Sue?os de nuestros hijos
Hasta ahora China era una superpotencia agazapada y discreta. Ya no ser¨¢ as¨ª con Xi Jinping
Un nuevo sue?o viene a competir con los que ya conoc¨ªamos. Es el sue?o chino, que asoma la cabeza por Oriente, cuando declina el sue?o europeo y se mantiene, mal que bien, el americano. El nuevo sue?o chino ha sido formulado por Xi Jinping, timonel de la quinta y ¨²ltima generaci¨®n, encargado de emprender un largo bordo para colocar a su pa¨ªs en primera posici¨®n de la regata.
Los sue?os son dobles: ordenan los deseos, pero proyectan nuestra imagen hacia fuera, con frecuencia en forma de lenguaje mitol¨®gico y propagand¨ªstico. Pueden ser mentira, pero cumplen con su prop¨®sito de hacernos so?ar y de hacer so?ar a los otros. Son la mejor s¨ªntesis del soft power, el poder blando y persuasivo que consigue las mejores y m¨¢s estrechas adhesiones al convertir el modelo de sociedad que se propone en objeto de deseo para millones de terr¨ªcolas.
El sue?o americano ha sido un potente motor de acci¨®n internacional durante toda la guerra fr¨ªa, en la que venci¨® al sue?o del igualitarismo totalitario sovi¨¦tico, y mantiene todav¨ªa hoy su fuerte magnetismo. El sue?o europeo tom¨® forma con la unificaci¨®n del continente, cuando fue m¨¢quina de paz, estabilidad y prosperidad y modelo de integraci¨®n supranacional admirado m¨¢s all¨¢ de sus fronteras, hasta saltar hecho pedazos con la actual crisis. Y ahora aparece este nuevo sue?o, todav¨ªa balbuceante en boca del nuevo l¨ªder chino, que anuncia el ¡°gran resurgimiento de la naci¨®n china¡±.
De puertas adentro, el sue?o chino significa seguir creciendo y sacando a la gente de la pobreza, generando clases medias y construyendo ciudades punteras en urbanismo e infraestructuras, con un Estado de bienestar sostenible, menos desigualdades y sin corrupci¨®n, en el que sus ciudadanos puedan sentirse orgullosos de su pa¨ªs y de quienes los gobiernan. Si suscita mucho escepticismo, dentro y fuera, sobre todo por la estructura autoritaria del poder y el camino tan accidentado de su crecimiento, las cifras que colocan a China en cabeza, en comercio y en reservas extranjeras, y en el segundo lugar en PIB, no dejan margen a la duda.
De puertas afuera, el sue?o es un salto estrat¨¦gico. Hasta ahora era una superpotencia agazapada y discreta, concentrada en el comercio y las inversiones al proyectarse internacionalmente, mientras contemplaba silenciosa el desgaste de su rival estrat¨¦gico en guerras optativas que le cargaron de endeudamiento y enemistades, adem¨¢s de crear inestabilidad. Ya no ser¨¢ as¨ª con Xi Jinping. En el sue?o chino hay un momento, en la ¨¦poca inminente de nuestros hijos y nietos, en que sustituye al americano. Esta semana hemos tenido un gesto de anticipo, cuando Pek¨ªn ha tenido pretensiones de Washington respecto a israel¨ªes y palestinos, al recibir a los dirigentes de uno y otro bando y darse la oportunidad de exhibir una vocaci¨®n de ¨¢rbitros equidistantes. Habr¨¢ m¨¢s gestos as¨ª, muchos m¨¢s, y pronto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.