Magos contra la farsa
El Asombroso Randi fue uno de los grandes ilusionistas del siglo XX. Pero su gran haza?a consisti¨® en desenmascarar los trucos de Uri Geller, destruyendo su aura sobrenatural A los 84 a?os, lidera un movimiento de prestidigitadores contra mentalistas y curanderos
Esta escena transcurre hacia 1943, en una parroquia de Toronto (Canad¨¢). El sacerdote pasa una cesta, y muchos feligreses depositan en ella sobres con sus nombres escritos en el exterior que contienen las s¨²plicas que quieren dirigir a Dios. El cura extrae uno, lo sostiene en alto sin abrirlo, lee el nombre del remitente y exclama: ¡°Esto es lo que Mary quiere saber. Y Dios me dice que su hermana, que est¨¢ enferma de c¨¢ncer, se va a curar y que va a vivir mucho tiempo¡±. Despu¨¦s, el orador abre el sobre, lee su contenido y lo pasa abierto para que lo compruebe un p¨²blico asombrado. De forma met¨®dica, este religioso va averiguando el contenido de cada sobre antes de abrirlo. Nadie duda de su clarividencia. Salvo un chico de 15 a?os que ha cazado la trampa.
El muchacho es un aprendiz de mago llamado James Randi que a?os antes hab¨ªa contemplado algo mucho m¨¢s ex¨®tico en un viejo teatro de variedades: el famoso mago Harry Blackstone hab¨ªa hecho levitar a una princesa sobre el escenario. Tras el espect¨¢culo, el ni?o fue al encuentro de Blackstone en el camerino y el mago le ense?¨® unos cuantos trucos de manos. La experiencia le marc¨®. Y unos pocos a?os despu¨¦s tendr¨ªa su primer encontronazo con el charlat¨¢n de la parroquia de Toronto.
¡°Randi se dio cuenta del truco¡±, explica el director de documentales Justin Weinstein desde su oficina en Nueva York. ¡°Cuando el charlat¨¢n escoge el primer sobre, con el nombre de Mary, pregunta por un tal David entre el p¨²blico, que en realidad es su compinche¡±. Por supuesto, el predicador sabe de antemano la pregunta de su colaborador. Aprovecha la ocasi¨®n para abrir el sobre de Mary haciendo creer que es el de David y memoriza su contenido. Coge otro sobre y dice: ¡°Este lo ha escrito Mary¡±, cuando en realidad pertenece a la siguiente. Y sigue la cadena hasta desvelar los contenidos de todos los sobres.
En 1956, randi aguant¨® en un ata¨²d sellado y sumergido 104 minutos, nueve m¨¢s que el r¨¦cord de Houdini
El joven Randi subi¨® al p¨²lpito y mostr¨® la t¨¦cnica. ¡°Los que estaban all¨ª se negaron a escuchar. Estaban indignados¡±, detalla Weinstein. ¡°Uno de ellos fue a buscar a un polic¨ªa, el cual cogi¨® al muchacho por las orejas y lo llev¨® a la comisar¨ªa. Fue el primer acto en el que Randi descubr¨ªa a un embaucador, pero sin ¨¦xito¡±. El Asombroso Randi ser¨ªa el nombre art¨ªstico que catapultar¨ªa al joven aprendiz hasta convertirse en el primer escapista tras Harry Houdini. En 1956 aguant¨® dentro de un ata¨²d met¨¢lico sellado y sumergido durante 104 minutos, nueve m¨¢s que el r¨¦cord de Houdini. En un programa presentado por el actor Peter Lawford, desafi¨® a los espectadores al surgir del interior de una caja fuerte de un banco llevando en su cuerpo relojes, pulseras y pendientes de un grupo de asistentes. El p¨²blico hab¨ªa visto previamente que la caja estaba vac¨ªa, antes de que se depositara en ella los objetos en otra caja m¨¢s peque?a y bajo llave. En 1976, colgado de un cable, boca abajo sobre las cataratas del Ni¨¢gara, se libr¨® de su traje de fuerza y sus cadenas en poco m¨¢s de dos minutos.
