Planchado de senos: una tortura a las ni?as para que no lleguen a mujeres
Es una pr¨¢ctica tradicional apenas investigada que se realiza a adolescentes de ?frica occidental para evitar la atenci¨®n masculina. ?Soluciones? Camer¨²n ha logrado un modo de reducir su incidencia
"Yo iba al colegio en aquel entonces. Una ma?ana mi madre me despert¨® y me pidi¨® que fuera a su dormitorio. Me dijo que ahora que me hab¨ªan empezado a crecer a los pechos hab¨ªa una pr¨¢ctica para evitar que fueran enormes. No sab¨ªa lo que me esperaba". Este es el testimonio de Bettina Codjie, de 25 a?os y nacida en Lom¨¦, capital de Togo. Ella es estudiante por las ma?anas y trabaja como encargada de redes sociales en una empresa de comunicaci¨®n digital por las tardes. Tambi¨¦n fue una de las ni?as que sufri¨® el planchado de pechos al inicio de su pubertad.
M¨²ltiples son las violencias que sufren las mujeres a lo largo de su vida: violaciones, mutilaci¨®n genital, matrimonios precoces, explotaci¨®n sexual y asesinatos quiz¨¢ sean las m¨¢s medi¨¢ticas, las m¨¢s denunciadas. Pero no las ¨²nicas. Uno de los maltratos invisibles es el planchado de senos. Seg¨²n la definici¨®n de las Naciones Unidas, es "la pr¨¢ctica dolorosa de masajear o golpear los pechos de las ni?as con objetos calientes para suprimir o revertir el crecimiento de estos". En algunos lugares se opta por los vendajes compresivos.
Se practica fundamentalmente en Camer¨²n, pero tambi¨¦n en otros pa¨ªses africanos... y hasta a Europa ha llegado. A principios de 2019, el diario brit¨¢nico The Guardian descubri¨® varios casos en el Reino Unido y que unas mil ni?as migrantes y de la di¨¢spora se encontraban en riesgo, lo que oblig¨® al Gobierno a emitir un comunicado recordando que se considera una violencia contra los menores ilegal y perseguida por la ley.
Naciones Unidas ha calificado el planchado de senos como una de las cinco violencias contra la mujer menos documentadas del mundo. Diversos informes mencionan que unos 3,8 millones de adolescentes africanas la han podido padecer y citan a la ONU como fuente de esta estimaci¨®n, pero no existen datos contrastados. "Es probable que m¨¢s de cuatro millones de ni?as hayan sido sometidas a esta pr¨¢ctica. Actualmente resido en Togo, donde recopilamos datos con 3.045 madres en la regi¨®n de Kara y al 12% de ellas se les hab¨ªa realizado. S¨¦ que tambi¨¦n se hace en Nigeria, Costa de Marfil, Burkina, Guinea Conakry o en Sud¨¢frica, pero [la incidencia] no se ha documentado con estudios", advierte el antrop¨®logo Flavien Ndonko.
Ndonko fue uno de los autores del ¨²nico recuento de casos realizado hasta la fecha. Tuvo lugar en Camer¨²n en 2005 a iniciativa de la agencia de cooperaci¨®n alemana (GIZ) y la Asociaci¨®n Renata, una de las pocas en el mundo que ha investigado y ha trabajado en campa?as de sensibilizaci¨®n. Ellas bautizaron esta pr¨¢ctica con el nombre por el que se conoce y aportaron unos resultados que revelaron que el 24% de las casi 6.000 ni?as y mujeres encuestadas hab¨ªan sido sometidas a ella y que otros 2,3 millones se encontraban en riesgo en este pa¨ªs. En algunas provincias la prevalencia ascend¨ªa al 53%.?
Es un asunto tab¨² que se realiza en secreto en el hogar, relegado a la intimidad de la relaci¨®n madre-hija. "La gente tiene dificultades para hablar de ello porque es como una cosa oculta que no deber¨ªamos divulgar. Las personas que lo practican est¨¢n en las aldeas. En mi caso, s¨¦ que no fue iniciativa de mi madre, sino de sus t¨ªas que est¨¢n en el pueblo", indica la estudiante Codjie.
