Bernard Tapie, la guillotina de la V Rep¨²blica
Fue cantante, piloto de carreras, gal¨¢n televisivo y h¨¢bil pol¨ªtico La semana que viene declarar¨¢ sobre un cobro de 403 millones que ha puesto contra las cuerdas a Sarkozy y a su exministra Lagarde, hoy al frente del FMI Este es el relato de c¨®mo un chico de barrio acab¨® desatando el gran esc¨¢ndalo pol¨ªtico y econ¨®mico de la historia reciente de Francia
La larga marcha de Bernard Tapie desde su infancia en los suburbios de Par¨ªs hasta convertirse en el protegido de dos soberanos republicanos, Fran?ois Mitterrand y Nicolas Sarkozy, dar¨ªa para una novela de misterio y terror. Tapie naci¨® en 1941 en el distrito XX, el noreste pobre de la capital, hijo de un tornero fresador y de una cuidadora de personas enfermas, pero cuando hac¨ªa el servicio militar decidi¨® cambiar de clase social y se lanz¨® a ejercer un n¨²mero notable de oficios. Guaperas, histri¨®n, directo y sincero, en su primera vida fue cantante sin fama (nombre art¨ªstico: Bernard Tapy), piloto de f¨®rmula 3 (lo dej¨® tras un accidente que, seg¨²n la leyenda, le tuvo una temporada en coma), vendedor de televisores, pionero en reflotar empresas en suspensi¨®n de pagos y popular animador de programas de televisi¨®n ¡ªen 1984 los j¨®venes le eligieron ¡°personalidad del a?o¡±, y las mujeres, el ¡°franc¨¦s m¨¢s seductor¡±, tras Alain Delon.
En los a?os ochenta, Bernard Tapie (m¨¢s conocido por su apodo, Nanard) se dedic¨® al deporte, la pol¨ªtica y la comedia. Mont¨® el equipo ciclista La Vie Claire, con el que Hinault gan¨® su quinto Tour, y se compr¨® el moribundo Olympique de Marsella, al que hizo cuatro veces campe¨®n de Liga y una vez campe¨®n de Europa, en 1993, batiendo en la final al Milan de Silvio Berlusconi, el prototipo de magnate vulgar que iluminaba la ambici¨®n de Nanard.
Tras amasar una de las 20 mayores fortunas del pa¨ªs, Mitterrand se fij¨® en ¨¦l para tratar de dome?ar el ascenso de Jean-Marie Le Pen en el sur del pa¨ªs. Tapie se present¨® a las legislativas de 1988, gan¨® por sorpresa su esca?o en Marsella y sigui¨® con sus negocios. En 1991 compr¨® la compa?¨ªa alemana Adidas, l¨ªder mundial de ropa deportiva, que estaba al borde de la quiebra por sus altos costes de producci¨®n ¡ªAlemania era entonces el enfermo de Europa¡ª. Tras deslocalizar f¨¢bricas en Asia y modernizar la marca, Adidas volvi¨® a dar beneficios en 1993. Un poco antes, Mitterrand le hab¨ªa ofrecido un puesto en el Gobierno de ¡°la apertura¡± y el playboy de la gauche radical dio el salto a la alta pol¨ªtica.
Para alejar el fantasma del conflicto de intereses y poder ser ministro de la Ciudad (barrios pobres), Mitterrand le oblig¨® a vender su participaci¨®n en Adidas. Nanard confi¨® la operaci¨®n al banco semip¨²blico que hist¨®ricamente le hab¨ªa financiado sus maniobras, Cr¨¦dit Lyonnais (CL).
En ese momento nac¨ªa el esc¨¢ndalo pol¨ªtico-econ¨®mico m¨¢s brutal, enrevesado y duradero de la V Rep¨²blica.
Cr¨¦dit Lyonnais vendi¨® las acciones de Tapie a un empresario llamado Robert Louis-Dreyfus. Y aunque obtuvo un sobreprecio, evit¨® comunicar ese detalle al antiguo propietario. Tapie supo que CL hab¨ªa ocultado las plusval¨ªas en para¨ªsos fiscales y denunci¨® al banco en los juzgados. Era 1996, y el CL acababa de evitar la quiebra, as¨ª que el Estado mont¨® un banco malo, el Consorcio de Realizaci¨®n (CDR), para gestionar los activos dudosos: era dinero p¨²blico lo que estaba en juego.
En 2005, tras nueve a?os de batalla judicial, el Tribunal de Apelaci¨®n de Par¨ªs conden¨® al CDR a pagar 135 millones de euros de da?os m¨¢s intereses a Tapie. Pero un a?o despu¨¦s, el Supremo anul¨® la sentencia y dio la raz¨®n al CDR. En 2007, Tapie hizo una jugada maestra. En plena campa?a electoral, cuando la pugna entre Nicolas Sarkozy y S¨¦gol¨¨ne Royal parec¨ªa m¨¢s incierta, el medi¨¢tico Nanard pidi¨® el voto para el candidato conservador.
