Reinventar el esp¨ªritu emprendedor europeo
La UE debe reducir la aversi¨®n al riesgo y facilitar la apertura y cierre de negocios
Quiz¨¢ los europeos se consideren gente emprendedora, pero se podr¨ªa decir que el Estado de bienestar y un exceso de regulaci¨®n los han hecho aversos al riesgo.
Desde el inicio de la crisis econ¨®mica, el autoempleo se ha convertido en una opci¨®n menos atractiva. Hoy en d¨ªa, el porcentaje de europeos que prefiere trabajar por cuenta ajena llega al 58%, frente al 49% de hace tres a?os. En consonancia con este dato, el Banco Mundial ha se?alado que los ciudadanos de la UE est¨¢n dispuestos a aceptar un crecimiento menor, pero ¡°mejor¡±, con una s¨®lida cobertura de seguridad social y m¨²ltiples servicios p¨²blicos.
Al mismo tiempo, se suele decir que la poblaci¨®n joven europea es una generaci¨®n ¡°suficientemente buena¡±, que m¨¢s que conquistar el mundo prefiere adaptarse a unas circunstancias cambiantes. En Europa se ha observado una competencia menos intensa en la fabricaci¨®n de productos, unos niveles mayores de regulaci¨®n, una mayor dificultad para acceder a los capitales de alto riesgo y la presencia de un n¨²mero menor de trabajadores cualificados que en Estados Unidos.
Lamentablemente, en Europa hay menos emprendedores que en EE UU o en los pa¨ªses emergentes. El Global Entrepreneurship Monitor [Observador del Emprendimiento Global] se?ala que en 2010 los emprendedores situados en una ¡°primera fase¡± de negocio constitu¨ªan el 2,3% de la poblaci¨®n italiana y el 4,2% de la alemana. Mientras que en EE UU, China y Brasil eran, respectivamente, el 7,8%, el 14% y el 17% de la poblaci¨®n.
Las empresas adultas que dominan la econom¨ªa europea se centran m¨¢s en mejorar sus productos y servicios que en innovar
Por consiguiente, est¨¢ clara la gran necesidad de abogar por el emprendimiento, aunque no se insiste lo suficiente en ¨¦l. Las investigaciones de la OCDE demuestran que lo que determina la repercusi¨®n de las empresas en el empleo no es su tama?o, sino su edad: las m¨¢s j¨®venes crean m¨¢s empleos. En Estados Unidos, m¨¢s de la mitad del gasto en I+D es atribuible a las llamadas yollies, j¨®venes empresas innovadoras. En Europa, esa cifra es inferior al 7%.
Las empresas adultas que dominan la econom¨ªa europea se centran m¨¢s en mejorar sus productos y servicios que en innovar. Dentro de Europa hay actores consolidados que, desde el sector de la automoci¨®n al de las telecomunicaciones, ocupan posiciones s¨®lidas en cada uno de los sectores. Como ha se?alado The Economist, en la lista de las 500 primeras empresas del mundo, establecidas entre 1950 y 2007, solo hay 12 procedentes de Europa. En ese mismo periodo, Estados Unidos produjo 52.
La lectura de las cifras no resulta halag¨¹e?a. Entonces, ?qu¨¦ puede hacer Europa para reinventar el emprendimiento en el continente? Para empezar, necesitamos conjugar las mejoras de productividad en sectores tradicionales, como ha conseguido Jap¨®n, con un sistema de innovaci¨®n similar al de EE UU. Los emprendedores deben ser abiertos y flexibles en una econom¨ªa en la que la demanda se torna cada vez m¨¢s din¨¢mica y las expectativas de los consumidores cambian con rapidez. En consecuencia, las empresas necesitan adaptar su producci¨®n en mucho menos tiempo que antes.
