Lluvia de mangos preelectoral

Cruzando uno de los puentes de Bamako. / Foto: J.N.

En Bamako hace un calor infernal estos d¨ªas. Algunas tardes, de repente, el aire se llena de polvo levantado por el viento, el cielo comienza a encapotarse y caen cuatro gotas que se traga la tierra sedienta. Es lo que llaman la lluvia de mangos, peque?os aguaceros que irrumpen en la estaci¨®n seca, cuando le toca madurar a esta fruta. Pero la verdadera temporada de lluvias, esa que abre las compuertas del cielo durante horas y lo llena todo de agua y deja el ambiente limpio y fresco y feliz, esa todav¨ªa no ha llegado a Bamako. Y como a perro flaco todo son pulgas, el calorazo previo al tiempo de lluvias ha venido este a?o acompa?ado de frecuentes cortes de luz que convierten a ventiladores y aparatos de aire acondicionado en objetos in¨²tiles durante varias horas al d¨ªa. Sin embargo, esto no es lo peor. Lo m¨¢s grave de los incesantes apagones es lo que representan de p¨¦rdidas para la actividad econ¨®mica de un pa¨ªs sumido en una grave crisis pol¨ªtica e institucional.

Los cortes de luz no son fruto de la casualidad. Si bien en esta ¨¦poca del a?o siempre suele haber apagones debido al bajo del nivel del r¨ªo (una parte de la energ¨ªa es de origen hidroel¨¦ctrico), la verdadera causa hay que buscarla en el hecho de que la empresa suministradora de electricidad al pa¨ªs, Energ¨ªa de Mal¨ª SA (EDM), arrastra una deuda de unos 107 millones de euros con empresas petroleras, entre ellas la maliense Ben and Co. y la francesa Total, proveedores y bancos. Esta enorme deuda que atenaza a EDM ha impedido llevar a cabo el mantenimiento adecuado de las centrales, lo que limita la producci¨®n de energ¨ªa. Y, para colmo de males, limita tambi¨¦n a compra de combustible para abastecer a los grupos que s¨ª funcionan, en un momento en que la demanda est¨¢ muy por encima de la oferta.

Dioncounda Traor¨¦ y su inseparable bufanda blanca, en Tombuct¨². / Foto: J.N.

As¨ª las cosas, y pese a los esfuerzos del Gobierno por hacer frente a este problema, los malienses se aferran a la esperanza de que la temporada de lluvias se adelante un poco este a?o y el ambiente comience a refrescar. Sin embargo, junto al calor y los cortes de luz, uno de los temas de conversaci¨®n preferidos en la calle estos d¨ªas es el de las elecciones. Despu¨¦s del golpe de estado de marzo de 2012, Mal¨ª est¨¢ regido por un presidente interino, Dioncounda Traor¨¦, que, en realidad, es reh¨¦n de quien realmente toma las decisiones importantes en el pa¨ªs, la junta militar golpista que preside el capit¨¢n Amadou Haya Sanogo que sigue instalada en el cuartel de Kati, a pocos kil¨®metros de la capital.

La hoja de ruta de la transici¨®n, acordada con la Cedeao, establece la fecha del 7 de julio para la celebraci¨®n de la primera vuelta de los comicios presidenciales. Todo el mundo coincide en que es necesario que Mal¨ª cuente, cuanto antes, con un gobierno y un presidente emanados de un proceso leg¨ªtimo de elecciones para poder sacar al pa¨ªs de la actual situaci¨®n de inmovilismo. Pero la enorme insistencia con la que Francia y Estados Unidos han presionado para que se respete este calendario puede generar un problema a¨²n mayor. Porque llevar a cabo unas elecciones sin que se den las condiciones que garanticen que pueda votar el mayor n¨²mero posible de electores y hacerlo de manera libre y democr¨¢tica ser¨ªa como volver a echarlo todo a perder. Mal¨ª necesita gobernantes s¨®lidos, pero para ello hacen falta comicios cre¨ªbles. La terrible experiencia de las elecciones presidenciales en la vecina Costa de Marfil en 2010, que acabaron con m¨¢s de 3.000 muertos porque no se respetaron las condiciones necesarias para las mismas, est¨¢ en la mente de todos. Y la fecha del 7 de julio se antoja, cuando menos, precipitada.