Sarkozy gana las elecciones, y Tapie propone que su litigio sea juzgado por un tribunal de arbitraje privado, aduciendo que as¨ª se zanjar¨¢ ¡°m¨¢s deprisa¡±. El banco malo acepta, y el Ministerio de Econom¨ªa, liderado por Christine Lagarde, hoy directora gerente del Fondo Monetario Internacional, da la luz verde oficial al proceso de mediaci¨®n.
La decisi¨®n es llamativa, porque los arbitrajes privados no suelen resolver casos juzgados por tribunales ordinarios, y menos si el pleito afecta al Estado. Pero Econom¨ªa ordena formar un colegio de tres jueces, y este da la raz¨®n a Tapie en julio de 2008. La sentencia condena al CDR a abonar al empresario 403 millones de euros brutos, incluidos los intereses y 45 millones por da?os morales. Tras descontar impuestos y gastos, Tapie recibe el dinero y procede a gast¨¢rselo con su alegr¨ªa habitual.
La decisi¨®n escandaliza a una parte de la ciudadan¨ªa, pero Lagarde no recurre el fallo. La oposici¨®n socialista monta en c¨®lera y exige una comisi¨®n de investigaci¨®n. La comuni¨®n de intereses entre Tapie y Sarkozy es notoria, y las sospechas de trato de favor, un clamor. Ante el Parlamento, la teniente Lagarde defiende la honra de su general, jura que tom¨® la decisi¨®n ¡°por propia apreciaci¨®n¡± y a?ade que jam¨¢s recibi¨® ¡°instrucciones o presiones del El¨ªseo¡±.
"Util¨ªzame"
Christine Lagarde fue ministra de Econom¨ªa en el Gobierno conservador de Sarkozy entre 2007 y 2011, a?o en que fue nombrada directora gerente del FMI. El pasado 20 de marzo, la polic¨ªa registr¨® su piso en Par¨ªs y hall¨®, entre otros documentos, una carta a Sarkozy que reproduc¨ªa? Le Monde el pasado lunes: "Estoy a tu lado para servirte", dec¨ªa la misiva. "Util¨ªzame mientras te convenga y convenga a tu proyecto y tu casting".?
Mientras tanto, la justicia se activa otra vez. En abril de 2011, poco antes de que Sarkozy elija a Lagarde para sustituir al defenestrado Dominique Strauss-Kahn al frente del FMI, el Partido Socialista denuncia a la ilustre abogada ante la Corte de Justicia de la Rep¨²blica (CJR), competente para juzgar a los ministros, tras conocer un dur¨ªsimo documento del fiscal del Supremo.
La fiscal¨ªa acusa a Lagarde, conocida como ¡°La Gran Dama¡± por sus colaboradores en Bercy, de haber ¡°elegido la mediaci¨®n privada frente a la v¨ªa judicial¡±, de ¡°no recurrir el fallo pese a que diversos especialistas as¨ª lo aconsejaron¡±, de ¡°actuar contra el inter¨¦s p¨²blico¡±, de ¡°conocer la parcialidad de dos de los tres ¨¢rbitros¡± y de ¡°modificar el protocolo para incluir la figura del da?o moral¡±, lo que favoreci¨® a¨²n m¨¢s a Tapie.
En agosto de 2011, la CJR abre una investigaci¨®n a Lagarde, y la fiscal C¨¦cile Petit sostiene que la exministra aval¨® ¡°personalmente¡± un arbitraje lleno de ¡°anomal¨ªas e irregularidades¡±. Acusaci¨®n: complicidad en malversaci¨®n de caudales p¨²blicos y en falsedad.
Tras unos meses de calma tensa, los socialistas ganan las presidenciales de 2012. Y en enero de 2013 el caso sufre una brusca aceleraci¨®n. La polic¨ªa registra las casas de Tapie y de otros sospechosos. Luego, la CJR ordena registrar el piso de Lagarde y la cita a declarar como sospechosa el 23 de mayo. La imputaci¨®n de la directora del FMI parece segura, pero despu¨¦s de 24 horas de interrogatorio sale casi ilesa, declarada ¡°testigo asistida¡±. Una soluci¨®n salom¨®nica, deseada por Fran?ois Hollande en nombre del prestigio internacional de Francia: no exculpa definitivamente a Lagarde, y permite a Par¨ªs, a los jueces y al FMI ganar tiempo antes de repetir el bochorno de mayo de 2011, cuando la foto de DSK esposado dio la vuelta al mundo. El contrato de Lagarde con el Fondo le compromete a ¡°respetar las reglas m¨¢s elevadas en materia de ¨¦tica, de acuerdo con los valores de integridad, imparcialidad y discreci¨®n¡±, y a ¡°evitar incluso la apariencia de cualquier mala conducta¡±. Pero el consejo del FMI le da su apoyo.
A medida que el cerco judicial se estrecha sobre la c¨²pula del Estado sarkozysta, los implicados empiezan a cantar contra los dem¨¢s y las cartas se van desvelando. Le Monde, que accede a los dos sumarios abiertos ¡ªel de la CJR y el de la justicia ordinaria¡ª, publica una carta manuscrita de Lagarde, hallada en el registro de su casa y dirigida a Sarkozy, en la que la exministra declara su ¡°inmensa admiraci¨®n¡± a su jefe y le dice, entre otras lisonjas: ¡°Estoy a tu lado para servirte. Util¨ªzame¡±.
