Recuperaci¨®n con mala letra
El 'bucle diab¨®lico' que atenazaba a la econom¨ªa espa?ola sigue activo. Sus tres tractores son la recesi¨®n, un sistema bancario vulnerable y una deuda p¨²blica expuesta a las indecisiones de la eurozona
La certeza con que puede anticiparse el final de la recesi¨®n de la econom¨ªa espa?ola no existe a la hora de hacer lo propio con la recuperaci¨®n: con su intensidad y sostenibilidad. En ausencia de est¨ªmulos a la demanda es probable que su tibieza y fragilidad apenas permitan reducciones significativas del desempleo en el corto plazo.
En la entrevista concedida a este diario hace ocho d¨ªas, el ministro de Econom¨ªa se empe?a en convertir las ganancias de competitividad de las empresas espa?olas en el fundamento del esperado crecimiento. Anticipa que la recesi¨®n ha concluido, pero no se atreve a delinear esa caligraf¨ªa de la recuperaci¨®n por la que le preguntan Miguel Jim¨¦nez e ??igo de Barr¨®n. Ante la posibilidad de que despu¨¦s de tocado fondo apenas se crezca ¡ªla dichosa ¡°L¡±¡ª, el ministro confiesa su temor a que ¡°la recuperaci¨®n dure solo unos pocos trimestres y despu¨¦s volvamos a caer¡±: es decir, una ¡°W¡± inacabada.
La mayor¨ªa de los analistas anticipa para el conjunto de este a?o una contracci¨®n del PIB no inferior al 1,5% y un crecimiento en 2014 menor del 1%, que podr¨ªa ascender algo m¨¢s en 2015: una ¡°U¡± de panza corta, en la esperanza de que la econom¨ªa mundial, Europa incluida, renueve la intensidad del crecimiento. Esta presunci¨®n no se ha visto favorecida por la reciente revisi¨®n de las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI). Ninguna de las econom¨ªas con las que la espa?ola mantiene intercambios relevantes ¡ªincluidas las emergentes¡ª mejora sus previsiones para 2014. El crecimiento del conjunto de las avanzadas se revisa una y dos d¨¦cimas a la baja en este y el pr¨®ximo a?o, respectivamente.
Y es la eurozona la que sigue lastrando en mayor medida el crecimiento global. A la recesi¨®n de este a?o le suceder¨¢ una tasa de expansi¨®n inferior al 1% el que viene. Esa transici¨®n al crecimiento depender¨¢ de la capacidad de las instituciones para concretar decisiones que afiancen la demanda y reduzcan la incertidumbre sobre la transici¨®n a la uni¨®n bancaria.
En ese contexto, tiene lugar la revisi¨®n a la baja en el crecimiento previsto para Espa?a en 2014 por el FMI. Del 0,7% anticipado en abril pasar¨ªamos a no crecer, amparando la conformaci¨®n de esa ¡°L¡± sugerida por Jim¨¦nez y Barr¨®n. Ello ser¨ªa b¨¢sicamente la consecuencia, seg¨²n el FMI, del impacto depresivo sobre la demanda interna causado por el ajuste presupuestario.
Los ingresos no repuntan y si suben los beneficios es gracias a la ca¨ªda de los costes salariales
Para convenir con el ministro y confiar en la competitividad exterior de nuestra econom¨ªa como protagonista de la recuperaci¨®n es necesario, en primer lugar, que la demanda de las dem¨¢s econom¨ªas crezca suficientemente. En segundo, que no lo hagan al mismo ritmo nuestras importaciones, para que la aportaci¨®n al crecimiento del sector exterior sea suficientemente positiva. Son condiciones dif¨ªciles de simultanear y, en todo caso, insuficientes. Para alcanzar ritmos de crecimiento capaces de crear empleo y reducir el desempleo de forma significativa es necesario que crezca la demanda interna: el consumo de las familias y la inversi¨®n de las empresas. Y esto es harina de otro costal.
Aunque m¨¢s debilitado que hace un a?o, el bucle diab¨®lico que atenazaba a la econom¨ªa espa?ola sigue activo. Sus tres tractores ¡ªla recesi¨®n, un sistema bancario vulnerable y una deuda p¨²blica expuesta a las indecisiones de la eurozona¡ª han reducido la intensidad de su realimentaci¨®n, pero siguen manteniendo a nuestra econom¨ªa expuesta a perturbaciones internas y externas.
Aun cuando consideremos excesivamente pesimista la ausencia de crecimiento que el FMI anticipa para 2014, la alternativa no ser¨¢ una expansi¨®n significativa. El debilitamiento de los componentes de la demanda interna sigue siendo manifiesto. La de consumo, consecuente con la ca¨ªda en la renta disponible de las familias y la reducci¨®n de las remuneraciones salariales. Aunque los ingresos por ventas de las empresas no repuntan, si lo hacen los beneficios es gracias a que la ca¨ªda de los costes salariales es m¨¢s pronunciada. En su mayor¨ªa, ese excedente es destinado a la autofinanciaci¨®n o directamente a pagar deudas, no a inversi¨®n en mejoras o ampliaciones de la capacidad de producci¨®n.
