La tristeza del hombre que lo tiene todo
Stephen Fry, uno de los personajes m¨¢s populares de Reino Unido, revela sus instintos suicidas
En Reino Unido es muy com¨²n otorgar el t¨ªtulo popular de ¡°tesoro nacional¡± a la gente de reconocido m¨¦rito o simplemente muy reconocida. Algunas de esas distinciones son muy discutibles, pero otras tienen una aceptaci¨®n generalizada. Es el caso, sin duda, del actor, escritor, presentador de televisi¨®n y poseedor de una de las mentes m¨¢s brillantes del pa¨ªs, Stephen Fry. Hace algo m¨¢s de un a?o qued¨® segundo en un amplio sondeo nacional para designar a los principales tesoros nacionales. Solo lo super¨® el naturalista David Attenborough y qued¨® por delante de Sean Connery, Paul McCartney, Stephen Hawking, Bobby Charlton, JK Rowling, Judi Dench, Tom Jones y Richard Attenborough. Todos ellos, probablemente mucho m¨¢s conocidos en Espa?a que Fry.
Aunque es muy famoso desde hace a?os, su popularidad se ha multiplicado desde que en 2003 presenta el programa QI, un concurso amable, ir¨®nico e intelectual en el que Fry tiene a menudo la oportunidad de mostrar su inaudita rapidez mental y su inacabable fondo de cultura. Sus conocimientos son tales y tan variados que el pianista James Rodhes explicaba hace unos d¨ªas en la revista The Spectator que cuando queda a comer con ¨¦l intenta sacar en la conversaci¨®n alg¨²n tema del que espera que Fry, por fin, no sepa nada y despertar as¨ª su admiraci¨®n. ¡°Ahora mismo estoy aprendiendo a tocar algo de Alkan¡±, dej¨® caer Rodhes en una charla. ¡°Su respuesta fue ¡®?Oh, Dios m¨ªo, me encanta su Opus 63 Esquisses¡¯, seguido de diez minutos sobre su vida, su obra y sus influencias¡±, escribe el pianista.
Fry, nacido hace 55 a?os y desde hace tiempo radicado en Norfolk, en la costa Este de Inglaterra, es fan¨¢tico ¡°de todo lo que sea digital¡±, adicto a Twitter (tiene casi seis millones de seguidores que se inquietan cuando pasa algunos d¨ªas sin enviar mensajes), abiertamente ateo, homosexual con tendencia a la abstinencia¡ y depresivo. Hace ya tiempo que explic¨® que sus problemas de bipolaridad lo llevaron una vez al borde del suicidio.
Soy v¨ªctima de mis estados de ¨¢nimo. Es la primera vez que lo cuento", confes¨®
Pero en las ¨²ltimas semanas, sus confesiones de que lo intent¨® de nuevo hace un a?o, cuando rodaba en el extranjero una nueva serie documental para la BBC han dado la vuelta al mundo. En una entrevista p¨²blica con su amigo y humorista Richard Herring, explic¨®: ¡°Soy v¨ªctima de mis estados de ¨¢nimo, seguramente mucho m¨¢s que otra gente, lo que me obliga a medicarme para no estar o demasiado espitado o demasiado deprimido como para llegar al suicidio. Voy a ir incluso hasta el extremo de decirte que lo intent¨¦ el a?o pasado, o sea que no siempre estoy feliz. Es la primera vez que cuento esto en p¨²blico, pero creo que debo hacerlo¡±.
Fry es presidente de Mind (mente, en ingl¨¦s), una organizaci¨®n ben¨¦fica que ayuda a las personas con problemas ps¨ªguicos. ¡°El ¨²nico sentido que tiene ese papel es, seg¨²n lo veo yo, no ser t¨ªmido y alertar sobre el peligro real de muerte que tienen ciertos des¨®rdenes de los estados de ¨¢nimo¡±, advirti¨®.
El actor y escritor detall¨® que se tom¨® una gran cantidad de pastillas mezcladas con vodka y que vive solo gracias a que, ¡°por fortuna¡±, el productor del programa lo encontr¨® semiconsciente en la habitaci¨®n. Fry a?adi¨®: ¡°No hay un porqu¨¦. Esa no es la pregunta correcta. Si hubiera una raz¨®n para hacerlo se podr¨ªa convencer a la gente y argumentales por qu¨¦ no deber¨ªan quitarse la vida¡±.
Las declaraciones de Fry han tenido un gran impacto en la opini¨®n p¨²blica, a la que a veces le cuesta comprender que una persona que, como ¨¦l, parece tenerlo todo, quiera llegar hasta el extremo del suicidio. Sobre todo porque ayudan a comprender que la depresi¨®n es una enfermedad, no un problema de tristeza pasajera que solo afecta a la gente que enfrenta dificultades concretas. No es dinero ni ¨¦xito ni cari?o ni amigos lo que le falta a Stephen Fry, pero nada de eso tiene que ver con el problema de ser bipolar.
¡°Si no me medico, en ocasiones estoy tan euf¨®rico, tan espitado, que puedo estar tres o cuatro noches sin dormir y estoy escribiendo o estoy haciendo cosas y me siento tan grandioso, tan lleno de autoconfianza que es casi imposible aguantarme. No puedo dejar de hablar, es incre¨ªble¡±, explic¨®. Otras veces le toca hacer ver que r¨ªe y que es feliz mientras presenta el programa IQ, pero en realidad est¨¢ pensando en el deseo de morir.
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