Legalizando el lavado

?Qu¨¦ mejor manera de luchar contra las denuncias de lavado de dinero que proponer una amnist¨ªa financiera? Parece ciencia ficci¨®n, pero es la ¡°estrategia¡± de un Gobierno argentino rodeado de denuncias de corrupci¨®n y con un modelo econ¨®mico evidentemente agotado.

El Gobierno de la presidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner no pasa por un buen momento. Las encuestas bajan y la inflaci¨®n sube; el d¨®lar se dispara a medida que los controles de capital aumentan. Y las protestas sociales, poco a poco, se hacen m¨¢s masivas. Pero la ideolog¨ªa se mantiene firme ante los embates de la realidad.

Hace ya unas semanas, en Argentina se habla casi exclusivamente de un solo tema: el esc¨¢ndalo de lavado de dinero descubierto por un equipo de investigaci¨®n period¨ªstica ligado al Grupo Clar¨ªn, aquel que tanto odia el Gobierno. La trama es tan alevosa que parecer¨ªa un invento si no hubiera tanta evidencia de que es, al menos, plausible. Hay denuncias de vuelos privados a para¨ªsos fiscales con tanto dinero en efectivo que se pesaba en vez de contarse. Y por supuesto se prefer¨ªan los euros a los d¨®lares, dada su alta cotizaci¨®n.

Desde la Patagonia natal de los Kirchner, el dinero volaba, mediante testaferros, hasta una ¡°cueva financiera¡± [centro donde se cambia el dinero negro] en Buenos Aires, y luego fuera del pa¨ªs. Por medio de sociedades fantasma en Belice y Panam¨¢, los fondos terminaban depositados en el prestigioso Lombard Odier de Suiza. Parece que la ideolog¨ªa ¡°nacional y popular¡± no impactaba en la elecci¨®n de banca privada.

En las ¨²ltimas semanas, mientras los medios (independientes) discuten, el Gobierno calla. Y en algo otorga. La presidenta, que tanto disfruta de Twitter y Facebook, no parece haberse dado cuenta del esc¨¢ndalo que invade informativos y redes sociales.

La presidenta sue?a
con el imposible del poder eterno y, poco
a poco, se desespera

Sin embargo, el giro m¨¢s inveros¨ªmil en la historia ocurri¨® este martes. En una oscura sala de reuniones, el equipo econ¨®mico anunci¨® una amnist¨ªa financiera por tres meses en 2013, un proyecto que podr¨ªa convertirse en ley en una semana. El objetivo es simple: usar los d¨®lares no declarados en Argentina y fuera de ella para reactivar la inversi¨®n inmobiliaria, congelada desde los controles de capital en 2011, y energ¨¦tica, sobre la que tanto se prometi¨® durante la nacionalizaci¨®n de YPF y sobre la cual hay tan pocos resultados.

El sistema es curioso: los fondos que entren en el sistema ser¨¢n garantizados por el Banco Central. Existir¨¢ entonces una ¡°moneda¡± paralela, convertible con el d¨®lar y el euro. Efectivamente, esto recrea la convertibilidad de los a?os noventa, que tanto demoniza este Gobierno. Y luego estar¨¢ el relegado, controlado y devaluado peso argentino.

Pero, ?qui¨¦n podr¨ªa confiar en un Banco Central como garante de dep¨®sitos cuando el Gobierno ha erradicado completamente la independencia que la instituci¨®n pose¨ªa? Ya se ve¨ªa a la presidenta del banco, la doctora Mercedes Marc¨® del Pont, en la conferencia de prensa respondiendo preguntas como si fuera un miembro m¨¢s del Ejecutivo.

Los gur¨²s econ¨®micos de Kirchner, empezando por el neomarxista Axel Kiciloff, creen que estas medidas ayudar¨¢n a reactivar la actividad econ¨®mica ante las cruciales elecciones legislativas de octubre. All¨ª se jugar¨¢ el todo por el todo: el objetivo es la reforma constitucional que tanto se niega, pero que tanto se prepara, para abrir la puerta a la re-reelecci¨®n presidencial, como ya ocurriera con Carlos Menem. Tanto se odian los 90 que se quieren repetir.

Para ajustarse a una ideolog¨ªa que no se ve reflejada en esta amnist¨ªa, la rese?a hist¨®rica de Kiciloff olvid¨® mencionar que el Gobierno no quiere devaluar formalmente por motivos pol¨ªticos. A pesar de la estanflaci¨®n, a pesar de las mentiras estad¨ªsticas, a pesar de todo. Pero acusar a especuladores y conspiraciones fantasma es f¨¢cil. Lo dif¨ªcil es volver al crecimiento con un modelo agotado.

Las amnist¨ªas generan problemas de credibilidad a largo plazo, ya que dan beneficios a aquellos que, de una manera o de otra, han da?ado al sistema. Pero se entiende que sean necesarias. Ahora bien, resulta nada menos que incre¨ªble que un Gobierno acusado de encubrir o participar en lavado de dinero decida, de golpe y sin desmentir acusaciones, poner en marcha una amnist¨ªa financiera.

Aquellos que participen de esta operaci¨®n estar¨¢n protegidos de toda demanda legal e investigaci¨®n fiscal, impidiendo al pa¨ªs juzgarlos en el futuro por la procedencia de los fondos. ?Podr¨¢n entonces los imputados cercanos al poder lavar sus divisas sin necesidad de vuelos privados, empresas fantasma o para¨ªsos fiscales? Es una pregunta v¨¢lida para un Gobierno que sue?a con el imposible del poder eterno, y que poco a poco se desespera.

Pierpaolo Barbieri es fellow de la Escuela Kennedy de Gobierno en Harvard. Su libro Hitler¡¯s Shadow Empire ser¨¢ publicado por Harvard University Press en 2013. Su pr¨®ximo proyecto se centra en la historia econ¨®mica de Am¨¦rica Latina.