No se sabe si Lagarde envi¨® la misiva, y tampoco cu¨¢ndo la escribi¨®, pero lo relevante es la actitud: entrega incondicional, sumisi¨®n y fidelidad eterna. En su declaraci¨®n, Lagarde exculpa a Sarkozy y culpa ¡ªcontra lo afirmado ante el Parlamento¡ª a su ex jefe de gabinete, St¨¦phane Richard, al que acusa de haberle ocultado informaci¨®n fundamental e incluso de haber firmado algunos papeles sobre el caso con su sello oficial cuando ella no se encontraba en el ministerio: ¡°Deb¨ª ser m¨¢s desconfiada¡±, admite la patrona del FMI con conmovedora candidez.
Como resultado de su declaraci¨®n, su antiguo n¨²mero dos pasa a ser el sospechoso n¨²mero uno y el funcionario de m¨¢s alto rango inculpado por los jueces. El 12 de junio, Richard es imputado por ¡°estafa en banda organizada¡± tras pasar dos d¨ªas y una noche detenido. Con ¨¦l caen otros dos peces medianos: Pierre Estoup, que fue el presidente del comit¨¦ arbitral y redact¨® el fallo, y Jean-Fran?ois Rocchi, el exresponsable del banco malo que pag¨® a Tapie los 403 millones.
El sumario afirma que Richard fue la correa de transmisi¨®n entre el El¨ªseo, Bercy y el tribunal privado; el hombre que recib¨ªa las ¨®rdenes de Sarkozy y de su mano derecha, Claude Gu¨¦ant, y el que convenci¨® a Lagarde para que aprobara el arbitraje. Aunque Richard jura que se limit¨® a cumplir ¨®rdenes de Gu¨¦ant y Lagarde, los jueces saben que Sarkozy le premi¨® en 2009 con un alto cargo en France Telecom y le nombr¨® en 2011 presidente ejecutivo de Orange, la nueva marca del gigante de las telecomunicaciones.
El dise?o de la operaci¨®n, dice el sumario, parti¨® de la c¨²pula de la Rep¨²blica y se extendi¨® hacia abajo
Abrumado por la dimensi¨®n del caso, el Ejecutivo socialista, que tiene una participaci¨®n del 27% de Orange, apoya la continuidad del presidente acusado de estafa y se persona como parte civil en el proceso, a la espera de que los jueces terminen el trabajo. El sumario afirma que el dise?o de la operaci¨®n parti¨® desde la c¨²pula de la Rep¨²blica y se extendi¨® hacia abajo en estricto orden de jerarqu¨ªa: Sarkozy y Claude Gu¨¦ant, secretario general del El¨ªseo, tomaron la decisi¨®n pol¨ªtica. Richard y Rocchi fueron los arquitectos. Y como maestros de obra actuaron Estoup y el abogado de Tapie, Maurice Lantourne, en cuyo ordenador ha aparecido una nota sobre el arbitraje dirigida a¡ Christine Lagarde.
La pregunta de los 403 millones es: ?acabar¨¢ el esc¨¢ndalo con la imputaci¨®n de Lagarde, Gu¨¦ant, Sarkozy y el propio Tapie, o se comer¨¢n la tostada los segundos y terceros espadas?
Lagarde puede ser inculpada si aparecen nuevos indicios, aunque hoy d¨ªa no parece probable. En cuanto a Gu¨¦ant, su imputaci¨®n parece inminente: seg¨²n Richard, la orden directa del arbitraje se la dio Gu¨¦ant a ¨¦l mismo y a Rocchi durante una reuni¨®n celebrada en el El¨ªseo en julio de 2007, a la que tambi¨¦n asisti¨® Tapie, quien despach¨® en palacio con Sarkozy un poco antes esa ma?ana¡
El futuro del exjefe del Estado, protegido por la inmunidad que cubre los actos cometidos durante el ejercicio del cargo, es un enigma. Los jueces saben que Tapie visit¨® 22 veces el El¨ªseo entre 2007 y 2008, aunque el empresario asegura que jam¨¢s habl¨® de lo suyo con Sarkozy. Su amistad se ha probado por distintas v¨ªas, como una nota enviada por el expresidente a la muerte del padre de Tapie con la r¨²brica: ¡°Tu amigo¡±. Un testigo, exconsejero de la banca suiza Reyl, ha declarado que Tapie le cont¨® antes del fallo que Sarkozy le deb¨ªa un favor por haberle dado su apoyo en las presidenciales y que le hab¨ªa prometido que ¡°el arbitraje le ser¨ªa favorable¡±. ¡°Me dar¨¢n una suma enorme¡±, afirm¨® Tapie, seg¨²n el banquero.
La polic¨ªa, seg¨²n fuentes citadas ayer por France Press y Reuters, ha llamado a Tapie a declarar la semana que viene. La historia, sin duda, continuar¨¢.
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