Condena de ida y vuelta

En una decisi¨®n ins¨®lita para los usos de la justicia rusa, un tribunal ha sentenciado a cinco a?os de prisi¨®n y dejado inmediatamente despu¨¦s en libertad provisional, pendiente de apelaci¨®n, a Alex¨¦i Navalni, el m¨¢s destacado y popular de los opositores a Vlad¨ªmir Putin. La teledirigida decisi¨®n de los jueces, que encuentran a Navalni culpable de la apropiaci¨®n de casi 400.000 euros de una empresa maderera en 2009, cuando asesoraba al gobernador de la regi¨®n de Kirov, permite al joven l¨ªder opositor concurrir a comienzos de septiembre a las elecciones para la alcald¨ªa de Mosc¨².

Que el juicio de Navalni ha sido fabricado pol¨ªticamente, como es costumbre hacer contra los adversarios de Putin, resulta obvio dentro y fuera de Rusia. La Uni¨®n Europea y Estados Unidos han condenado el veredicto, en un gesto por lo dem¨¢s ritual y sin consecuencias en las relaciones de las potencias democr¨¢ticas con el r¨¦gimen autoritario de Mosc¨². El Kremlin ni siquiera se ha esforzado en ocultar la oscura motivaci¨®n del proceso contra quien ha acu?ado el latiguillo ¡°partido de ladrones y estafadores¡± para referirse a la formaci¨®n gobernante rusa. Un portavoz de la polic¨ªa federal declaraba que Navalni se hab¨ªa ganado a pulso su procesamiento por su contumacia en la cr¨ªtica del poder pol¨ªtico. De hecho, la investigaci¨®n sobre las supuestas actividades delictivas del dirigente opositor, abandonada en su d¨ªa por inconsistente, revivi¨® tras el protagonismo de Navalni en las grandes protestas callejeras contra Putin de finales de 2011.

Putin no tiene nada que temer por el momento de Navalni, pese a la popularidad entre las clases medias urbanas de este abanderado contra la corrupci¨®n. La inesperada pirueta aparentemente judicial que deja en libertad moment¨¢nea al dirigente opositor ¡ªen la que algunos adivinan indecisi¨®n del Kremlin¡ª es en realidad un traje a medida para la estrategia presidencial. Por un lado, evita la repetici¨®n de inquietantes disturbios en las grandes ciudades, como los del jueves en la capital y San Petersburgo, represi¨®n a la que Putin es cada vez m¨¢s al¨¦rgico por su repercusi¨®n exterior. Por otro, y sobre todo, legitima pol¨ªticamente las pr¨®ximas elecciones a la alcald¨ªa de Mosc¨², en las que el candidato del Kremlin, Sergu¨¦i Sobianin, parte como absoluto favorito y a las que Navalni confirm¨® su participaci¨®n 24 horas antes de conocerse su condena.