F¨®rmulas alemanas para el empleo
La jornada laboral reducida o las ayudas a pymes no sirven para Espa?a
Recientemente, el secretario general del PSOE present¨® las medidas contenidas en el denominado Plan Rubalcaba (PR). Este tipo de iniciativas han de ser bienvenidas, independientemente de la acusaci¨®n de no haberse llevado a cabo cuando estaban en el Gobierno. El pasado ya no cuenta y se necesitan urgentemente nuevas propuestas para salir del pozo. El PR contiene diferentes medidas relativas a la reestructuraci¨®n de la deuda hipotecaria y los desahucios, adem¨¢s de medidas fiscales y de lucha contra la pobreza. Finalmente, hay un paquete de propuestas dirigidas a frenar la destrucci¨®n de empleo y fomentar su creaci¨®n. A estas ¨²ltimas dedico mis comentarios en estas l¨ªneas.
El PR insta a una moratoria en el tema de despidos mediante un sistema similar al Kurzarbeit (jornada laboral reducida) aplicado en Alemania al comienzo de la crisis. Se trata de ayudar a las empresas en dificultades, comprometidas a evitar despidos, mediante una reducci¨®n de jornada donde el coste laboral del empleado se repartir¨ªa equitativamente entre el empresario y el Estado, aumentado la aportaci¨®n de este ¨²ltimo al 60% en el caso de mayores de 50 a?os. Habr¨ªa bonificaciones del 100%, 75% y 50% en los tres primeros a?os a las empresas con menos de 50 trabajadores que contraten indefinidamente. Finalmente, se insiste en facilitar cr¨¦ditos bonificados a las empresas que contraten personas (hay cerca de 600 mil parados que como m¨¢ximo tienen la ESO) con necesidades de formaci¨®n b¨¢sica.
En relaci¨®n a la primera medida, existe bastante evidencia apuntando a que el Kurzarbeit no funcionar¨¢ en Espa?a. Este tipo de programas existen en Alemania desde hace un siglo pero se expandieron al comienzo de la Gran Recesi¨®n. El objetivo es que empresas con dificultades financieras transitorias (bien documentadas) no despidan a cambio de reducir jornada y el componente salarial variable. Los trabajadores cobran entre el 60 y el 67% del salario neto correspondiente a las horas no demandadas y las empresas recuperan esta cantidad (Kursabeitgeld) de la agencia estatal de empleo durante los dos a?os siguientes mediante un fondo de seguro frente al desempleo. Pese a estos esfuerzos, la proporci¨®n de afectados, la mayor¨ªa trabajadores cualificados, no supera el 1,5% del empleo total. Mucho m¨¢s relevante ha sido el uso de las llamadas cuentas de horas de trabajo (Arbeitszeitkonten), que afecta a m¨¢s de una tercera parte de los trabajadores. Permiten a los empresarios modificar al alza la jornada laboral sin remuneraci¨®n adicional, a cambio de reducirla sin rebaja salarial dentro de un l¨ªmite preestablecido. La idea es fomentar los ajustes internos a cambio de reducir los externos (v¨ªa despidos). Seguramente, la amplia presencia de representantes sindicales en los consejos de administraci¨®n de las empresas alemanas (co-determinaci¨®n) esta relacionada con el buen funcionamiento de este programa y con la moderaci¨®n salarial entre 2001 y 2008.
El Kurzarbeit funciona
bien para empresas con
trabajadores formados
y experimentados
Existe tambi¨¦n evidencia de que estas empresas contrataron menos de lo esperado durante la expansi¨®n previa, lo que puede explicar un 40% de los buenos resultados durante la recesi¨®n en t¨¦rminos de empleo, frente a un 20% de la reducci¨®n de jornada. El 20% restante es atribuible a las reformas (Hartz) adoptadas en 2003-05 sobre el acceso a las prestaciones por desempleo y la mejora del sistema de intermediaci¨®n laboral en 2003-05
La cuesti¨®n principal que nos afecta es que las medidas de reducci¨®n de jornada han funcionado bien en Alemania para el personal cualificado en el sector manufacturero porque este sector (fundamentalmente autom¨®viles) experimento una ca¨ªda transitoria de la demanda debido a la desaceleraci¨®n del comercio mundial. Con la consiguiente recuperaci¨®n, la demanda de los valorados BMW y Mercedes volver¨ªa a su nivel habitual y no era cuesti¨®n de perder trabajadores bien formados y experimentados que luego ser¨ªa dif¨ªcil reponer en un mercado laboral con elevada protecci¨®n al empleo. Por contra, el shock en Espa?a es permanente: los parados de la construcci¨®n e industrias auxiliares no volver¨¢n a dichos sectores. No tiene sentido mantenerlos aunque sea 4 horas al d¨ªa. Tienen que especializarse en otras tareas y eso conlleva tiempo y dinero. Eso s¨ª, podr¨ªa haberse utilizado para evitar despedir a 265 mil interinos del sector p¨²blico en sectores clave, como educaci¨®n y sanidad, pero no se hizo. Por todo ello, la medida propuesta en el PR llega tarde y es m¨¢s bien un canto al sol.
Por lo que respecta a los contratos bonificados para Pymes, el PR parce olvidar que el RDL 3/2012 introdujo un nuevo contrato indefinido para empresas de menos de 50 trabajadores con un periodo de prueba de un a?o, trufado de bonificaciones mientras se mantuviera durante tres a?os. Por ahora ha sido un fracaso: solo representa el 8% de las contrataciones y un 35% de los contratos firmados se han rescindido antes de un a?o de vigencia. La raz¨®n es que, trascurrido el per¨ªodo de prueba, el coste de despedido asciende a 20 o 33 d¨ªas de salarios lo que supone un muro a los ojos de los empresarios. Como dir¨ªa Pink Floyd en su mitica The Wall, primero hay que derribar el muro. Bonificar a mansalva (un 40% del presupuesto en pol¨ªticas activas) es tirar el dinero.
Juan J. Dolado es catedr¨¢tico de Econom¨ªa en la? Universidad Carlos III de Madrid
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