
¨¢frica.es llega, con medio centenar de im¨¢genes de estos siete fot¨®grafos, a Casa ?frica. La exposici¨®n permanecer¨¢ abierta desde el 2 de mayo hasta el 5 de agosto. La entrada, gratuita.
"En el Pa¨ªs Vasco, los viejos son reyes; se les trata con deferencia -explica el senegal¨¦s en su texto en el cat¨¢logo del proyecto ¨¢frica.es- Lo mismo sucede en Senegal, donde vivo yo. En ese peque?o pa¨ªs del ?frica occidental, nos ense?an desde peque?os que, cuando se extingue un anciano, una biblioteca se quema. Es lo que me ha inducido a elegir como tema, adem¨¢s de la arquitectura, la tercera edad". En las im¨¢genes de Gomis, los ancianos se esquinan en la playa o pasean a sus perros por el parque o visitan el Guggenheim o se re¨²nen para charlar apuntalados por sus bastones. Tambi¨¦n hay sintechos o peregrinos o simples viajeros dormitando en bancos al sol. Mujeres j¨®venes, embarazos, ni?os en una playa de olas g¨¦lidas.
Patrick Wokmeni (Duala, Camer¨²n, 1985). De Camer¨²n a Sevilla.
"El autor tiende hacia la po¨¦tica de lo indefinido y de lo voluble, y una vez logrado, sigue a lo suyo -se autoexplica el fot¨®grafo camerun¨¦s, enganchado a la cotidianidad hispalense, a los simples encuentros, los paseos solitarios, las im¨¢genes aparentemente m¨¢s anodinas- Patrick vino a Sevilla, a Tierra de blancos, se pase¨®, vio lo que vio y volvi¨® a su Douala. Volvi¨® a New-Bell, a CBC Nguangu¨¦, al pescado a la brasa de H¨¦l¨¨ne, a las mortajas con m¨²sica de fondo coup¨¦ decal¨¦ y bikutsi, a las petites, a sus amigos del barrio, que -claro- no se creen lo que ven sus ojos...".
Nii Obodai (Accra, Ghana, 1963). De Ghana a Valladolid.
"La tierra, un secarral, casi un desierto. No me lo esperaba. Transportado en tren a un sitio donde nunca he estado. Me gustan los trenes. Me gusta el movimiento. C¨¢psula r¨ªtima que viaja por el tiempo y el espacio. Miro por la ventanilla y veo enormes molinos y la luz del sol entre ¨¢rboles del bosque. Las sombras jugando a lo suyo. Pero mi billete lo dice todo. Lo miro de nuevo. Me recuerda que estoy atado a la Tierra. T¨² y yo no somos iguales. Divisiones de clase, econom¨ªas. El tren tambi¨¦n dividido. Esto es lo que hay", explica el ghan¨¦s, perdido en las calles vallisoletanas. "No soy de aqu¨ª y todo momento, en esta ciudad, me lo recuerda. Est¨¢ claro que cre¨¦is que no compartimos nada. Vuestros tiempos de imperio pasado os hablan a¨²n ahora", contin¨²a.
Arturo Bibang (Bata, Guinea Ecuatorial, 1971). De Guinea Ecuatorial a Valencia.
"Me encontr¨¦ con una Valencia muy cambiada -explica el ecuatoguineano, que ya conoc¨ªa la ciudad y regresaba a ella desde otro tiempo y el prejuicio de los recuerdos- Como cuando visitas a un viejo amigo despu¨¦s de a?os y lo que ves no sabes a ciencia cierta si es lo que recuerdas o restos de lo que quer¨ªas recordar". "Lo cotidiano se mezcla con lo extraordinario. Vestigios de una Valencia A?eja, tradicional, se funden con otra m¨¢s moderna y llena de promesas de futuro. El fruto de esos largos paseos, de mi inmersi¨®n son¨¢mbula por las calles de esta gran ciudad, es esta serie de fotograf¨ªas... La ciudad perdida".
Emeka Okereke (Lagos, Nigeria, 1980). De Nigeria a Madrid.
"Yo estaba en Madrid como turista, consciente, por supuesto, de que ten¨ªa s¨®lo diez d¨ªas por delante para entrar y salir -cuenta el nigeriano, que dirigi¨® su c¨¢mara hacia la euforia de la Copa del Mundo sudafricana y de las rebajas de verano- Tuve que aceptar que todo lo que iba a aprender de la ciudad se reducir¨ªa a lo que vieran mis ojos, a lo que mis emociones confirmasen o rechazasen. Decid¨ª, pues, que lo mejor que pod¨ªa hacer era ponerme manos a la obra en cuanto cruzara el umbral de mi habitaci¨®n". Okereke se declara tambi¨¦n sorprendido por la absoluta abstracci¨®n de sus modelos, que le permiti¨® deslizarse como una sombra inadvertida bajo el sol quem¨®n de julio y obtener im¨¢genes de las que pocos se apercib¨ªan.
Mohamed Konate (Bamako, Mali, 1978). De Mali a Barcelona.
"Llegu¨¦ a Barcelona y me met¨ª en la piel del turista -recuerda el fot¨®grafo maliense, que logr¨® componer m¨¢s de 300 im¨¢genes desde un autob¨²s tur¨ªstico o paisajes urbanos como Las Ramblas, recopilando el patrimonio monumental y visual de la ciudad catalana- Vivir la ciudad como un turista, mirar como un turista, tomar fotos como un turista. Cuando el turista toma una foto, lo que desea es conservar un recuerdo del momento. Cada clich¨¦ es testimonio de un descubrimiento, de una sensaci¨®n, a modo de recordatorio y recuerdo". Ocres, rojos y amarillos inundan sus im¨¢genes, donde prima lo arquitect¨®nico y esa mirada de turista, estupefacta a la par que casi documental.
Comentarios
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.