La reducci¨®n de los salarios ayuda a explicar tambi¨¦n el comportamiento favorable de las exportaciones en los ¨²ltimos a?os. A pesar de que su reciente ritmo de crecimiento sea menor, la extensi¨®n sectorial de las mismas y su diversificaci¨®n geogr¨¢fica constituyen cambios de alcance en nuestro sector exterior. Pero cuando la competitividad internacional descansa solo en mejoras de esos costes relativos es m¨¢s vulnerable que cuando se apoya, adem¨¢s, en otras ventajas vinculadas al contenido tecnol¨®gico de las exportaciones, por ejemplo. En el caso de que ese comportamiento favorable tuviera continuidad seguir¨ªa siendo insuficiente para compensar la depresi¨®n de la demanda interna. En la recuperaci¨®n de esta, especialmente la inversi¨®n empresarial, la normalizaci¨®n del cr¨¦dito bancario es imprescindible. Y los datos m¨¢s recientes no son esperanzadores: el cr¨¦dito al sector privado residente se situaba en mayo en m¨ªnimos desde enero de 2007, con una ca¨ªda acumulada del 5,3% desde diciembre.
No se han mejorado las condiciones crediticias dom¨¦sticas para apoyar la reactivaci¨®n econ¨®mica
La segunda v¨ªa de alimentaci¨®n de ese c¨ªrculo vicioso sigue siendo precisamente un sistema bancario vulnerable. Hace poco m¨¢s de un a?o que el Gobierno solicit¨® a las autoridades comunitarias asistencia financiera para recapitalizar algunos bancos, que se ha traducido en la disposici¨®n del 40% de la l¨ªnea de cr¨¦dito por 100.000 millones de euros, concedida en condiciones muy favorables. Los bancos disponen hoy de capital suficiente, pero es probable que precisen m¨¢s. En realidad, alguna de las funciones para las que ese programa fue concedido est¨¢ lejos de satisfacerse. ¡°La incertidumbre sobre la fortaleza de los balances bancarios¡± no se ha eliminado completamente, y tampoco se ha ¡°contribuido a mejorar las condiciones crediticias dom¨¦sticas con el fin de apoyar la recuperaci¨®n econ¨®mica¡±, subraya el reciente informe especifico del FMI (Spain: Financial Sector Reform-Third Progress Report). ¡°Los riesgos en la econom¨ªa y, por tanto, en el sistema financiero siguen siendo elevados¡±. El FMI advierte de que la propia din¨¢mica del sector financiero acent¨²a las presiones recesivas, acelerando la contracci¨®n del cr¨¦dito y endureciendo las condiciones de financiaci¨®n. La normalizaci¨®n del cr¨¦dito tampoco se ver¨¢ facilitada por revisiones adicionales de la calidad de los balances bancarios.
La vulnerabilidad de la deuda p¨²blica es el tercer alimentador del c¨ªrculo vicioso. Sufre los efectos de los otros dos a trav¨¦s de distintas v¨ªas: desde la menor recaudaci¨®n tributaria originada por la recesi¨®n, hasta la eventual aportaci¨®n adicional de fondos p¨²blicos para capitalizar a los bancos. Pero a su vez condiciona la calidad de sus activos, en la medida en que son los bancos los principales tenedores de bonos p¨²blicos espa?oles. Los tipos de inter¨¦s sobre la deuda p¨²blica, referencia para los que soportan los prestatarios privados, aunque m¨¢s bajos que los vigentes hace un a?o, son superiores a los que soportar¨ªamos en condiciones de crecimiento econ¨®mico y salud bancaria. Y de mayor confianza en las instituciones europeas.
Todo lo anterior no garantiza una recuperaci¨®n inminente ni con la intensidad suficiente ¡ªen la ideal forma de ¡°V¡±¡ª para que nuestro principal desequilibro, el desempleo, inicie una clara correcci¨®n. De Europa han de venir los apoyos a trav¨¦s de la concreci¨®n de los proyectos tendentes a fortalecer la uni¨®n monetaria y, no menos urgente, de inequ¨ªvocos est¨ªmulos a la demanda. Mientras, no cabe descartar, como suger¨ªa el propio FMI en un anterior informe, asistencias financieras adicionales, los denominados rescates; desde luego, la extensi¨®n del correspondiente al sistema bancario, todav¨ªa vigente. Lamentablemente, la caligraf¨ªa de la recuperaci¨®n no depende solo de la mano del ministro de Econom¨ªa, ni de la saludable competitividad de nuestras exportaciones.
Emilio Ontiveros es catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Empresa de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
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