Y Sole¨¢, hija de Morente, se puso al cante
Universitaria y actriz, se reinventa tras la muerte de su padre, el cantaor Enrique Morente Sigue su senda, se pone al frente de Los Evangelistas, con m¨²sicos de Los Planetas y?Lagartija Nick
Tras subir una cuesta en la parte m¨¢s alta del Albaic¨ªn, aparece una puerta abierta. Dentro, el hogar que se construyeron Enrique Morente y Aurora Carbonell, La Pelota, su mujer. En la que fuera su guarida, con una vista privilegiada de la Alhambra, sonaba a todas horas flamenco, rock, jazz¡ Pero tras la muerte repentina de Morente, en diciembre de 2010, su mujer y sus dos hijos menores que a¨²n viv¨ªan en casa ¨CSole¨¢ y Enrique (Kiki)¨C la abandonaron y se hizo el silencio. Rotos, reparten desde entonces su tiempo en otras ciudades. El lugar ha quedado vac¨ªo, pero sigue repleto de ¨¦l. La l¨¢mpara morisca. El estudio del s¨®tano. El huerto que ¨¦l cuidaba y que ahora crece salvaje¡ Muchas de sus cosas han sido arrinconadas en un cuartito, pero se adivinan por un hueco de la puerta. Su biblioteca es ahora el estudio de La Pelota, el lugar donde pinta y llora su ausencia los d¨ªas en que se anima a ir. Una figura de espaldas que ara?a un lienzo. Una mujer que se tapa la cara con las manos¡
Sole¨¢ Morente, de 27 a?os, su hija mediana, saluda con una gran sonrisa a los reci¨¦n llegados. Esta desconocida para el gran p¨²blico es, seg¨²n un conocedor del clan, ¡°la m¨¢s equilibrada y sensata de la familia¡±. Tranquila, de ojos enormes entre verdes, marrones y amarillos, ense?a la casa y expresa lo que ya se ve: ¡°Es muy duro vivir sin mi padre. Una persona con esa energ¨ªa. Era el centro, el que nos mov¨ªa. Llenaba el espacio. A m¨ª se me ha ido la vida sin mi padre. Me levanto y pienso en ¨¦l. Me acuesto y pienso en ¨¦l. Y muchas veces sue?o que viene a verme, como si volviera despu¨¦s de mucho tiempo. ¡®?Qu¨¦ ha pasado? ?Qu¨¦ hab¨¦is hecho?¡¯, me pregunta¡±.
Es muy duro vivir sin mi padre. Era el centro, el que nos mov¨ªa. Llenaba el espacio¡±
De un pasillo cuelga un p¨®ster con una foto de su hermana Estrella de peque?a sobre el que se lee: ¡°Se la ve¨ªa venir desde chiquitica, apuntaba maneras. La rama que al tronco sale¡¡±. Sole¨¢ estaba a su sombra cuando empez¨® a cantar, a hacerse su sitio, pero no hay rastro de envidia en ella: ¡°Mi hermana cada vez es m¨¢s grande. Me gustar¨ªa cantar como ella, siento admiraci¨®n y orgullo. Es un genio¡±.
Mientras que Estrella es un calco de su padre, Sole¨¢ es igualita a su madre, la gitana de la que Enrique se enamor¨® tras verla bailar en el Caf¨¦ de Chinitas. Bell¨ªsima, con el rostro redondo, labios llenos y bonita melena, cumpli¨® uno de los deseos de Morente, tener un universitario en la familia. ¡°?Hasta que Sole¨¢ no llegaba de clase no com¨ªa nadie!¡±, cuenta Estrella por tel¨¦fono m¨¢s tarde. ¡°A mi padre le encantaba c¨®mo era, muy independiente y libre. Ella era muy importante para ¨¦l y en los ¨²ltimos a?os se convirti¨® en su mano derecha¡±.
