Sor rebelde se va de gira
Teresa Forcades, la monja que revolucion¨® Internet con sus v¨ªdeos sobre la gripe A, recorre los pueblos catalanes para hablar sobre el cambio social y el independentismo
El road show de la monja Teresa Forcades est¨¢ funcionando. La religiosa est¨¢ de gira. De mitin en mitin. Colgando el cartel de completo. Cargada con su mochila cuadrada, su botella de agua y un papel, recorre distintos pueblos de Catalu?a predicando su doctrina: crear un nuevo modelo pol¨ªtico y social sin repetir f¨®rmulas del pasado. Su independentismo, su apuesta por la despenalizaci¨®n del aborto, su confianza en que la Iglesia ¡°evolucione¡± en los temas relacionados con la homosexualidad, su voluntad de ¡°ponerse las pilas cr¨ªticas¡± y cambiarlo todo... la han convertido en la monja benedictina m¨¢s popular dentro y fuera de Catalu?a, pero tambi¨¦n en las redes sociales.
M¨¢s de 40.000 personas han firmado su manifiesto sobre el proceso constituyente ¡ªaunque todav¨ªa est¨¢n lejos de las 100.000 que se hab¨ªan marcado como objetivo¡ª. Tiene m¨¢s de 12.000 seguidores en Twitter, y la ¨²ltima vez que pas¨® por Terrassa llen¨® la plaza.
¡°Teresa llegar¨¢ tarde¡±, advierte un miembro de la organizaci¨®n. ¡°Viene directamente de otra concentraci¨®n¡±. Concretamente, en solidaridad con la plantilla de Telef¨®nica. Cae fuego en la calle. Minutos antes de las cuatro de la tarde, los ponentes de una de las mesas de la Universidad Progresista de Verano de Catalunya toman asiento. Muy cerca sale a toda prisa una mujer del metro flanqueada por dos personas. Sandalias, pantal¨®n largo azul marino, camisa clara de manga larga, chaleco y un velo que muestra un flequillo que va emblanqueciendo. Forcades, la monja que se atrevi¨® a cuestionar la gripe A en un v¨ªdeo de 52 minutos colgado en Internet en 2009, llega justo a tiempo.
Casi imposible cruzar una palabra. Como dec¨ªa aquel ¡ª¡°Yo vengo a hablar de mi libro¡±¡ª, ella viene a hablar de lo que le mueve ahora: el proceso constituyente en Catalu?a.
La gente quiere o¨ªr a Forcades. Sabe conectar con el p¨²blico, pese a las cr¨ªticas que la tachan de demagoga. De hecho, constantemente pregunta al auditorio si se est¨¢ explicando bien, y casi siempre responden que s¨ª.
No quiero mezclar pol¨ªtica y religi¨®n, quiero respetar la autonom¨ªa de ambas"
La hermana no est¨¢ sola. Viaja junto al economista Arcadi Oliveres, dos de las caras conocidas de esta plataforma: ¡°Queremos articular el malestar social, cambiar el marco constitucional. No es un partido, es una plataforma ciudadana que presentar¨¢ una candidatura¡±.
La monja que se mete en pol¨ªtica, pero asegura que no quiere ser pol¨ªtica. De momento, ¡°asumimos la soberan¨ªa de Catalu?a e iniciamos un proceso constituyente¡±. Forcades es manifiestamente independentista: ¡°Si hacemos el cambio, tenemos que desmontar la dictadura financiera. Nuestro problema m¨¢s importante es el d¨¦ficit social¡±.
Para hablar con ella, nada como la tranquilidad del monasterio donde vive desde 1997, en San Benet, en la falda de la monta?a de Montserrat. Su secretaria confirma por correo la hora. A las cinco de la tarde merienda. La hermana tiene una agenda muy apretada y solo conceder¨¢ 30 minutos de entrevista. Llega, como siempre, apresurada.
Naci¨® en Barcelona en 1966. Vivi¨® en la calle Llibertat del barrio de Gr¨¤cia junto a sus hermanas; su padre, agente comercial, y su madre, enfermera. Estudi¨® Medicina en Estados Unidos y se doctor¨® en Salud P¨²blica. Nadie la conoc¨ªa hasta que grab¨® un v¨ªdeo, Campanas por la gripe A, levantando la pol¨¦mica dentro de la comunidad de epidemi¨®logos y vir¨®logos con sus tesis. ¡°El caso de la gripe A me hizo caer en la cuenta de que no es suficiente confiar en las instituciones. Lo que ocurri¨® fue una pandemia falsa. Fue un momento importante para una parte de la poblaci¨®n que perdi¨® la inocencia. Me di cuenta de que era necesario ponerse las pilas cr¨ªticas¡±.
Sus hermanas son conscientes de que se las ha puesto. La viven con paciencia. Sin el apoyo del convento, confiesa ella, no ser¨ªa nada. Niega temer que la Iglesia tome alguna medida contra sus manifestaciones, aunque reconoce que no es habitual que una religiosa se meta en pol¨ªtica. ¡°Espero hacerlo con coherencia, sin mezclar pol¨ªtica y religi¨®n, respetando la autonom¨ªa de ambas¡±. Y a?ade: ¡°Me gustar¨ªa pensar que promociono contenido y no imagen¡±.
Forcades hace una pausa para degustar la gelatina de flor de sa¨²co, un ¡°elixir celestial¡±, que le trae una de las religiosas del monasterio. Cuenta con una secretar¨ªa y dos hermanas del convento, que le ayudan voluntariamente con la gesti¨®n de los correos y sus viajes. Especialmente pol¨¦mico ha sido el punto 6 del manifiesto del proceso constituyente, el derecho al propio cuerpo: ¡°Es cierto que ha habido cuestionamientos. Mi postura es clara: no existe el derecho al aborto, pero s¨ª se debe hablar de la despenalizaci¨®n como un mal menor¡±. Otro punto, la homosexualidad: ¡°El discurso oficial de la Iglesia ha cambiado y ahora su postura es inestable. Antes dec¨ªan que no pod¨ªa ser; ahora aceptan que ser homosexual es una realidad, pero no ejercer. Conf¨ªo en que evolucionaremos¡±.
Forcades se declara radicalmente en contra del discurso del ¡°todos hemos vivido por encima de nuestras posibilidades¡±. Y sentencia: ¡°No todos. Desde 2007 ha aumentado la venta de los productos de lujo¡±, recuerda. Y ¡ªcomo parece tener respuestas para todo¡ª si tiene que ponerle una fecha al fin de esta larga crisis, hace referencia a un informe de la CIA del pasado mes de mayo que entresac¨® de la prensa extranjera y que hablaba de 10 a?os para salir. Pero advierte: ¡°Eso si no hay revuelta popular¡±. La religiosa subraya, en declarada consonancia con las ideas del nuevo papa Francisco, que vivimos ¡°una vida de h¨¢mster. Hay que parar. Hay que rezar. Defender nuestros espacios para conectar con nosotros mismos¡±.
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