La ¨¦tica difusa de D¨ªaz Ferr¨¢n
Representa un tipo de empresario poco ejemplar en una sociedad competitiva y respetuosa con las leyes
La justicia, lenta en Espa?a pero algunas veces inexorable, ha alcanzado a Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n, expresidente de la patronal CEOE. La sentencia judicial dice que D¨ªaz Ferr¨¢n llev¨®? a la quiebra al grupo Marsans, del que era presidente, junto con su socio (fallecido) Gonzalo Pascual y su valido, ?ngel de Cabo; que el tr¨ªo, entre otras lindezas, vaci¨® de fondos el grupo despu¨¦s de conocer la situaci¨®n de insolvencia de Marsans y que retrasaron premeditadamente el concurso de acreedores, con lo cual hundieron sin remedio la compa?¨ªa. La condena dictada por el Juzgado de lo Mercantil n¨²mero 12 obliga a los tres (en el caso de Pascual, a sus herederos) a enjugar el agujero de Marsans, unos 400 millones de euros, y los inhabilita durante 15 a?os para administrar bienes ajenos para representar a cualquier persona. Esto es lo que se conoce con el t¨¦rmino aristocr¨¢tico de bald¨®n. Han deshonrado la tarea de empresario (emprendedor, seg¨²n el t¨¦rmino m¨¢s en boga ahora), por lo cual es inexcusable preguntarse ¡ªsin esperar respuesta¡ª c¨®mo es posible que un hombre como D¨ªaz Ferr¨¢n haya ocupado la presidencia de la CEOE.
D¨ªaz Ferr¨¢n representa un tipo de empresario de ¨¦tica difusa y confusa, poco ejemplar en una sociedad que se considere competitiva y respetuosa con las leyes. Sorprendi¨® con su petici¨®n de ¡°poner un par¨¦ntesis en el capitalismo¡±, asombr¨® con su enconada resistencia a abandonar la CEOE despu¨¦s de que estallara la ruina de Marsans y qued¨® en evidencia ante la opini¨®n p¨²blica cuando decidi¨® que la estrategia legal m¨¢s adecuada era cargar con el mochuelo al socio fallecido, Gonzalo Pascual. De todas las fechor¨ªas que se le imputan ¡ªest¨¢ en prisi¨®n preventiva en la c¨¢rcel de Soto del Real por blanqueo de dinero y ocultaci¨®n de bienes a sus socios¡ª, la de escabullirse tras la figura de Pascual ha sido quiz¨¢ la m¨¢s indecorosa.
No hay noticias sobre la reacci¨®n que ha causado la sentencia entre los casi 11.500 acreedores de Marsans. Es de suponer que ser¨¢ al menos de alivio mientras se presenta el consabido recurso legal. Porque quiz¨¢ no todos cobren, pero al menos la conducta de los administradores de Marsans ha quedado tipificada ante sus conciudadanos como lo que es: un caso de saqueo.
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