Soldado maliense corre durante el ataque yihadista a Gao del 10 de febrero. / Foto: J.N.

?Por qu¨¦ es precipitado celebrar elecciones en dos meses? En primer lugar, a¨²n no se ha restablecido la integridad territorial del pa¨ªs. En la regi¨®n norte?a de Kidal no hay ni rastro de la Administraci¨®n maliense porque all¨ª quienes campan a sus anchas son los rebeldes tuaregs del Movimiento Nacional de Liberaci¨®n del Azawad (MNLA) con el benepl¨¢cito del Ej¨¦rcito franc¨¦s. Si el objetivo de la operaci¨®n militar Serval puesta en marcha por Francia el pasado mes de enero era devolver a Mal¨ª la soberan¨ªa sobre su territorio, la guerra no ha terminado. Y en amplias zonas de las regiones de Gao y Tombuct¨², donde a¨²n quedan yihadistas que no pudieron huir, no existen las condiciones de seguridad m¨ªnimas para garantizar unas elecciones tranquilas. Ataques y atentados se pueden producir en cualquier momento.

En segundo lugar, los nuevos carn¨¦s electorales que se rigen por par¨¢metros biom¨¦tricos, necesarios para votar, no han sido distribuidos. Al parecer, la Comisi¨®n Electoral ya tiene en su poder unos seis millones de carn¨¦s NINA (N¨²mero de Identificaci¨®n Nacional) elaborados a toda prisa en los ¨²ltimos meses, pero a¨²n no han sido distribuidos. Y Mal¨ª no solo es enorme sino que a¨²n hay unas 300.000 personas refugiadas en pa¨ªses extranjeros (sobre todo Burkina Faso, Mauritania y N¨ªger) o desplazadas de sus hogares por el conflicto del norte. Hace unos d¨ªas, el propio presidente de la comisi¨®n electoral, Mamadou Diamoutani, expres¨® sus serias dudas de que se llegue a tiempo para el 7 de julio.

Pese a todo, la maquinaria electoral de los partidos se ha puesto en marcha y se van perfilando algunos de los principales candidatos para convertirse en nuevo presidente de Mal¨ª en uno de los periodos m¨¢s dif¨ªciles de su historia. Aunque la reacci¨®n del electorado maliense, hasta ahora poco ilusionado (las tasas de participaci¨®n nunca superan el 40%) puede ser imprevisible tras el fuerte impacto que ha sufrido en el ¨²ltimo a?o y medio, en el que ha habido una rebeli¨®n, un golpe de estado, la ocupaci¨®n del norte por grupos yihadistas y una guerra con participaci¨®n de soldados extranjeros que todav¨ªa est¨¢n en el pa¨ªs, entre el batiburrillo de siglas y nombres hay algunos pol¨ªticos aparecen en todas las quinielas.

Ibrahim Boubacar Keita. / Foto: P¨¢gina oficial IBK

El primero de ellos es Ibrahim Boubacar Keita, conocido como IBK. Ya era el favorito en las elecciones de abril de 2012 que se vieron interrumpidas por el golpe de estado. Historiador de formaci¨®n, fue uno de los fundadores y luego presidente del partido pol¨ªtico Alianza por la Democracia en Mal¨ª-Partido Africano por la Solidaridad y la Justicia (Adema-PASJ) que aup¨® a Alpha Oumar Konar¨¦ (AOK) a la Presidencia del pa¨ªs entre 1992 y 2002. En este periodo lleg¨® a ser ministro de Exteriores y primer ministro, cargo que ocup¨® entre 1994 y 2000.

Sin embargo, las luchas intestinas en el seno de Adema por suceder a Konar¨¦ le costaron su salida del Gobierno primero y del partido despu¨¦s, fundando en 2001 un nuevo partido, Agrupaci¨®n por Mal¨ª (RPM). Pese a su esfuerzo, en las elecciones presidenciales de 2002 queda en tercera posici¨®n y no llega ni siquiera a la segunda vuelta, mientras que en las de 2007 obtiene un meritorio segundo puesto, pero no logra forzar el balotaje frente a Amadou Toumani Tour¨¦ (ATT). IBK, por tanto, presenta sus credenciales de pol¨ªtico bregado en mil batallas. Sin embargo, su apoyo m¨¢s o menos expl¨ªcito al golpe de estado de marzo de 2012 y su pertenencia a la ¡°vieja clase pol¨ªtica¡± de la que los malienses han manifestado en muchas ocasiones su hartazgo le puede pasar factura.

