El eterno
Seg¨²n las encuestas, no son demasiados los espa?oles que desear¨ªan confiar en Aznar la salvaci¨®n de esta patria maltrecha
Aznar, por as¨ª decirlo, es un estado de ¨¢nimo. Cada cierto tiempo los columnistas tienen su d¨ªa Aznar y desear¨ªan hacerlo p¨²blico, pero contienen su impulso porque son conscientes de que a este hombre es al que m¨¢s art¨ªculos se le habr¨¢n dedicado en los a?os que llevamos de democracia. Flota en el ambiente la idea de que cuando al columnista no se le ocurre nada, tira de Aznar para salir del atolladero. ?Maledicencias! Aznar se merece todas las columnas que sobre ¨¦l se han escrito. Las hagiogr¨¢ficas, porque reflejan el sentir de una Espa?a eterna; tambi¨¦n aquellas que representan a los que tiemblan ante una posible vuelta de este Cid redivivo. Seg¨²n las encuestas, no son demasiados los espa?oles que desear¨ªan confiar en ¨¦l la salvaci¨®n de esta patria maltrecha. Imagino que a quien tiene vocaci¨®n de salvapatrias le tiene que sacar de quicio que no haya un clamor que reclame su vuelta. Ser¨¢ por eso que en los ¨²ltimos tiempos el ex ha entrado en bucle e imparte doctrina sobre lo que ¨¦l har¨ªa si fuera presidente. Esperanza Aguirre, que comparte la condici¨®n de ex, aprovecha la ocasi¨®n para banderillear a Rajoy y asegura que las medidas que propone Aznar son las ¨²nicas que pueden rescatarnos de la ruina en la que nos sumi¨® Zapatero. Con lo que a Rajoy, rodeado de tantos pu?ales, solo le queda llamar a las puertas del PSOE; al menos se encontrar¨ªa con Rubalcaba, que busca desde hace tiempo un pacto de Estado.
De cualquier manera, no se comprende c¨®mo alguien tan pro americano como Aznar no contempla el emular el comportamiento de su gran amigo Bush, que si algo bueno ha tenido desde que pis¨® la arena pol¨ªtica es la discreci¨®n tras la retirada. Su paso por la presidencia ha quedado en manos de cronistas. En el caso de Aznar es ¨¦l mismo el que se encarga de celebrar sus m¨¦ritos. No parece tener problemas de autoestima. ?O s¨ª?
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