Todas sus haza?as como ilusionista, sin embargo, pasaron a un segundo plano. Randi ha cumplido 84 a?os, pero ese encuentro cuando era un muchacho con un charlat¨¢n de parroquia le condicion¨® de por vida, dice Weinstein, que est¨¢ finalizando An honest liar (Un mentiroso honesto), un documental sobre este hombre de baja estatura y barba blanca que parece salido de un cuento medieval. ¡°Randi es alguien con una misi¨®n¡±, seg¨²n Weinstein. Un mago con fama mundial por haber expuesto de forma infatigable y a la luz p¨²blica muchos de los subterfugios que usan todo un ej¨¦rcito de videntes, ps¨ªquicos y curanderos milagrosos. La Fundaci¨®n MacArthur distinguir¨ªa a Randi en 1986 con un premio de 272.000 d¨®lares por su trabajo educativo y su energ¨ªa a la hora de exponer los fraudes.
Su leyenda empez¨® con un cheque de 10.000 d¨®lares que llevaba en el bolsillo de la camisa destinado a cualquiera que demostrase, en un entorno controlado y cient¨ªfico, que posee genuinos poderes paranormales. La Fundaci¨®n Randi ofrece hoy un mill¨®n de d¨®lares a cualquier ps¨ªquico que lo consiga. Randi suele bromear cuando se le pregunta si teme perder semejante fortuna. ¡°Nunca mi dinero ha estado en lugar m¨¢s seguro¡±.
A mediados de los setenta, mostr¨® ante las c¨¢maras c¨®mo doblar las cucharas a la manera de Uri Geller, la superestrella ps¨ªquica del momento. Tambi¨¦n asesor¨® a su amigo el presentador Johnny Carson para que preparara unos experimentos antes de que Geller pasara por su show. El mentalista israel¨ª fracas¨® ante millones de telespectadores, aduciendo que en el aire hab¨ªa malas vibraciones. Randi escribir¨ªa a principios de los ochenta un libro demoledor, La magia de Uri Geller, en el que expon¨ªa todos sus trucos. Aunque Geller le denunci¨® tres veces, fracas¨® en su intento de arruinarle.
En 1986 se har¨ªa famoso al tender una trampa al telepredicador Peter Popoff. Los espect¨¢culos de este charlat¨¢n resultaban extravagantes: adivinaba entre la gente congregada los nombres de los enfermos. Se acercaba a ellos, descubriendo peculiaridades sobre sus vidas y dolencias, hasta que los tocaba. Invocando el poder divino, Popoff los sanaba entre gritos de ?aleluya! Ganaba m¨¢s de cuatro millones de d¨®lares al mes, hasta que Randi mostr¨® el truco. El evangelista usaba un dispositivo inal¨¢mbrico en su o¨ªdo; su mujer le transmit¨ªa los nombres, direcciones y enfermedades de las personas a las que iba a curar. Todo qued¨® grabado en una pel¨ªcula. Popoff se declarar¨ªa en bancarrota poco despu¨¦s. Sin embargo, el predicador ha vuelto y en su web comercializa botellitas de agua milagrosa. Y posee una fortuna de decenas de millones de d¨®lares, de acuerdo con una noticia del canal estadounidense ABC.
Esta resurrecci¨®n no le sorprende a Randi, un hombre afable, siempre dispuesto a hablar con cualquiera que apueste por el escepticismo. Para alguien desesperado, asegura, el charlat¨¢n que invoca a Dios ofrece una soluci¨®n. Randi ha tachado a las autoridades estadounidenses de irresponsables por no haber hecho nada ante los hechos. Popoff no es el ¨²nico que ha resucitado. En Estados Unidos y muchas otras partes del mundo ¨Cincluida Espa?a¨C, la legi¨®n de curanderos y seudom¨¦dicos no para de crecer. ¡°Existe un peligro financiero¡±, asegura Randi, atendiendo la llamada de El Pa¨ªs Semanal desde su oficina en Florida (Estados Unidos). ¡°Algunas personas han enviado todo su dinero a estos predicadores que prometen sanar enfermedades de forma sobrenatural¡±. Las donaciones suelen llegar por correo, con la esperanza de que la curaci¨®n tendr¨¢ lugar tambi¨¦n a distancia. ¡°Mucha gente es tan ingenua que se lo cree y env¨ªa todo su dinero¡±. Hay muchos historiales de familias completamente arruinadas, nos dice.