Souma?la Ciss¨¦, uno de los favoritos para las elecciones, / Foto: AFP

Igual le puede ocurrir a Souma?la Ciss¨¦, segundo candidato que parte en buena de posici¨®n en la parrilla de salida. Ingeniero inform¨¢tico nacido en Tombuct¨², tambi¨¦n fue fundador de Adema-PASJ y ocup¨® responsabilidades de gobierno en la ¨¦poca de AOK, ocupando, entre otras, las carteras de Finanzas, Medio Ambiente y Urbanismo. El partido le eligi¨® para suceder a Konar¨¦ en las presidenciales de 2002, pero en la segunda vuelta s¨®lo obtuvo el 35% de los votos y fue derrotado por Amadou Toumani Tour¨¦. Siguiendo una trayectoria similar a la de IBK, Ciss¨¦ abandona las filas de Adema en 2003 y crea su propio partido, Uni¨®n por la Rep¨²blica y la Democracia (URD). En su haber tiene el hecho de haber sido v¨ªctima de la represi¨®n por los golpistas de marzo de 2012, que lo detuvieron durante varios d¨ªas.

Otros dos candidatos a tener muy en cuenta son el ingeniero de minas de 46 a?os Draman¨¦ Dembel¨¦, que aunque se presenta por el viejo Adema es un rostro relativamente nuevo en la pol¨ªtica maliense, y Modibo Sidib¨¦, quien fuera primer ministro de ATT y a quien su vinculaci¨®n con el ex presidente al que se acusa de todos los males que flagelan a este pa¨ªs no le ser¨¢ de mucha ayuda. Sidib¨¦, sin embargo, tiene excelentes conexiones. Otros candidatos con menos medios que jugar¨¢n su rol a la hora de las alianzas son, por ejemplo, el veterano pol¨ªtico de Kayes Tiebil¨¦ Dram¨¦, Mountaga Tall, l¨ªder de Congreso Nacional de Iniciativa Democr¨¢tica o incluso el controvertido Oumar Mariko, gran defensor del golpe de estado de Sanogo. Una curiosidad, el hijo del ex dictador Moussa Traor¨¦, Cheick Boucady Traor¨¦, tambi¨¦n concurre a los comicios.

El ambiente es de efervescencia. M¨¢s de cien partidos pol¨ªticos, al menos una veintena de candidatos. En cierta medida, recuerda a la ¨¦poca de la Transici¨®n en Espa?a. Mal¨ª ha vivido una experiencia traum¨¢tica que ha puesto en peligro incluso su supervivencia como estado. Y son legi¨®n quienes se?alan a la clase pol¨ªtica como responsables por su inacci¨®n o su complicidad. Hay que reconstruir al pa¨ªs.

En este sentido, tampoco ser¨ªa descabellado pensar en un enorme voto de castigo a la vieja guardia y que puedan emerger figuras pol¨ªticas j¨®venes, rostros nuevos como el de Moussa Mara, el joven alcalde del Barrio Cuatro de Bamako que se presenta por el partido Cambio, o el de Abbas Me?ga, entusiasta l¨ªder del Partido por una nueva ?frica (Panafrik).

Lo cierto es que todos ellos est¨¢n ya inmersos ya en la precampa?a con las miras puestas en julio. Unos recorren los pasillos del poder en Francia porque est¨¢n convencidos que "el camino a Koulouba (Palacio presidencial maliense) pasa por el El¨ªseo", otros se arremangan la camisa y recorren ya los barrios y los pueblos.

Los militantes de los diversos partidos est¨¢n activos y listos, comprometidos con sus l¨ªderes. Sin embargo, como ya se ha explicado, persisten muchas dudas respecto a que, realmente, se puedan celebrar las elecciones en julio. Al igual que ocurre estos d¨ªas cuando en algunas calurosas tardes de Bamako el cielo comienza a ponerse amenazador para luego s¨®lo dejar caer algunas miserables gotas de su lluvia de mangos, m¨¢s bien parece que todo este ruido y revuelo preelectoral no es sino el anuncio de la verdadera lluvia. Y pronto se sabr¨¢ si el momento de la verdad ser¨¢ en julio o se pospone a despu¨¦s del verano.