Libre y en USA

?Qu¨¦ podr¨ªa haber pasado si en el avi¨®n presidencial de Bolivia viajara de verdad Edward Snowden? ?Lo habr¨ªan retenido sine die en Viena? ?Entrar¨ªan a saco en la aeronave soberana para llevarse al informante? ?Qui¨¦n y c¨®mo? ?Disfrutar¨ªa Espa?a del dudoso honor internacional de contar con el protagonismo de un embajador sabueso y sopl¨®n? En el pedamonte andino, en la ¨¦poca colonial, un fraile se defend¨ªa as¨ª en carta a un colega por haber dado la orden de que le cortasen las orejas a un ind¨ªgena: ¡°Era ind¨®cil al imperio de mi voz¡±. Eso es lo que ha ocurrido. Un corte simb¨®lico de orejas a Evo Morales por su indocilidad. Y tienen raz¨®n los pa¨ªses sudamericanos en interpretarlo como un acto de intimidaci¨®n. Su disidencia es la honra de nuestro tiempo. Los mandatarios europeos le han dado vacaciones a la ¨¦tica. Miraron hacia otro lado con los vuelos secretos a Guant¨¢namo, y pasan la noche en vela por un ruise?or. A Horacio le hicieron la predicci¨®n de que no ser¨ªa una espada ni una tos lo que acabar¨ªa con ¨¦l, sino ¡°un charlat¨¢n¡±. Lo que va a acabar con el cr¨¦dito de Obama es un hacker subcontratado. Lo mejor del presidente eran los discursos. Las palabras acud¨ªan alegremente a su boca. Me temo que ahora las m¨¢s sinceras prefieren la conciencia de Snowden. Ha cumplido con su deber de ciudadano. No deber¨ªa necesitar asilo en ning¨²n lugar. Deber¨ªa estar libre en EE<TH>UU. Tambi¨¦n a Daniel Ellsberg lo trataron de esp¨ªa y enemigo, despu¨¦s de haber desvelado los papeles del Pent¨¢gono, en 1971, que pon¨ªan de relieve las groseras mentiras de los gobernantes sobre la guerra en Vietnam. Filtrando ese informe, Ellsberg hizo gran servicio a su pa¨ªs. El Tribunal Supremo acab¨® d¨¢ndole la raz¨®n. Lo que ha puesto de relieve el caso Snowdenes que ya no hay ciudadanos, sino sospechosos. Todos estamos all¨ª. En el puto limbo.