Toma la p¨®cima y corre
Cada d¨¦cima que se arranca al crono requiere dosis crecientes de farmacopea
Con ese gusto por la hip¨¦rbole que cultiva todo comentarista deportivo, la prueba de velocidad de 100 metros lisos respond¨ªa al apelativo ¡°reina del atletismo¡±. Al paso que van los positivos entre velocistas, ser¨¢ la Reina ?cida (Acid Queen) de The Who. El archivo de los r¨¦cords mundiales de la especialidad est¨¢ pr¨¢cticamente en ruinas. Cuatro de los seis mejores tiempos de la historia (Tyson Gay, Asafa Powell, Justin Gatlin y Tim Montgomery, los dos primeros se?alados durante la ¨²ltima semana) se han dopado. O eso dicen las pruebas. Solo Usain Bolt (el hombre m¨¢s veloz de la historia) y Yohan Blake, dos jamaicanos que solo deben excitarse con tonadillas de Jimi Hendrix, aparecen limpios de polvo y paja. Hubo un tiempo en el que la progresi¨®n de la velocidad humana se comparaba con la fulgurante zancada de los felinos carniceros, esos que quedan tan bien en los documentales de La 2 cazando impalas, como el guepardo o la hacendosa leona; hoy sospechamos que casi todo era impostura y p¨®cima. Una afrenta a los ingenuos y nobles depredadores de documental, cuyo ¨²nico acicate es el hambre.
Desde que Ben Johnson dio positivo en Se¨²l 88 y manch¨® sin derecho el nombre de uno de los grandes secundarios del western cl¨¢sico de John Ford a Sam Peckinpah, los velocistas y los ciclistas son los oficios m¨¢s sospechosos de darle al frasco estimulante. Hay una ley no escrita, pero tan implacable como el principio de Arqu¨ªmedes, que establece una relaci¨®n en progresi¨®n geom¨¦trica entre cada d¨¦cima que se arranca al crono (y m¨¢s cuando se bordean los l¨ªmites de resistencia f¨ªsica) y dosis crecientes de farmacopea.
Ahora en broma, o las federaciones al cargo son capaces de detectar y sancionar con rapidez los casos de dopaje en el deporte profesional, lo cual recortar¨ªa la espectacularidad de las prodigiosas balas humanas que cruzan las metas, o se acepta la pastilla y la transfusi¨®n de hemoglobina como animal de compa?¨ªa y los nombres de los laboratorios aparecen como patrocinadores en las camisetas. La gragea que gane, que sea premiada con ping¨¹es subidas en Wall Street. Todo menos que cada semana se le caiga un mito del deporte al honrado televidente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.