Muchas personas ingenuas env¨ªan todo su dinero a quienes prometen sanar enfermedades de forma sobrenatural¡±
Junto a los sanadores espirituales, que curan milagrosamente el c¨¢ncer, surgen aquellos que hablan con los muertos, nos dice Randi; una moda transformada de las sesiones de espiritismo del siglo XIX. Todos desean lo mismo, vaciarle la cartera a los ingenuos. ¡°A la gente poco educada se les quita su seguridad. Se les inculca una falsa filosof¨ªa para vivir. Si la aceptan, aceptar¨¢n cualquier cosa que se les diga¡±. Quienes env¨ªan dinero por correo esperando un milagro lo volver¨¢n a hacer con los colegas de los charlatanes, ya avisados sobre los nuevos yacimientos de cr¨¦dulos. La estafa no se detiene en el estafado. Es como una epidemia, una mancha de tinta que se extiende.
Las v¨ªctimas de videntes, farsantes y mentalistas suelen tener una educaci¨®n pobre, explica Randi. Siempre hay excepciones, como la escritora de novelas rom¨¢nticas Jude Deveraux, con m¨¢s de 50 millones de ejemplares vendidos y 37 referencias en la listas de best sellers de The New York Times. En 2011, el detective Charles Stacks encontr¨® a la escritora en la habitaci¨®n de un hotel en un estado lamentable, sin dinero; ¡°a d¨ªas de suicidarme¡±, describir¨ªa Deveraux a la cadena ABC News. Hab¨ªa ca¨ªdo en las garras de Rose Marks, jerarca de un clan de videntes neoyorquinos.
Durante 17 a?os, la escritora le transfiri¨® 20 millones de d¨®lares. Marks aseguraba a sus clientes que el dinero era una fuente de corrupci¨®n diab¨®lica. Convenci¨® a Deveraux para que vendiera sus propiedades. Logr¨® aislarla de su familia y amigos. Su hijo hab¨ªa muerto en un accidente de motocicleta en 2005, con ocho a?os, y la vidente aseguraba que el alma del peque?o se encontraba ¡°entre la tierra y el cielo¡±. Los informes policiales sugieren que la novelista recib¨ªa amenazas para que el dinero siguiera fluyendo. Las v¨ªctimas del clan de Marks eran en su mayor¨ªa mujeres inteligentes y con recursos que hab¨ªan tenido un suceso desgraciado en sus vidas. Ahora se enfrentan a un juicio por estafa.
¡°La industria de la seudociencia es tremendamente rentable, pero no podemos saber las cifras¡±, dice Randi. Los charlatanes que han fundado alguna secta acogi¨¦ndose a alguna creencia religiosa son los m¨¢s opacos. ¡°Ellos no informan sobre lo que ganan. En este pa¨ªs no pagan impuestos si escogen alg¨²n t¨ªtulo religioso de alg¨²n credo, se les da el privilegio de no pagar¡±. En Espa?a, la opci¨®n de darse de alta como astr¨®logo o similar est¨¢ tipificada en el registro de actividades econ¨®micas de Hacienda. Pese a ello, resulta imposible obtener una cifra global de ganancias.
Los videntes pueden registrarse y pagar impuestos. Si la astrolog¨ªa y la adivinaci¨®n son legales, ?hasta qu¨¦ punto la ley protege a quien ha sido estafado? ¡°Cuando el usuario de esos servicios posee un nivel de entendimiento medio-alto, se entiende que no puede haber enga?o porque ha sido el propio enga?ado quien se ha dejado enga?ar¡±, dice Luis Javier Capote, profesor del departamento de disciplinas jur¨ªdicas de la Universidad de La Laguna (Tenerife). ¡°Si la persona est¨¢ afectada desde el punto de vista mental o tiene una cultura muy baja, s¨ª hay casos de condenas¡±. La soluci¨®n no pasa por la prohibici¨®n de este tipo de pr¨¢cticas sin fundamento cient¨ªfico, comenta este experto por correo electr¨®nico.
