Cervantes, Argel y la 'lingua franca'
La jerga de las redes sociales, h¨ªbrida y ef¨ªmera, adapta el idioma al destinatario
El cautiverio de Cervantes es un tema recurrente en la historiograf¨ªa de la ¨¦poca y en raz¨®n de los enigmas que encierra, seduce y seguir¨¢ seduciendo a los investigadores tanto en Espa?a como fuera de ella. Herido en Lepanto durante la batalla naval que enfrent¨® el creciente poder otomano a la Santa Liga formada por Espa?a, Venecia y el Papado romano, no abandon¨® por ello los servicios a don Juan de Austria, a quien sigui¨® en sus expediciones a T¨²nez y La Goleta. En su viaje de regreso a la Pen¨ªnsula nuestro primer escritor y su hermano Rodrigo fueron capturados por los corsarios turco-berberiscos y conducidos a Argel.
La historia de sus cuatro tentativas frustradas de evasi¨®n, de sus relaciones abruptas con el codicioso y cruel bey Has¨¢n Veneciano y de las arduas negociaciones de rescate por los monjes trinitarios se hallan bien documentadas gracias a su amistad con Antonio de Sosa, cautivo como ¨¦l y autor de la imprescindible Topograf¨ªa e historia general de Argel. La estancia forzada durante cinco a?os del autor del Quijote en la orilla africana y su aportaci¨®n a su rica y variada creaci¨®n literaria han originado, como dijimos, una abundante bibliograf¨ªa y cervantistas profesionales y universitarios se han esforzado en exponer desde muy distintos enfoques las diversas facetas de su experiencia argelina. A la lucidez y conocimiento profundo en la materia de Francisco M¨¢rquez Villanueva, en la estela fecunda de Am¨¦rico Castro, se han agregado en las ¨²ltimas d¨¦cadas obras de obligada referencia como la de Emilio Sola y Jos¨¦ F. de la Pe?a (Cervantes y la Berber¨ªa) y de Mar¨ªa Antonia Garc¨¦s (Cervantes en Argel). La enumeraci¨®n ser¨ªa larga y la detengo aqu¨ª.
Criado en un mundo en el que se impon¨ªa como un dogma la ¡°limpieza de sangre¡± y en el que la Inquisici¨®n velaba por la pureza de la fe cat¨®lica y reduc¨ªa a cenizas a disidentes y herejes, el contacto con la sociedad de Berber¨ªa ¡ªla convivencia con la diversidad ¨¦tnica y religiosa de turcos, moros, cristianos, jud¨ªos, conversos y renegados¡ª le procur¨® una experiencia y una visi¨®n del ser humano en las ant¨ªpodas de las que le inculcaron en el espacio social, pol¨ªtico y religioso de la Espa?a de su tiempo. El mestizaje cultural y ling¨¹¨ªstico de Argel, el tr¨¢nsito de una fe a otra, ya fuera por convicci¨®n, ya por razones pragm¨¢ticas, configuraron su labor de escritor y aportaron su sello a lo que ¨¦l mismo llamaba su ¡°rara¡± invenci¨®n. El mundo bullicioso y abigarrado en el que vivi¨® a veces en semilibertad y a veces en las temibles mazmorras, era para ¨¦l una alternativa que nunca desapareci¨® de su horizonte vital y literario cuando regres¨® a Espa?a y no recibi¨® la recompensa condigna a su valent¨ªa en las armas y a su genio en la escritura.
Cervantes no dice gran cosa acerca del idioma en el que se comunicaban gentes de tan distintas naciones y origen social (la palabra naci¨®n no ten¨ªa entonces el significado de ahora). En Los ba?os de Argel pone en la boca de un morillo: ¡°?Rapaz cristiano / non rescatar, non fugir; / don Juan no venir, / ac¨¢ morir / perro, ac¨¢ morir!¡±, y al hablar de la esclavizada Leonisa y de su due?a Halima en El amante liberal menciona su uso de la lengua cristiana, pero sin especificar su contenido. Habr¨¢ que esperar el ¡°Relato del cautivo¡± intercalado en la Primera Parte del Quijote ¡ªlos tres cap¨ªtulos en los que suspende el hilo argumental de la novela y concede la palabra al narrador de ¡°aquel discurso verdadero¡± en la venta de Maritornes¡ª para que, a trav¨¦s de ¨¦l, Cervantes nos lo aclare.