Su orla de Filolog¨ªa Hisp¨¢nica adorna una de las estanter¨ªas del sal¨®n, pero tras licenciarse le dijo a su padre lo que sin duda ¨¦l ya sospechaba: ¡°Pap¨¢, quiero cantar¡±. ¡°??ramos pocos y pari¨® el gato!¡±, le contest¨® ¨¦l. Y se pusieron a trabajar en su primer disco, seleccionando canciones de Paco Ib¨¢?ez, de V¨ªctor Manuel¡ Pero muri¨® de pronto y dej¨® el trabajo a medias. ¡°Lo que dec¨ªa mi padre iba a misa. Era nuestra religi¨®n. Sin tenerle, es muy dif¨ªcil. ?Qu¨¦ quer¨ªa mi padre para m¨ª?¡±, se pregunta su hija. Tras su muerte, Sole¨¢ recuper¨® las canciones y se puso a trabajar con el productor Javier Lim¨®n (Paco de Luc¨ªa, Luz Casal), pero ha decidido dejarlo reposar, darse tiempo. ¡°Necesito pensar mejor lo que quiero¡±.
Entre tanto, a los pocos meses de fallecer su padre, dos m¨²sicos granadinos, Juan Ram¨®n Rodr¨ªguez, Jota (Los Planetas), y Antonio Arias (Lagartija Nick), de 46 y 47 a?os, llamaron a su puerta. A Arias lo conoce desde ni?a, cuando este grab¨® con su padre el disco que abrir¨ªa los o¨ªdos de miles de personas al flamenco, Omega, para el que Sole¨¢ se ha pasado a?os haciendo los coros: desde 1996, cuando se public¨®, hasta 2008, siendo ya una mujer. Arias recuerda que al principio a la ni?a le daba verg¨¹enza salir. ¡°?Hab¨ªa que sacarla a empujones!¡±, dice el bajista, que acaba de llegar a la casa y con quien tiene mucha complicidad. ¡°Antonio, esa canci¨®n de mi padre, ?en qu¨¦ disco estaba?¡±, ¡°Antonio, ?en qu¨¦ a?o dio mi padre aquel concierto?¡±, le pregunta durante la tarde.
Los organizadores de La Noche Blanca del Flamenco de C¨®rdoba encargaron en 2011 a Jota y a Arias un homenaje a Morente. Los m¨²sicos (junto a sus compa?eros de bandas, Eric y Florent) pidieron permiso a la familia para hacer versiones de algunas de sus canciones; lo obtuvieron, y Sole¨¢ se fue con ellos de gira. ¡°El concierto, y despu¨¦s el disco ¨CHomenaje a Morente¨C, es un reconocimiento a ese pedazo de artista¡±, dice Arias. ¡°Sali¨® de nuestro af¨¢n por hacerle una misa s¨®nica frente a su ate¨ªsmo¡±, contin¨²a. ¡°Por eso nos llamamos Los Evangelistas; ¨¦l es nuestro dios¡±.
Dos a?os despu¨¦s de aquel primer concierto de La Corredera (C¨®rdoba), Los Evangelistas vuelven con Encuentro (El Volc¨¢n), un nuevo minielep¨¦ en el que esta vez Sole¨¢ ha dejado de ce?irse a los coros. Por primera vez canta; es la voz de una banda. Las canciones, cinco (m¨¢s tres versiones del productor brit¨¢nico Youth), son de Jota y Arias, y las grabaron a final de a?o. Encontrar el momento les cost¨® por sus dem¨¢s proyectos (Jota, en Los Planetas y en Grupo de Expertos Solynieve; Arias, en Lagartija Nick y Multiverso; Florent, en Los Planetas y Los Pilotos) y porque en el ¨²ltimo a?o la cantante se ha embarcado en una gira de teatro, ¡°una aventura que me ha dado la vida¡±. Hace un papel peque?o, la lavandera n¨²mero 5 en Yerma, que ha vuelto a recuperar Miguel Narros. ¡°Siempre so?¨¦ con ser actriz, pero no lo estudi¨¦¡±, cuenta. ¡°Este papel me est¨¢ dando tablas y me est¨¢ cambiando la cabeza¡±.
