Factor humano

Por esos lazos misteriosos que en ocasiones la literatura establece comenc¨¦ hace tiempo a mantener una correspondencia viva con lectores iran¨ªes. Aunque al principio fui prudente al mostrar la curiosidad que me provocaba el pa¨ªs en su aspecto m¨¢s cotidiano (dado que me muevo en la Red con el convencimiento de que estamos bajo vigilancia), poco a poco, la naturalidad con la que intercambi¨¢bamos opiniones sobre libros o cine me hizo entender que tras la imagen hostil hacia la cultura occidental que ofrec¨ªan sus dirigentes se present¨ªa el latido de una clase media que, aun asfixiada, se hab¨ªa resistido, en la intimidad de sus casas y en los peque?os c¨ªrculos sociales, a renunciar a una tolerancia ilustrada y no contaminada por la religi¨®n.

Mi inter¨¦s, l¨®gicamente, ha sido en este caso m¨¢s agudo hacia las mujeres. Como he tenido la posibilidad de mantener conversaciones con lectoras de edades diversas he podido captar lo que saben sobre nosotros, que es mucho, y lo que nosotros sabemos sobre ellos, que es poco y te?ido de t¨®picos. Ayer mismo chateaba con M., experta en literatura juvenil que a estas alturas, por la calidez con la que nos tratamos, podr¨ªa considerar amiga. Me habl¨® de la alegr¨ªa que se ha vivido en las calles de Teher¨¢n por la victoria de Hasan Rohan¨ª. Rohan¨ª no es, seg¨²n la prensa internacional, un reformista, pero s¨ª un hombre moderado, capaz de conciliar a un pa¨ªs dividido, y que ha llenado de esperanza a un pueblo aislado internacionalmente y con una econom¨ªa devastada. Rohan¨ª ha hablado de los derechos de las mujeres. El hecho de conocer a algunas de ellas, de ver las fotos que me mandan, las de su familia y sus hogares es lo que me ha llevado a m¨ª a sentir alegr¨ªa. Es el c¨¦lebre factor humano. Un titular de la secci¨®n Internacional se transforma de pronto en algo que te afecta personalmente.