Sobre un adi¨®s
La periodista Maruja Torres deja el diario. La Direcci¨®n le hab¨ªa planteado estudiar un tipo de colaboraci¨®n que no pasaba por mantener la columna de Opini¨®n
En la tarde del jueves, Maruja Torres colg¨® en Twitter una nota en la que informaba de que ¡°el director de EL PA?S me ha echado de Opini¨®n y yo me he ido de EL PA?S. Tantos a?os... Pero es un alivio¡±.
Una noticia que aquella misma tarde fue recogida en las redes sociales, cuyos mensajes b¨¢sicamente eran de apoyo a la periodista y cr¨ªticos con el diario.
Maruja Torres empez¨® a colaborar en este diario en 1981 en el suplemento dominical. Realiz¨® tareas tanto de reportera como de columnista. Cubri¨®, entre otros, conflictos como los de Beirut o Panam¨¢, donde fue testigo de la muerte de su compa?ero fot¨®grafo Juantxu Rodr¨ªguez, que falleci¨® por los disparos de un soldado estadounidense durante la invasi¨®n de aquel pa¨ªs en 1989.
El mismo d¨ªa en que anunci¨® su marcha publicaba en el diario su habitual columna, titulada en esta ocasi¨®n Ignominia, que conclu¨ªa afirmando que ¡°hay m¨¢s dignidad en la u?a del me?ique de un desahuciado que en la c¨²pula que nos aniebla¡±.
"No hay giro ideol¨®gico alguno en el diario", afirma Javier Moreno
El contrato de la periodista terminaba en junio y hace dos meses se le comunic¨® que no podr¨ªa ser renovado en las mismas condiciones. El director, Javier Moreno, le anticip¨® entonces por tel¨¦fono que quer¨ªa hacer cambios en Opini¨®n y que necesitaba que dejara de publicar su columna y aplazaron la consideraci¨®n de alternativas para una futura entrevista.
El jueves, se celebr¨®. Ante la posibilidad de estudiar una participaci¨®n en el diario ajena a Opini¨®n, la periodista declin¨® la oferta. Seg¨²n me ha comentado Maruja Torres, no fue una cuesti¨®n de dinero, tema que ni se trat¨®. ¡°Quise mantener mi autonom¨ªa¡±. Al no poder continuar en Opini¨®n decidi¨® no considerar ning¨²n tipo de oferta alternativa ¡°por dignidad¡±. Durante la conversaci¨®n conmigo, Torres coment¨® que quedan en el diario muchos periodistas a los que aprecia y a los que seguir¨¢ leyendo.
A la hora de cerrar esta edici¨®n se hab¨ªan recibido varios mensajes de lectores cr¨ªticos, entre la decepci¨®n y el enfado, con lo sucedido.
Mar¨ªa Esmeralda Casado escribe que ¡°me parece indignante que se le proponga negociar ¡®nuevas v¨ªas¡¯ y eliminarla de Opini¨®n, que es, a mi juicio, donde debe estar y donde tiene muchos lectores, con lo que demuestran una gran falta de sensibilidad hacia la columnista y quienes la leen¡±. Jos¨¦ Alberto lee con estupor ¡°la noticia de que tambi¨¦n se va Maruja Torres. Cada vez quedan menos¡±. Esther Mart¨ªn escribe que ¡°hoy me entero de que no volver¨¦ a leer a Maruja Torres en EL PA?S. Le ruego transmita a los responsables del peri¨®dico mi preocupaci¨®n, que supongo no ser¨¢ solo m¨ªa. (¡) Han de saber que un peri¨®dico no es una empresa; es mucho m¨¢s¡±. Y concluye con un ¡°qu¨¦ l¨¢stima¡±.
Manel San Nicol¨¢s lamenta ¡°que estas cosas ocurran en el peri¨®dico que presume de ser un referente del progresismo¡±. Luis Balt¨¦s expresa su ¡°profunda tristeza ante la noticia que publicaban otros medios de comunicaci¨®n de la salida de Maruja Torres. Mis actuales preferencias en EL PA?S est¨¢n localizadas mucho m¨¢s en columnistas y articulistas que en la informaci¨®n del peri¨®dico¡±, concluye. Remedios Madrona manifiesta su decepci¨®n ante la noticia de que la periodista abandona el diario. ¡°Las frases aceradas, la libertad infinita que le confieren sus muchos a?os y su tremenda experiencia, las columnas de Maruja Torres en el diario y su Perdonen que no me levante en el suplemento semanal son imprescindibles para m¨ª, al menos mientras ella siga con las mismas ganas de contar lo que siente y lo que ve¡±.
Un tema reiterado es la convicci¨®n, por parte de quienes manifiestan su desacuerdo, particularmente en las redes sociales, de que la decisi¨®n est¨¢ relacionada con declaraciones de la periodista durante la crisis del ERE en este diario. Otros lectores, tras conocer la noticia, aventuran que prescindir de esta firma, aunque no compartan siempre sus posiciones o manera de expresarlas, es un indicio de giro ideol¨®gico por parte del diario y una p¨¦rdida de pluralidad.
He trasladado al director del diario los citados mensajes. Esta es su respuesta: ¡°No hay relaci¨®n con el ERE ni giro ideol¨®gico alguno en el diario. Que un columnista determinado deje de colaborar en el peri¨®dico no tiene absolutamente nada que ver con la l¨ªnea editorial de este, que se expresa en sus editoriales. Y el responsable ¨²ltimo de ellos es el director; tambi¨¦n es funci¨®n m¨ªa decidir sobre los colaboradores, entre los que siempre se ha procurado que haya diversidad y pluralidad. Las columnas no son propiedad de los que escriben en ellas. Hay proyectos que se agotan o que resulta necesario cambiar, no es f¨¢cil encontrar el equilibrio entre la renovaci¨®n y la continuidad. A lo largo de la historia del peri¨®dico son muchos los columnistas que han dejado el diario, otros han vuelto despu¨¦s de un periodo de tiempo, otros se han ido incorporando; ninguno de esos cambios ha supuesto una modificaci¨®n en la l¨ªnea editorial de EL PA?S¡±.
Los espacios de un diario no son propiedad vitalicia de los articulistas del mismo y es facultad del director su gesti¨®n.
Con todo, as¨ª lo valoran los mensajes recibidos, la p¨¦rdida de una firma tan arraigada en este peri¨®dico no es una buena noticia.
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