?Qu¨¦ imputada!
Te digo yo que la infanta Cristina se va de rositas, y aqu¨ª nos quedamos mi sombrero y yo muertos de risa. Compuesta y sin cuesta
?Jes¨²s, Mar¨ªa y Jos¨¦! No, no me he convertido al catolicismo de repente, y eso que tengo al obispo Reig Pl¨¤ haci¨¦ndome escrache todos los santos findes cort¨¢ndome el tr¨¢fico de mi pueblo con sus procesiones. No, a Dios gracias sigo siendo agn¨®stica, hiperb¨®lica y humana. Lo que pasa es que me estoy acordando del hijo, la madre y el padre de algunas se?or¨ªas. ?T¨² te crees que, justo ahora que hab¨ªa pillado un tocado rollo Philip Treacy para cubrir la Declaraci¨®n del Milenio, va la Audiencia de Palma y me desimputa a la Infanta? A ver, que yo soy ac¨¦rrima de la presunci¨®n de inocencia y a presuntuosa no me gana nadie, pero que te tengan un mes de reloj que si s¨ª, que si no, para luego dejarte compuesta y sin Cuesta no es de recibo.
Ese es el problema: no tengo el ticket y no puedo devolverlo. El pamel¨®n, digo. Ideal de la eutanasia, ten¨ªas que verlo: una alegor¨ªa de la Galaxia Gutenberg con sat¨¦lites incluidos para asegurarme plano en la tele y de paso darles en los morros a los agoreros que dicen que el papel ha muerto. Clavadito a uno que llev¨® Pippa Middleton en una boda de un primo sexto en Escocia, no te digo m¨¢s que eso. Pero ahora, o me invitan a un bod¨®n hiperpijo como el de Mar¨ªa Colonques, heredera del imperio Porcelanosa, donde hay que ir alicatada hasta el cr¨¢neo, o me como el planetario con prote¨ªnas. Las patatas ni mentarlas, que estoy otra vez con la dieta Dukan y el efecto yoy¨® lo invent¨¦ yo en persona.
Hablando de hidratos de carbono, yo ya me ol¨ªa la tostada. Desde que pap¨¢ Juan Carlos cogi¨® el embolado por los cuernos y fich¨® a un padre de la Constituci¨®n, qu¨¦ menos, como abogado de la hija pr¨®diga, a Cristina se la ve¨ªa otra cara. No s¨¦: menos seca, m¨¢s humana, menos rara. A ella, y al marido, todo hay que decirlo. Como si estuvieran o estuviesen much¨ªsimo m¨¢s tranquilos. A ver, que yo no digo que nadie presionara a nadie, ni mucho menos que prevaricara, para varices las m¨ªas. Pero que el auto de marras se lava las manos, le da a la Infanta una de cal y otra de arena y le pasa la patata caliente al juez Castro, lo ve hasta esta lega en la materia. Y vale ya, que he dicho que no voy a nombrar los alimentos prohibidos, o se me hace la boca agua y engordo dos kilos por retenci¨®n de l¨ªquidos.
Que pida m¨¢s datos a la Agencia Tributaria por si hubiera delito fiscal, sugieren los magistrados de la Audiencia a su colega, los muy ladinos. O sea, que el que tiene la pelota en el tejado es Montoro el Acusica, pero como ande tan fino como con B¨¢rcenas, te digo yo que Cristina se va de rositas, y aqu¨ª nos quedamos mi sombrero y yo muertos de risa. Ahora, que si es a Catar, yo que t¨² ataba corto a I?aki, princesa. Vale que la jequesa Mozah est¨¢ mayor y ha parido siete hijos del jeque, pero tiene obras p¨²blicas que adjudicar por un tubo y pinta de dejarse querer m¨¢s que Madina y Taleg¨®n juntos. Y dicho esto, me voy a misa. S¨ª, qu¨¦ pasa, tampoco creo en meigas y haberlas haylas. Ahora mismo le pongo una vela a San Expedito, el santo de las causas urgentes, como manda el telediario de La 1, y lo mismo estreno tocado antes del verano. Si no es en la Cuesta, en la comuni¨®n de mi sobrino.
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