La raz¨®n de esta tortura es lograr que los pechos de las ni?as no llamen la atenci¨®n para evitar que los hombres se sientan atra¨ªdos por ellas, retrasar al m¨¢ximo el inicio de la vida sexual de las chicas, prevenir el acoso, los embarazos no deseados... Aunque no se sostiene esta teor¨ªa: en Camer¨²n, los ¨²ltimos datos disponibles del Fondo de la Poblaci¨®n de la ONU (UNFPA) revelan que el 30% de las mujeres se quedan embarazadas antes de los 18 a?os.
Betty Codjie no cree que haya relaci¨®n entre el planchado de senos y la prevenci¨®n de embarazos no deseados, tal y como sostiene la creencia popular. "Estos tienen que ver m¨¢s con la falta de acceso a m¨¦todos anticonceptivos", afirma la chica. Las j¨®venes como ella saben que deben conseguirlos si van a mantener relaciones sexuales, pero les echa para atr¨¢s que el sexo est¨¦ mal visto si se trata de una mujer soltera. De hecho, solo el 13% de las mujeres entre 15 y 49 a?os utiliza m¨¦todos anticonceptivos modernos, seg¨²n la UNFPA. "Te preguntan si es que te vas a acostar con un t¨ªo... Todav¨ªa hay una cierta moral de que no debes tener relaciones sexuales. Para pedir las p¨ªldoras anticonceptivas a¨²n necesitas mucho coraje y las chicas al final se quedan embarazadas".
En la mayor parte de casos, el planchado lo realizan las madres y los objetos m¨¢s utilizados son piedras lisas, esp¨¢tulas, palos de escobas o similares, e incluso cinturones para atar alrededor del pecho. "Mi madre fue a buscar un bast¨®n y me explic¨® que ten¨ªa que golpearme todas las ma?anas, al amanecer. Me pareci¨® un poco raro, no lo entend¨ªa. Cuando los pechos empiezan a crecer, duele. As¨ª que cuando te golpean, es peor...", afirma la joven. Codjie fue advertida de ni?a de que cuando le empezaran a crecer los senos, los hombres la mirar¨ªan. Que su desarrollo era una manera de provocarlos.
El martirio le dur¨® a Codjie casi un mes con sesiones de 10 minutos cada ma?ana, pero acab¨® por rebelarse y dej¨® de acudir a su sesi¨®n matutina de golpes. No tuvo m¨¢s problemas con su madre. "Ella se dio cuenta de que no me gustaba", reflexiona. Codjie piensa que en su caso no ha tenido consecuencias para su f¨ªsico, pero en otros casos s¨ª que se presentan problemas f¨ªsicos y psicol¨®gicos. Los primeros incluyen dolor, quistes, abscesos, cicatrices, da?o permanente en los conductos de la leche, infecciones, fiebre severa, dolor intenso, quemaduras, deformaci¨®n, reducci¨®n o agrandamiento del tama?o de los senos, ca¨ªda prematura e incluso la desaparici¨®n completa de uno o ambos.
Desde el punto de vista psicol¨®gico, se producen sentimientos de baja autoestima y la creencia entre las menores de que no deber¨ªan tener senos.?"Todas las v¨ªctimas que hemos registrado padec¨ªan al menos un da?o f¨ªsico y/o psicol¨®gico", asevera Catherine Aba Fouda, portavoz de Renata. "Algunas han reportado tener dolores de cabeza, no pueden soportar que su pareja toque sus senos durante su intimidad y otras se han negado categ¨®ricamente a amamantar a sus beb¨¦s porque el simple contacto con el pecho les produce dolor". Coincide Codjie con esas sensaciones negativas: "No me gusta tocar mis senos o verlos. Simplemente no los encuentro bonitos".
