Explicaci¨®n pendiente

Mariano Rajoy contest¨® ayer con una rotunda negativa a la petici¨®n de renuncia planteada por la oposici¨®n 24 horas antes. Pero no lo hizo en sede parlamentaria ni en el marco de una explicaci¨®n detallada del caso B¨¢rcenas, sino al vuelo de una conferencia de prensa con el primer ministro polaco y con una declaraci¨®n preparada de antemano. El presidente del Gobierno sabe muy bien que lo escuchado ayer no son las explicaciones que se le piden, y que por tanto subsiste por entero la necesidad inexcusable de hacerlo en el Parlamento.

Esto ocurri¨® el mismo d¨ªa en que el exgerente y extesorero del PP confirm¨® ante el juez Ruz su cambio de estrategia. De negar la autor¨ªa de los papeles contables publicados por este peri¨®dico el 31 de enero, B¨¢rcenas ha pasado no solo a reconocerlos, sino a presentarlos como el reflejo de un sistema consolidado de sobresueldos y de traj¨ªn de dinero negro en la sede central del PP. De entre los perceptores excluye a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y carga contra Rajoy y Mar¨ªa Dolores de Cospedal, a los que atribuye cantidades concretas, aunque tambi¨¦n dice no haber conservado los recib¨ªs correspondientes. S¨ª aport¨® un documento sobre la entrega de 200.000 euros en 2007 al entonces gerente del PP en Toledo, supuestamente a cambio de una contrata de limpieza, cuando Cospedal era la presidenta del PP de Castilla-La Mancha. La se?alada niega tal acusaci¨®n y considera las dem¨¢s afirmaciones de B¨¢rcenas como un c¨²mulo de ¡°calumnias y mentiras¡±.

La justicia debe proseguir firmemente su investigaci¨®n. Pero no se agotan ah¨ª las explicaciones que la ciudadan¨ªa necesita. Las inc¨®gnitas se multiplican tras la declaraci¨®n judicial de B¨¢rcenas y dejan a¨²n m¨¢s en el aire el grado de compromiso con el extesorero del PP y las graves sospechas sobre un sistema de ingresos y pagos irregulares en el partido. Arg¨¹ir que no hay connivencia con B¨¢rcenas porque est¨¢ preso no es solo una simpleza, sino un argumento peligroso en boca de dirigentes pol¨ªticos, porque sugiere que el Poder Ejecutivo puede decidir a qui¨¦n se mete en la c¨¢rcel y a qui¨¦n no.

Rajoy se agarra al valor de la estabilidad pol¨ªtica y da a entender que es la garant¨ªa del programa de reformas puesto en marcha por su Ejecutivo. Es una respuesta que intenta llevar el debate al terreno cl¨¢sico de la discusi¨®n entre Gobierno y oposici¨®n; pero no se hace en el Parlamento, lugar natural de encuentro entre la mayor¨ªa y las minor¨ªas, adem¨¢s de sede de la soberan¨ªa. Rajoy hace bien en no discutir en p¨²blico con el extesorero ni con su entorno, pero para que ello resulte aceptable para la ciudadan¨ªa debe someterse a los cauces parlamentarios homologables a los pa¨ªses de nuestro entorno.

El problema contin¨²a planteado en los mismos t¨¦rminos en que estaba antes de la conferencia de prensa de ayer, y la ¨²nica ventaja provisional con que cuenta Rajoy es el desacuerdo de la oposici¨®n respecto a la estrategia a seguir. El jefe del Gobierno busca instalarse en la idea de la resistencia, de ir ganando semanas o meses de vida pol¨ªtica a base de aplazar los problemas. Es un m¨¦todo in¨²til para responder a la gravedad de las sospechas que han calado entre la ciudadan¨ªa.