Los emprendedores han de ser flexibles pues las empresan han de adaptar su producci¨®n en mucho menos tiempo
Adem¨¢s, para ayudar a los europeos a redescubrir el emprendimiento necesitamos reducir nuestra aversi¨®n al riesgo. Algo que en parte tiene que ver con rasgos culturales, pero tambi¨¦n con la capacidad de abrir ¡ªy de cerrar¡ª negocios y de la facilidad para hacer ambas cosas. Europa necesita racionalizar los tr¨¢mites para declararse en quiebra, los acuerdos extrajudiciales para solventar diferencias, los procedimientos judiciales y el reinicio posterior de las actividades empresariales.
En tercer lugar, algunos de los problemas tienen que ver con mercados de trabajo r¨ªgidos y con dificultades para acceder al capital. Europa ha conseguido crear un marco de investigaci¨®n y desarrollo internacional, pero, para maximizar realmente su potencial, habr¨ªa que disponer de capital de alto riesgo a escala continental, no solo dentro de los mercados nacionales como ocurre ahora. La Comisi¨®n Europea ha puesto en marcha una iniciativa destinada a mejorar el acceso al capital de alto riesgo. Es preciso ahondar en ella, pues su aplicaci¨®n ser¨¢ crucial para que las empresas innovadoras europeas crezcan y alcancen una magnitud de peso a escala mundial.
Para terminar, la simplificaci¨®n del r¨¦gimen fiscal puede ser esencial para fomentar el emprendimiento. Por ejemplo, en Suecia las empresas solo pagan impuestos dos veces al a?o, dedicando un promedio de 122 horas a realizar los tr¨¢mites pertinentes. En Italia hay 15 pagos al a?o, lo cual priva a las empresas de 285 horas de trabajo. Uno de los elementos que m¨¢s facilita el emprendimiento es internet: ahora las empresas emergentes pueden beneficiarse al instante de servicios a los que antes solo pod¨ªan acceder las grandes corporaciones, pero, en comparaci¨®n con los estadounidenses, no estamos maximizando esta oportunidad.
Es preciso fomentar una cooperaci¨®n entre empresas que propicie el intercambio de conocimientos y experiencias
En suma, para concebir una remodelaci¨®n total de la cultura del emprendimiento en Europa es preciso que fomentemos una cooperaci¨®n entre empresas que propicie el intercambio de conocimientos y experiencias. La interacci¨®n a trav¨¦s del tutelaje y la formaci¨®n, la asistencia mutua en la preparaci¨®n de proyectos y la creaci¨®n de redes y canales de comunicaci¨®n pueden ayudar a multiplicar el alcance de una empresa.
Medidas como la creaci¨®n de programas p¨²blicos y privados destinados a desarrollar y probar nuevos servicios con la vista puesta en el usuario final o la aplicaci¨®n en red de proyectos empresariales que conviertan a esos usuarios finales y a los consumidores en creadores de nuevos servicios pueden cambiar el perfil del emprendimiento en Europa.
La siguiente Comisi¨®n Europea deber¨ªa convertir el emprendimiento en uno de sus buques insignia. Aparte de los esfuerzos necesarios para lograr una integraci¨®n mayor de los mercados nacionales, la Comisi¨®n deber¨ªa adoptar un papel activo y convertirse en palad¨ªn del emprendimiento. Algo que podr¨ªa plasmarse creando, por ejemplo, centros de Start-up Europe (promoci¨®n de nuevas empresas) en las representaciones que la Comisi¨®n tiene en toda la UE, que podr¨ªan convertirse en n¨²cleos de irradiaci¨®n empresarial que permitieran el intercambio de experiencias y conocimientos pr¨¢cticos. El futuro de Europa debe basarse en el emprendimiento. Es algo que, con un poco de esfuerzo, est¨¢ totalmente a nuestro alcance.
Pawel Swieboda es presidente de demosEUROPA, Centro para la Estrategia Europea, y miembro de la Global Agenda Council on Europe del Foro Econ¨®mico Mundial.
Traducci¨®n de Jes¨²s Cu¨¦llar Menezo.
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