Desde hace d¨¦cadas, James Randi intenta convencer a las grandes estrellas de la magia norteamericana para que se sumen a su causa. El gran Harry Houdini se convirti¨® progresivamente en un investigador de fen¨®menos paranormales, descubriendo las argucias de los espiritistas en la segunda d¨¦cada del siglo XX. ¡°Admito que al principio me inspir¨¦ en lo que hizo¡±, dice Randi. ¡°Houdini, como yo, no tuvo educaci¨®n superior, ni fue a la universidad. En cierto modo era ingenuo. Pero nunca crey¨® a los farsantes, porque conoc¨ªa sus trucos. ?l me mostr¨® el camino¡±.
La l¨ªnea que separa al mago del ps¨ªquico a veces es muy estrecha. Geller no se dedica ya a doblar cucharas. Pero vive en una mansi¨®n a las afueras de Londres. Usa sus poderes para encontrar oro y petr¨®leo. Y hace poco compr¨® una peque?a isla en la costa escocesa, como ¨¦l mismo afirma en su web, al intrigarle unas im¨¢genes que mostraban un ovni sobre ella. Ha comentado en programas de televisi¨®n que el hecho de que los magos logren reproducir sus haza?as no significa que ¨¦l no posea poderes sobrenaturales, como hacer germinar las semillas entre sus dedos o mover con la mente una br¨²jula. ¡°Geller empez¨® como un mago que realizaba n¨²meros en salas de fiesta en Israel, y descubri¨® que ganaba mucho m¨¢s cuando se presentaba como alguien dotado¡±, explica Ricardo Campo, colaborador del departamento de filosof¨ªa de la Universidad de La Laguna y autor del libro Ovnis, vaya timo (Laetoli).
Siempre advierto a la audiencia de que en mi espect¨¢culo no hay fen¨®menos paranormales¡±, cuenta un mago espa?ol
Los magos coquetean con el misterio. La tentaci¨®n para pasarse a ese otro lado es grande. El ilusionismo es el arte de enga?ar al cerebro haci¨¦ndonos creer lo imposible. Y los magos del gran espect¨¢culo, como Criss Angel y David Copperfield, lo consiguen: levitan entre dos edificios, hacen desaparecer la estatua de la Libertad, atraviesan paredes y caminan sobre el agua. ?C¨®mo reaccionan estas estrellas ante la petici¨®n de descubrir a los farsantes o magos reconvertidos en m¨ªsticos con poderes mentales?
¡°La respuesta es mixta, mitad y mitad¡±, dice Randi, con cierta comprensi¨®n no exenta de cr¨ªtica. En privado, y en los templos sagrados de la magia como El Castillo M¨¢gico, un exclusivo club de magos en Hollywood, o el legendario C¨ªrculo M¨¢gico de Londres, se observa su causa con simpat¨ªa. Pero la mayor¨ªa se sienten inc¨®modos si tienen que dar un paso al frente. No desean convertirse en detectives de lo paranormal. Las estrellas como Angel o Copperfield no prestan mucha atenci¨®n. ¡°Piensan que no es de su incumbencia el interferir con la actuaci¨®n de otros¡±, dice Randi. ¡°Pero no se dan cuenta de que son criminales que se aprovechan de la gente para robarles y quitarles su seguridad por medios falsos¡±.
