S¨ªntoma de indefensi¨®n
El domingo 28 de abril, el se?or Mar¨ªas dec¨ªa que tal es su desconsideraci¨®n hacia los pol¨ªticos que ni siquiera les estrechar¨ªa la mano. Y al mismo tiempo se mostraba contrario a las reivindicaciones ante sus domicilios por parte de ciudadanos afectados por la actual sangr¨ªa de desahucios. Tiene raz¨®n Javier Mar¨ªas en que aceptar el escrache como acci¨®n reivindicativa supone suscribir que esta pr¨¢ctica pueda extenderse a tantas otras causas. Una reflexi¨®n con la que coincido, no sin a?adir que nuestro actual sistema democr¨¢tico tan falto de control a la acci¨®n del Gobierno, administraciones, etc¨¦tera, favorece estas formas de reivindicaci¨®n que rayan en la ilegalidad. Abrir el foco sobre este asunto y no limitarse a aislar el fen¨®meno del escrache tild¨¢ndolo de acoso (o nazismo) podr¨ªa ayudarnos a entender la magnitud de un problema mayor, como es la falta de transparencia y control en el ejercicio pol¨ªtico y la escasa participaci¨®n que el sistema nos concede a los ciudadanos. El escrache es un s¨ªntoma de indefensi¨®n, una llamada de atenci¨®n que hay que escuchar.
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