¡°Me dijo en lengua que en toda la Berber¨ªa y aun en Constantinopla, se habla entre cautivos y moros, que ni es morisca, ni castellana, ni de otra naci¨®n alguna, sino una mezcla de todas las lenguas, en la cual todos nos entend¨ªamos¡±.
La referencia cervantina a esa ¡°lengua franca¡± gr¨¢ficamente descrita por Antonio de Sosa en su Topograf¨ªa como ¡°jerigonza¡± que al igual de los tuits de hoy serv¨ªa de esperanto pragm¨¢tico para todos los miembros de aquel vasto crisol de identidades mutantes, aparece igualmente en las relaciones de viaje de otros cautivos y de comerciantes y aventureros que navegaban de norte a sur y de poniente a levante del Mediterr¨¢neo.
El mestizaje cultural y ling¨¹¨ªstico aport¨® su sello a nuestro primer escritor
La importancia del tema exig¨ªa un registro minucioso de dicha jerga y hay que agradecer a la historiadora francesa Jacqueline Dakhlia que haya acometido dicha tarea con exhaustiva erudici¨®n y rigor. En su lingua franca. Histoire d¡¯une langue m¨¦tisse en Mediterran¨¦e, cuyo an¨¢lisis se extiende de la toma de Constantinopla por los otomanos al siglo XIX, la autora describe con numerosos ejemplos un argot compuesto principalmente por vocablos italianos y espa?oles, con aportaciones menores judeoportuguesas, francesas, provenzales, ¨¢rabes, bereberes y turcas, jerga cambiante y de sintaxis rudimentaria, con los modos y tiempos verbales reducidos al infinitivo. Las fuentes citadas lo pintan como un italiano esquem¨¢tico o de ¡°negro bozal¡±: un habla carente de l¨®gica interna en la que primaba la adaptaci¨®n r¨¢pida al o¨ªdo ajeno.
Tal galimat¨ªas se prestaba f¨¢cilmente a la parodia literaria, como hizo Juan del Encina en el divertido villancico en el que evoca la peregrinaci¨®n a Tierra Santa con los mendigos aut¨®ctonos pidiendo limosna ¡ª¡°y Ala ti da bon matin¡±, (que Dios te d¨¦ un buen d¨ªa)¡ª y en fecha mucho m¨¢s tard¨ªa, como el mism¨ªsimo Moli¨¨re, citado por Jacqueline Dakhlia, en El burgu¨¦s gentilhombre, con su parodia de la embajada otomana despachada por el sult¨¢n a la corte de Luis XIV: ¡°Si ti sabir / ti respondir; / si non sabir, / tazir, tazir¡± (si sabes, responde; si no sabes, calla, calla).
La deformaci¨®n del idioma de origen derivaba hacia una discontinuidad balbuceante, no sujeta a regla alguna y ce?ida a la mera expresi¨®n individual del sujeto parlante. La lista de ejemplos de la autora es elocuente y sabrosa, como muestra el glosario que acompa?a la obra, inspirado en gran parte en el laboreo previo de Alan Corr¨¦ y Guido Cifoletti. Contrariamente al lenguaje literario, la lengua franca (la jerga esper¨¢ntica, la de las redes sociales) es h¨ªbrida, a menudo monosil¨¢bica y, en todo caso, ef¨ªmera: cambia de una persona a otra, pero tiene la virtud de revelar las vicisitudes de la adaptaci¨®n l¨¦xica y a veces sint¨¢ctica del propio idioma al del auditor o destinatario. Como la mayor¨ªa de los cristianos que corrieron su suerte, Cervantes no intent¨® adentrarse en las complejidades de la lengua de la Berber¨ªa y permaneci¨® en la tierra de nadie en la que se impon¨ªa el uso de aquel habla fluida y mestiza.
Juan Goytisolo es escritor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.