Pese a las reticencias, Randi ha cosechado la complicidad de algunas estrellas como la pareja formada por Penn y Teller ¨Cquiz¨¢ el d¨²o de magos m¨¢s famoso en la actualidad¨C. Penn es un tipo m¨¢s bien grande, mientras que Teller es un hombre bajo que apenas habla. Forman una pareja inigualable, realizando trucos revolucionarios en los que se parte el torso de una mujer, las monedas en un recipiente con agua se transforman en peces de colores o aparecen 100.000 moscas volando en un plat¨®. Y tambi¨¦n se han dedicado a desentra?ar los trucos de los ps¨ªquicos, denunciando a farsantes de todo tipo, desde los que dicen hablar con los muertos hasta los curanderos. ¡°Randi fue el que nos hizo¡±, confiesa la pareja en la pel¨ªcula de Justin Weinstein. ¡°Nos miraba como si fu¨¦ramos espec¨ªmenes¡±. ?l fue quien les sugiri¨® que deb¨ªan formar equipo.
La respuesta de los magos espa?oles es parecida, mezcla de indiferencia e inter¨¦s. Cada vez que Randi ha venido a Espa?a para impartir sus conferencias ha encontrado buena acogida. Entre los miembros de la organizaci¨®n C¨ªrculo Esc¨¦ptico se encuentran ilusionistas como David Blanco, en cuyas actuaciones realiza efectos de mentalismo en los que adivina mensajes que el p¨²blico escribe en trozos de papel¡ ¡°Siempre advierto a la audiencia de que lo que van a ver no son fen¨®menos paranormales. No puedo mandarles a casa haci¨¦ndoles creer que tengo poderes¡±. Blanco admira la cruzada de Randi contra los farsantes. Incluso llam¨® a uno de sus n¨²meros Las honestas mentiras de David Blanco. En ocasiones, la reacci¨®n del p¨²blico le sugiere que la fuerza para creer en lo sobrenatural es irresistible en muchas personas, sobre todo por no ejercitar el pensamiento esc¨¦ptico. Se corre el peligro de abandonarse delante de un televisor creyendo a pies juntillas todo lo que all¨ª se dice. Incluso hay gente dentro de la magia que cree. ¡°No estamos acostumbrados a pensar por nosotros mismos¡±, asegura este ilusionista.
?Por qu¨¦ es m¨¢s f¨¢cil creer en lo m¨¢gico? Para D. J. Grothe, presidente de la Fundaci¨®n Randi, las seudociencias tratan de calmar nuestras ansiedades simulando responder a las cuestiones que preocupan a todo el mundo, como la muerte, el dinero, las relaciones humanas y la salud. ¡°La gente cree b¨¢sicamente en los ovnis porque les hacen sentir que est¨¢n menos solos en el universo, en los sanadores divinos porque les dan esperanza de curaci¨®n, o en los ps¨ªquicos que hablan con los muertos porque echan profundamente de menos a sus seres queridos que han perdido¡±.
La ciencia, en cambio, ha logrado explicar las posesiones demoniacas como ataques epil¨¦pticos, las abducciones alien¨ªgenas como alteraciones del sue?o, o la creencia en fantasmas como el deseo de vivir tras la muerte. Para el periodista Mauricio-Jos¨¦ Schwarz, que lleva 30 a?os combatiendo la seudociencia, se trata de entrenar los mecanismos del pensamiento y la deducci¨®n. ¡°Nadie compra un coche usado a ciegas. Necesitamos abrir el cap¨®, probar el coche. Hemos de tratar las afirmaciones paranormales como coches usados¡±.
Aquellos que est¨¢n convencidos de que hay personas con poderes tendr¨ªan que preguntarse por qu¨¦ ninguno de ellos se ha presentado a las pruebas para ganar el mill¨®n de d¨®lares ofertada por la Fundaci¨®n Randi. ¡°Cada semana nos topamos con alg¨²n candidato, pero no est¨¢n suficientemente preparados para enga?arnos. Rellenan el formulario para obtener el premio, pero luego no o¨ªmos nada de ellos. Tratan de ver si tenemos alguna flaqueza, pero no la tenemos¡±, asegura Randi. Alguno intenta llegar un paso m¨¢s all¨¢. Pero al final todos los ps¨ªquicos se esfuman y desaparecen¡casi de manera sobrenatural.
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