Varsovia y Londres, en rumbos opuestos
Mientras los parlamentarios brit¨¢nicos quieren abandonar una Europa dirigida por Alemania, los l¨ªderes polacos quieren incorporarse a su n¨²cleo duro. El tel¨®n de fondo es un club desunido
Como si fueran dos Spitfires, Reino Unido y Polonia est¨¢n empezando a inclinar las alas en el cielo para volar en direcci¨®n a distintos lugares. El piloto polaco se encamina hacia Berl¨ªn, no para bombardearla, sino para establecerse. El brit¨¢nico, en cambio, se dirige hacia el Atl¨¢ntico. Como consecuencia, su vieja amistad se resiente. Cada pa¨ªs se mueve influido por la historia, la pol¨ªtica y las emociones, adem¨¢s de por intereses. Las dos elecciones entra?an riesgos que los pilotos quiz¨¢ no ven bien desde la cabina, y ambos est¨¢n todav¨ªa a tiempo de cambiar de rumbo.
Las tensiones se vieron en una reuni¨®n de la mesa redonda polaco-brit¨¢nica celebrada hace dos semanas en Cracovia, salpicada de emociones y muy diferente a nuestro primer y optimista encuentro, en la antigua capital de la monarqu¨ªa polaca, hace seis a?os. Un participante polaco dijo que ¡°nuestra amistad est¨¢ volvi¨¦ndose m¨¢s dif¨ªcil¡± y lament¨® la ¡°actitud transaccional¡± del Gobierno brit¨¢nico ante la UE. Un brit¨¢nico dijo que tal vez Polonia deber¨ªa mostrarse m¨¢s agradecida por todo lo que Reino Unido ha hecho por ella, incluida la extraordinaria decisi¨®n de Tony Blair de abrirle el mercado laboral brit¨¢nico, que acab¨® acogiendo a un mill¨®n de polacos (cuya lengua es hoy el idioma extranjero m¨¢s hablado en Gran Breta?a).
S¨ª, respondi¨® un pol¨ªtico polaco, es cierto que aquella medida fue ¨²til en una ¨¦poca en la que hab¨ªa mucho paro en Polonia y se estaba convocando un refer¨¦ndum sobre la incorporaci¨®n a la UE. Pero Gran Breta?a no tiene derecho a esperar gratitud eterna, y no todo lo que ha hecho a lo largo de la historia ha sido tan positivo para Polonia. (Yo fui el ¨²nico que, en un susurro, pronunci¨¦ la palabra ¡°Yalta¡±, pero su peso se dej¨® sentir en la atm¨®sfera). Al fin y al cabo, fue un estadista brit¨¢nico, lord Palmerston, quien dijo que Gran Breta?a no posee aliados eternos, solo intereses eternos. Lo mismo ocurre con Polonia. Pero estar¨¢n peor sin nosotros, exclamaron los brit¨¢nicos, y uno de ellos incluso pregunt¨®: ¡°?Quieren que les abandonemos ¡ªno me gusta la expresi¨®n¡ª a merced de Alemania?¡±. A lo que replic¨® un polaco: ¡°Si Reino Unido se va, lo que nos da miedo no son los demonios alemanes, sino los demonios del sur, los franceses...¡±. Porque Polonia quiere formar parte de una Europa del norte, fuerte y disciplinada. Despu¨¦s de haber escapado de la Europa oriental y sovi¨¦tica y de haberse reinventado como parte de Europa central, a Polonia le gusta pensar hoy, a veces, que es un pa¨ªs del norte.
Tras haber escapado de la ¨®rbita sovi¨¦tica, a Polonia le gusta pensar que es un pa¨ªs del norte
Mientras tanto, la semana pasada, 130 miembros de la C¨¢mara de los Comunes brit¨¢nica expresaron su pesar por el hecho de que el compromiso de David Cameron de celebrar en 2017 un refer¨¦ndum sobre la pertenencia brit¨¢nica a la UE no figurase en el programa legislativo del Gobierno para el actual periodo de sesiones (los socios de los conservadores en la coalici¨®n, los dem¨®cratas liberales, no lo han consentido). De ellos, 114 pertenec¨ªan al propio Partido Conservador. Uno de ellos va a volver a intentarlo y a presentar la propuesta de ley como ¡°proyecto de ley particular de un parlamentario¡±, con el apoyo del partido.
¡°?Muy bien, pues solos!¡±, gritan, como el soldado brit¨¢nico que se alzaba sobre los acantilados blancos de Dover en una famosa caricatura de 1940. La ¡°historia de nuestra isla¡± tendr¨¢ mejores probabilidades de seguir adelante si los brit¨¢nicos nos liberamos de los grilletes que nos atan a un continente escler¨®tico y una eurozona enferma. Basta con comparar las m¨¢s recientes cifras de crecimiento de Estados Unidos con las de la eurozona. Hay un mont¨®n de econom¨ªas emergentes, llenas de dinamismo, con las que la Gran Breta?a posimperial, con el ingl¨¦s como lengua universal, tiene buenas relaciones que puede aprovechar bien. Resulta llamativo que dos antiguos e importantes miembros de Gobiernos conservadores, Nigel Lawson, que cuando era ministro de Hacienda quiso aproximar a Reino Unido al sistema monetario europeo, y el pol¨ªtico de origen espa?ol Michael Portillo, hayan dicho ya que, si se celebra un refer¨¦ndum sobre la permanencia o la salida de la UE, ellos votar¨ªan por irse.
