Espiral reincidente
Sigue la secuencia Grecia-UE: incumplimientos, nuevos compromisos y desembolso de la ayuda
Los ministros de Finanzas del Eurogrupo cumplimentaron ayer ritualmente su papel en la reiterada espiral en la que se ven envueltos los pa¨ªses sometidos a rescate, particularmente Grecia. Ese reiterado guion consta de tres pasos. El primero es la constataci¨®n por parte de la troika del incumplimiento de las condiciones pactadas con el Gobierno intervenido. Le sigue el compromiso de este de compensar las tareas inconclusas, con otras medidas ¡ªya recortes, ya reformas, ya ambas cosas¡ª o con una modificaci¨®n del calendario, al objeto de liberar el tramo pendiente de la ayuda comunitaria. Todo ello desemboca en un regateo entre la exigencia y la comprensi¨®n, una afinaci¨®n de posturas y un acuerdo suficiente para ir desembolsando la transferencia necesaria, en este caso en peque?as dosis.
Esta vez presionaba adem¨¢s a favor del acuerdo un factor que suele procurar par¨¢lisis o aplazamientos: la inminencia de las elecciones alemanas, en septiembre, y el consiguiente inter¨¦s del Gobierno federal de llegar a ellas sin conflictos mayores.
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Sea todo ello en pro de no estropear m¨¢s a¨²n la situaci¨®n griega y la estabilidad del euro. Pero que nadie esconda la realidad subyacente a esta perversa secuencia: los pa¨ªses rescatados se ven sometidos a una presi¨®n tal que incentiva su tendencia a incumplir (Grecia) y/o provoca estallidos de los Gobiernos que asumen los recortes (Portugal, estos d¨ªas).
Todo ello se conjuga con una grave incoherencia por el lado de quienes suministran las ayudas: mientras mantienen la austeridad exigida a los rescatados ¡ªsi acaso con alivios espor¨¢dicos en su calendario¡ª, concluyen cada vez m¨¢s, como el FMI, en que la austeridad recabada no hace sino agravar los problemas.
Los socios del euro tambi¨¦n bendijeron la marcha del rescate bancario espa?ol y dieron la bienvenida a la recomposici¨®n de la alianza de gobierno en Portugal, brindando por la continuidad de su fidelidad a la ortodoxia antid¨¦ficit. Una fidelidad tan extrema que tiene bastante que ver con la transici¨®n de la econom¨ªa portuguesa desde el sempiterno estancamiento a la recesi¨®n sin horizontes de mejora.
Por eso la Comisi¨®n, que preside el portugu¨¦s Dur?o Barroso, explora un segundo rescate de Lisboa, m¨¢s suave en sus formas y con mayor potencia de fuego europea, al involucrar al BCE en compras de su deuda p¨²blica. Es una buena v¨ªa que, aunque ya tard¨ªa, todav¨ªa se har¨¢ esperar.
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