Desde la ley hasta la educaci¨®n sexual
En el a?o 2015, el Gobierno de Camer¨²n desalent¨® la pr¨¢ctica al incluir una disposici¨®n en el nuevo C¨®digo Penal; en concreto el Art¨ªculo 277 establece que quien, de cualquier manera, interfiera con un ¨®rgano para inhibir su crecimiento normal, ser¨¢ castigado con prisi¨®n de seis meses a cinco a?os, multas de 100,000 a un mill¨®n de francos CFA (entre 170 y 1.700 d¨®lares). "Pero a¨²n no se ha aplicado, varias personas contin¨²an ejerciendo libremente esta barbaridad sin ninguna preocupaci¨®n", denuncia Aba Fouda.
"La soluci¨®n es muy simple: abrir un di¨¢logo sobre sexualidad y romper los tab¨²es al informar a los adolescentes sobre las manifestaciones y los cambios en la pubertad", propone Aba Fouda. Esto es, de hecho, la raz¨®n de ser de Renata. "Hicimos sensibilizaciones a trav¨¦s de charlas educativas en escuelas, iglesias, medios de comunicaci¨®n, comunidad y asociaciones tradicionales interesadas; las estrategias de intervenci¨®n var¨ªan seg¨²n el entorno y el objetivo. Llevamos a cabo acciones de promoci¨®n ante los responsables de la toma de decisiones y esto produjo un resultado alentador".
Un origen ¡°dulce¡±
En muchas culturas, los senos se consideran signos de preparaci¨®n sexual, por lo que si se disimulan o reducen, se cree que las mujeres recibir¨¢n menos atenci¨®n por parte del sexo opuesto. "Nosotras decimos que es una antigua pr¨¢ctica cultural que a lo largo de los siglos ha ido cambiado de m¨¦todos; los ancianos dicen que en el pasado se trataba de masajear suavemente y con dulzura el pecho de la nueva madre para facilitar la secreci¨®n de leche materna. Pero en un siglo, la pr¨¢ctica ha pasado de la idea de la dulzura a la de la violencia", indica Ada Fouda.
Tras el escandaloso resultado de 2005, Renata y sus socios t¨¦cnicos y financieros lanzaron una campa?a de sensibilizaci¨®n internacional. Para ella se valieron de quienes llaman cari?osamente aunties, t¨ªas en ingl¨¦s. Son en su mayor¨ªa las madres adolescentes que han sido v¨ªctimas del planchado a las que formaron para expandir su mensaje en contra de esta forma de violencia en los hogares, las iglesias y los medios de comunicaci¨®n. Despu¨¦s de muchas intervenciones, realizaron otro estudio en 2012 y vieron que las cifras se hab¨ªan reducido a un 12%.
Las noticias son bastante satisfactorias en los ¨²ltimos tiempos porque las familias est¨¢n comprendiendo la gravedad del fen¨®meno, y gradualmente abren el di¨¢logo y la comunicaci¨®n en torno a la sexualidad. "Esperamos continuar con nuestras acciones y deseamos realizar una nueva evaluaci¨®n, pero carecemos de apoyo financiero", dice Aba Fouda. "Aproximadamente, 1,2 millones de ni?as estaban en riesgo en 2013.? Pero desde entonces, esta cifra probablemente habr¨¢ disminuido dada la excelente campa?a de sensibilizaci¨®n liderada por Renata", abunda el antrop¨®logo Ndonko.
Codjie es tambi¨¦n bloguera de moda y cosm¨¦ticos, y se ha dado a conocer en la comunidad de Instagram de su pa¨ªs. Pero su labor de influencer no se queda solo en las compras. Ya m¨¢s mayor, decidi¨® compartir su experiencia despu¨¦s de leer a una chica que contaba su caso en Facebook y recuerda que hasta sus amigas se sorprendieron. "Es muy importante hablar abiertamente porque la mayor¨ªa de la gente no sabe de esto", indica. Su objetivo es evitar que otras j¨®venes se dejen hacer lo mismo.
Y condena la pr¨¢ctica, desde luego. "No est¨¢ bien. Como mujer, te van a empezar a crecer los senos y no veo la raz¨®n de detener ese proceso o de impedir que el desarrollo prosiga de forma natural; no podemos ir en contra de nuestra naturaleza y el hecho de que sea m¨¢s por el placer de los hombres me molesta. Es machista, es una forma de opresi¨®n para la mujer. Es nuestro cuerpo".
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