La inflaci¨®n est¨¢ ausente
Evitar la fragmentaci¨®n financiera es compatible con reducir el alarmante desempleo
Hace tiempo que la inflaci¨®n no es la principal obsesi¨®n de las econom¨ªas avanzadas, sobre todo despu¨¦s de la irrupci¨®n de la crisis que condujo a la Gran Recesi¨®n. En realidad, hemos visto en los a?os iniciales de la crisis registros negativos en la variaci¨®n de los precios en no pocos pa¨ªses, entre ellos, Espa?a. El desplome de la demanda de bienes y servicios, de forma intensa en las econom¨ªas avanzadas, ha tenido lugar en un contexto de agudizaci¨®n de la competencia en los mercados globales, especialmente por parte de las econom¨ªas emergentes, que han neutralizado cualquier ascenso en precios de bienes y en servicios. Como ¡°el perro que no ladr¨®¡±, parafraseando a Sherlock Holmes en Estrella de Plata, ha caracterizado el FMI a la inflaci¨®n a lo largo de la crisis: ni registr¨® ca¨ªdas muy pronunciadas y continuadas, propias de anteriores recesiones, ni se ha constituido en una amenaza ahora que la econom¨ªa global puede crecer algo m¨¢s.
En el conjunto de la econom¨ªa mundial hab¨ªa ca¨ªdo hasta el 3,25% desde el 3,75% el a?o pasado, y ese ser¨¢ el nivel en el que se mantenga hasta concluir 2014. En algunas econom¨ªas avanzadas como Jap¨®n, en una situaci¨®n pr¨®xima a la deflaci¨®n durante varios a?os, ser¨¢ muy beneficioso el repunte en la variaci¨®n de los precios consecuente con los est¨ªmulos a la demanda que las autoridades de aquel pa¨ªs han instrumentado. El propio Banco de Jap¨®n ha establecido un objetivo de inflaci¨®n para tratar de alejar definitivamente las amenazas de los ¨²ltimos a?os.
Han sido precisamente las pol¨ªticas expansivas practicadas en EE UU y m¨¢s recientemente en Jap¨®n las que han provocado algunas alarmas de los menos partidarios de la intervenci¨®n p¨²blica. La combinaci¨®n de una burbuja de bonos e implicaciones inflacionistas a medio plazo han sido los principales argumentos para defender el ajuste autom¨¢tico aun cuando significara demasiado desempleo durante demasiado tiempo. No es probable que tales efectos secundarios emerjan, y en todo caso, que lo hagan con intensidad suficiente como para cuestionar ese objetivo preeminente, la reducci¨®n del desempleo, que hoy debe orientar las pol¨ªticas econ¨®micas.
Los recientes an¨¢lisis del FMI no abonan la inquietud. Se preguntan por qu¨¦ no ha bajado m¨¢s durante la fase m¨¢s recesiva de la crisis. La propia naturaleza estructural del desempleo podr¨ªa ayudar a explicarlo. Lo relevante en todo caso es que las expectativas de inflaci¨®n se encuentran ancladas sin percibir riesgos excesivos de repunte a lo largo de la esperada fase de recuperaci¨®n del crecimiento econ¨®mico. Ello no quiere decir que no puedan darse elevaciones, especialmente si la tasa de desempleo en algunas econom¨ªas desciende significativamente por debajo de la considerada como no aceleradora de la inflaci¨®n.
Las consecuencias pol¨ªticas de esa ausencia de justificaci¨®n a temores inflacionistas son claras para la eurozona, el ¨¢rea hoy m¨¢s deprimida de la econom¨ªa global. El Banco Central Europeo (BCE) deber¨ªa centrarse, como lo est¨¢ haciendo la Reserva Federal estadounidense, en reducir de forma prioritaria y urgente el elevado desempleo del ¨¢rea monetaria. Sobre todo por los graves problemas de transmisi¨®n a la periferia de sus est¨ªmulos recientes. Evitar la fragmentaci¨®n financiera tambi¨¦n es compatible con hacerlo con el alarmante desempleo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.