Maras y sincretismo
Tumba de Monse?or Romero. foto: SL
Ya est¨¢. Apenas llevo 3 d¨ªas en San Salvador y me he enamorado de una ciudad que b¨¢sicamente he visitado desde el coche. San Salvador es una ciudad de casitas multicolores. Hay alguna torre de pisos pero son tan pocas que se pueden contar. El centro por el que pude pasear tranquilamente el otro d¨ªa no tiene aparentemente nada especial pero la gente es sonriente y acogedora.
Esta sensaci¨®n de paz choca con la supuesta violencia de la que todo el mundo te habla y que es el objeto de una gran parte de los planes de trabajo del sinf¨ªn de organizaciones no gubernamentales y organismos pro-desarrollo que hay en la ciudad. El origen de toda esa violencia ser¨ªan las maras, un tema tremendamente complejo y absolutamente apasionante. El tema de las maras es recurrente por aqu¨ª. Principalmente se habla de la tregua firmada hace m¨¢s de un a?o y que est¨¢ en constante revisi¨®n y replanteo. Dentro de la opacidad de la tregua en si hay cifras contundentes que la convierten en un tema irremediable como es el descenso a la mitad del n¨²mero de muertes violentas diarias que habr¨ªa pasado de unos 14-16 muertos por d¨ªa a unos 6-8. Ayer, un salvadore?o que trabaja en cooperaci¨®n me se?alaba orgulloso que El Salvador ya hab¨ªa conseguido en dos ocasiones firmar treguas hist¨®ricas, la primera fue la que acab¨® con la guerra civil en 1992 y este acuerdo de paz con la maras ser¨ªa la segunda.
Y dentro de este acuerdo resulta muy significativa la participaci¨®n de la iglesia. Esa iglesia profundamente presente en todos los ¨¢mbitos de la vida de este pa¨ªs. El tema de la iglesia en El Salvador es casi tan complicado como el de las maras e igualmente apasionante. El sincretismo que rezuman algunos de los espacios de culto aqu¨ª y esa enorme implicaci¨®n hist¨®rica y guerrera de la iglesia en los conflictos penetran r¨¢pidamente en los visitantes. Todos los extranjeros que hemos venido al Foro hemos pasado ya por la visita ineludible a la tumba del Monse?or Romero, asesinado en 1980. Ayer estuve tambi¨¦n visitando el jard¨ªn de las rosas en el campus de la UCA donde descansan enterrados los 6 jesuitas asesinados en 1989 en esta universidad.
Ayer se inauguraba el foro de El Faro y su director, Carlos Dada, comentaba como este pa¨ªs fue un punto de reuni¨®n de periodistas de todo el mundo que ven¨ªan a cubrir la guerra que fue uno de los conflictos m¨¢s sangrientos de la historia de Am¨¦rica latina. La intenci¨®n es que con motivo del 15 aniversario de El Faro se vuelva a vivir ese ambiente de encuentros period¨ªsticos. Desde las gradas y con la convicci¨®n de que necesitamos un periodismo valiente y comprometido para cambiar el mundo, me emociona pensar que tantos a?os despu¨¦s estamos aqu¨ª cerrando un ciclo y abriendo otro. Un privilegio.
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