Los Evangelistas salieron de nuestro af¨¢n por hacerle una misa s¨®nica frente a su ate¨ªsmo¡±
Ocupar su cabeza de cosas nuevas es una necesidad de Sole¨¢, que tiene ganas de pasar p¨¢gina. Ignora en qu¨¦ situaci¨®n est¨¢ la denuncia por negligencia m¨¦dica que la familia present¨® contra la cl¨ªnica en la que le operaron. ¡°No s¨¦ nada, ni quiero saber. Me parece muy valiente mi madre, est¨¢ haciendo lo que hay que hacer, pero para m¨ª es algo tan fuerte, tan fuerte, que no quiero o¨ªr hablar sobre el tema. M¨¢s que hemos perdido no vamos a perder¡±.
Tras posar para la fot¨®grafa, el grupo enciende cigarrillos y alg¨²n canuto, se sirven cervezas y escuchan el ¨¢lbum desde el sof¨¢. ¡°Ay, qu¨¦ raro¡±, dice Sole¨¢, a quien le da verg¨¹enza o¨ªrse acompa?ada. ¡°Me gusta escuchar el disco¡±, dice de pronto Jota como d¨¢ndole el visto bueno a lo grabado. ¡°A m¨ª tambi¨¦n¡±, responde ella. ¡°Pero depende del momento¡±.
¡°El disco anterior tiene la gravedad de que la muerte era muy reciente; es m¨¢s oscuro¡±, contin¨²a Jota, a quien le cuesta abrir la boca todo lo que a Arias le salen las palabras solas. ¡°Como si en la m¨²sica estuviera la negaci¨®n, la resignaci¨®n, el r¨¦quiem. En este hay otra salida. Es m¨¢s psicod¨¦lico, m¨¢s pop, m¨¢s optimista¡±. La portada es de nuevo un cuadro de La Pelota. El anterior era rojo, ¡°la sangre¡±. El actual, azul, ¡°la calma¡±. Para ambos m¨²sicos, Sole¨¢ es la continuadora de su padre. ¡°Sin duda, ella es la que m¨¢s se lo ha trabajado. Ha ido encontrando su sitio dentro del ruido con su voz, que es sugerente, dulce, sensual, flamenca¡¡±, contin¨²a Jota, mientras ella lo escucha con el pico cerrado. ?Le gustar¨ªa a Enrique lo grabado? ¡°No hay ning¨²n motivo por el que no le habr¨ªa de gustar¡±, sonr¨ªe Arias.
Siempre me ha dado miedo ponerme delante de una banda y no s¨¦ si me estoy metiendo donde no me llaman¡±
Si le preguntas a Sole¨¢ c¨®mo es el disco, duda. ¡°El estilo no tiene nombre, es m¨²sica. Es alternativo. Mi forma de sentir es flamenca, y sali¨® as¨ª, una cosa rara, pero que me gusta mucho y he sacado una parte de m¨ª que yo no sab¨ªa que exist¨ªa. Yo no ten¨ªa ni idea ni del indie ni del rock. Jota me pone mucha m¨²sica, me ha abierto la mente, y ahora me he hecho fan de La Bien Querida, Los Planetas, La Casa Azul¡±.
La voz de Sole¨¢ no es como la de su hermana. Seg¨²n dec¨ªa su padre, es ¡°chiquitita, pero muy afinada¡±. ¡°A m¨ª ¨¦l me dec¨ªa: ¡®Mira c¨®mo lo hace Sole¨¢, no aprieta¡±, cuenta Estrella. ¡°Su voz es un pendiente, un caramelo¡±, contin¨²a su hermana. ¡°Hay metales muy pesados que no tienen el coraz¨®n necesario para transmitir y otros que, con un hilo de voz, te erizan la piel¡±. ¡°Mi padre nunca me dijo qu¨¦ pensaba de mi voz¡±, dice Sole¨¢. ¡°No la tengo muy desarrollada; es m¨¢s de coraz¨®n que de t¨¦cnica¡±.
Salimos de la casa buscando un bar en el que Jota pueda ver el Granada-Athletic. Y lo ver¨¢. Con resignaci¨®n, sin alboroto, pero con cari?o. ¡°?Mira, est¨¢ sonando mi padre!¡±, exclama Sole¨¢ al entrar en el local. Ya con un botell¨ªn en la mano, reflexiona: ¡°Siempre me ha dado miedo ponerme delante de una banda y no s¨¦ si me estoy metiendo donde no me llaman. Pero ahora la mejor forma de vivir es haciendo m¨²sica. Como mi padre¡±.
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