Por el contrario, el Gobierno actual de Polonia est¨¢ dispuesto a hacer todo lo posible para integrarse en el coraz¨®n de Europa. Tambi¨¦n aqu¨ª la historia y las emociones son factores importantes. Despu¨¦s de decenios de estar separados de Occidente por el tel¨®n de acero, y de siglos de sentirse en la periferia del antiguo n¨²cleo carolingio de Europa ¡ªde estar ¡°en las afueras de Europa¡±, seg¨²n el t¨ªtulo que dio el historiador polaco Jerzy Jedlicki a su libro sobre las relaciones de Polonia con la civilizaci¨®n occidental en el siglo XIX¡ª, los polacos desean aprovechar la oportunidad de incorporarse por fin al n¨²cleo duro. Y, si eso significa formar parte de una Europa alemana, qu¨¦ se le va a hacer. Una actitud que, para cualquiera que conozca la historia de Polonia en el siglo XX ¡ªlos edificios de Cracovia est¨¢n llenos de placas conmemorativas de quienes murieron bajo la ocupaci¨®n alemana, y Auschwitz est¨¢ a solo unos kil¨®metros¡ª, este es un fen¨®meno asombroso.
Muchos creen que a RU le ir¨¢ mejor si se libra de los grilletes que le atan a un continente escler¨®tico
Pero tambi¨¦n un fen¨®meno explicable. La clase dirigente polaca considera que el modelo econ¨®mico alem¨¢n es mucho m¨¢s s¨®lido que el brit¨¢nico. El pa¨ªs hace la cuarta parte de sus transacciones comerciales con Alemania. El pa¨ªs vecino es un amigo poderoso en la UE. Y Berl¨ªn hace una gran aportaci¨®n a un presupuesto europeo del que Polonia es ¡ªy tras el acuerdo firmado en febrero para los pr¨®ximos siete a?os, va a seguir siendo¡ª, con gran diferencia, el principal pa¨ªs beneficiario. Qu¨¦ m¨¢s da la historia: es evidente que recibir un mont¨®n de dinero de Bruselas ayuda a que un pa¨ªs ame a la UE. Y el mismo hecho de que unos enemigos tradicionales se hayan convertido en socios genera una carga emocional positiva que la vieja pero olvidada amistad con Reino Unido no puede igualar.
Eso explica que el ministro polaco de Exteriores, Radek Sikorski, educado en Gran Breta?a, pida m¨¢s liderazgo de Alemania en la eurozona y, al mismo tiempo, diga que Reino Unido es un pa¨ªs de ¡°especial preocupaci¨®n¡± (la expresi¨®n que utiliza en polaco es casi equivalente a ¡°necesidades especiales¡±, como si estuviera hablando de un ni?o con dificultades de aprendizaje). Y asegura que, si Polonia entra en la eurozona, podr¨ªa formar parte de un grupo de primer nivel de entre tres y cinco pa¨ªses, del que Gran Breta?a hoy se niega a formar parte.
No obstante, el hecho de que los aviones inclinen sus alas en distintas direcciones no significa que vayan a mantener esos rumbos divergentes. A la mayor¨ªa de los polacos les gusta que su pa¨ªs est¨¦ en la UE, pero solo uno de cada tres quiere que adopte el euro. Los expertos polacos han aprendido de los ejemplos de Espa?a e Italia que conviene estar muy bien preparados antes de unirse al club. Creo que si Alemania hace todo lo necesario para que la eurozona vuelva a crecer, Polonia har¨¢ bien en incorporarse, pero tendr¨¢ que ser tras muchos a?os y una preparaci¨®n dif¨ªcil y minuciosa. (Durante la primera reuni¨®n que celebramos en Cracovia, en 2008, nos dijeron que el objetivo de Polonia era incorporarse al euro en 2012).
A la mayor¨ªa de los polacos les gusta que su pa¨ªs est¨¦ en la UE, pero solo uno de cada tres quiere que adopte el euro
Por otra parte, a medida que el debate brit¨¢nico adquiere algo m¨¢s de realidad, se ven m¨¢s claramente los peligros de abandonar la UE. Ya es excepcional que se lleven a cabo tantas transacciones financieras en euros en Londres, fuera de la zona de la divisa ¨²nica. El presidente de TheCityUK, que representa al sector brit¨¢nico de los servicios financieros, dice que pensar que el sector va a prosperar m¨¢s si Gran Breta?a abandona la UE es ¡°una paparrucha¡±. As¨ª que es posible que, al final, el Spitfire brit¨¢nico y el polaco acaben volando m¨¢s o menos en la misma direcci¨®n, aunque sea en los dos extremos de un amplio escuadr¨®n y con un amistoso Messerschmitt entre los dos.
Timothy Garton Ash es catedr¨¢tico de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford, donde dirige www.freespeechdebate.com, e investigador titular de la Hoover Institution, Universidad de Stanford. Su ¨²ltimo libro es Los hechos son subversivos: ideas y personajes para una d¨¦cada sin nombre.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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