La paz es posible en Oriente Pr¨®ximo
Territorios, fronteras y seguridad son los primeros asuntos a abordar en la ronda inicial de negociaciones
El anuncio del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, de la reanudaci¨®n de las negociaciones de paz entre israel¨ªes y palestinos en Washington ¡ªque acaban de comenzar¡ª no recibi¨® el tratamiento informativo que cabr¨ªa esperar de una noticia de tanta trascendencia. Quiz¨¢s la coincidencia con otras informaciones y esc¨¢ndalos pol¨ªticos y financieros y el baby royal brit¨¢nico hayan dirigido el inter¨¦s hacia otros focos informativos. A ello contribuye tambi¨¦n el escepticismogeneralizado y el cansancio de la opini¨®n p¨²blica internacional sobre el conflicto israelo-palestino.
En cualquier caso, debemos felicitar al secretario de Estado norteamericano por haber logrado lo que constituye siempre el paso m¨¢s dif¨ªcil en diplomacia: romper un impasse y convencer a las partes para que se sienten de nuevo a negociar. La shuttle diplomacy de Kerry ha dado sus frutos y ahora corresponde a israel¨ªes y palestinos asumir su responsabilidad. Estas negociaciones son trascendentales, pues son la ¨²ltima oportunidad para alcanzar la soluci¨®n de los dos Estados: Israel y Palestina viviendo en paz y seguridad.
En estas circunstancias, todos ¡ªlas partes, EE UU, la Uni¨®n Europea, la Federaci¨®n Rusa; los pa¨ªses ¨¢rabes y Turqu¨ªa, y un cuarteto renovado en su composici¨®n y objetivos, as¨ª como la sociedad civil¡ª tenemos que apoyar con firmeza y generosidad los esfuerzos negociadores.
La buena noticia es que los jefes de ambas delegaciones son las personalidades mejor preparadas para alcanzar un acuerdo: Tzipi Livni, que mantuvo en la negociaci¨®n su compromiso personal con la paz, incluso renunciando a ser primera ministra, y Saeb Erekat, que no abandon¨® nunca su voluntad negociadora y mantuvo su agenda repleta de propuestas pragm¨¢ticas y respetuosas con las leg¨ªtimas aspiraciones de los palestinos. Sin lugar a dudas, son los m¨¢s aptos y decididos interlocutores para encontrar soluciones aceptables para sus pueblos, y cerrar el c¨ªrculo de la paz.
Aunque israel¨ªes y palestinos son los que llevar¨¢n el peso de las negociaciones, la comunidad internacional no puede cruzarse de brazos y esperar la fumata blanca o negra de este c¨®nclave. Somos muchos los que conocemos las razones y el fracaso de las anteriores negociaciones. Por ello, debemos asumir nuestra cuota de responsabilidad, porque ser¨ªa un error tropezar con las mismas piedras, y estas siembran el camino de la paz en Oriente Pr¨®ximo.
Los jefes de ambas delegaciones son las personalidades mejor preparadas para alcanzar un acuerdo
Hay que dejar a las partes la responsabilidad de realizar los arbitrajes finales y las concesiones hist¨®ricas, mientras que la comunidad internacional debe acompa?ar proactivamente el proceso. Estados Unidos ha asumido el papel de tercera parte y debe evitar los errores del pasado y pensar que solos pueden garantizar su ¨¦xito. Tienen que liderar el papel de la comunidad internacional sin monopolizarlo, pues todos tenemos alguna acci¨®n que emprender: la Uni¨®n Europea debe iniciar una reflexi¨®n y puesta al d¨ªa de sus actuaciones pol¨ªtico-diplom¨¢ticas, econ¨®micas y financieras para incentivar un acuerdo definitivo. Los pa¨ªses ¨¢rabes, liderados por Arabia Saud¨ª con su estrat¨¦gica iniciativa de paz, podr¨ªan volver a revisar sus objetivos y m¨¦todo. Catar y Turqu¨ªa podr¨ªan utilizar su influencia con los actores ¨¢rabes e isl¨¢micos m¨¢s intransigentes y aglutinar el mayor apoyo posible a las negociaciones.
Finalmente, Egipto tiene que capitalizar la experiencia de sus nuevos responsables en pol¨ªtica exterior ¡ªel vicepresidente de Asuntos Internacionales, Mohamed el Baradei, y el ministro de Exteriores, Nabil Fahmi¡ª para recuperar el papel clave de este pa¨ªs en la futura ecuaci¨®n de paz.
Considero oportuno extraer algunas experiencias del pasado y compartir algunas ideas. Ser¨ªa de inter¨¦s no fijar fechas l¨ªmite, aunque s¨ª un marco temporal razonable para que las partes presenten avances. Habr¨¢ que animar a las partes a seguir negociando en cualquier circunstancia porque es probable que cuando las conversaciones alcancen la hora de la verdad la comunidad internacional tenga que presionar para que no se interrumpan.
Tiene sentido dise?ar una estrategia para contrarrestar las eventuales actuaciones de los enemigos de la paz, pues estos son numerosos y est¨¢n presentes en ambos lados. Tratar¨¢n de boicotear el proceso que deber¨ªa recuperar la m¨¢xima del ex primer ministro Rabin: ¡°Negociar como si no hubiese terrorismo y combatir el terrorismo como si no hubiesen negociaciones¡±.
En una primera fase se deber¨ªan fijar los principios b¨¢sicos aceptables por las partes para resolver las cuestiones m¨¢s sensibles. Al mismo tiempo, tendr¨ªan que concentrar los esfuerzos en cerrar lo fundamental de la primera etapa: territorios, fronteras y seguridad. Lo ideal ser¨ªa que al t¨¦rmino de esta primera fase se anunciase el anhelado doble reconocimiento, tanto entre Israel y Palestina, como en toda la comunidad internacional.
La sociedad civil debe movilizarse y huir de posiciones maximalistas para animar la adopci¨®n de decisiones. Y, a partir de ahora, las negociaciones deben ocupar el centro de la diplomacia internacional, pues la paz entre palestinos e israel¨ªes es el test definitivo para que Naciones Unidas y las instancias internacionales presenten una success story, despu¨¦s de haber logrado el final al apartheid en Sud¨¢frica.
Washington es una oportunidad para la paz, pero nos corresponde a todos mantener un compromiso decidido para que no se nos pueda atribuir la famosa frase, en esta ocasi¨®n adaptada, del exministro Abba Eban, de que la comunidad internacional no pierde una oportunidad de perder esta ¨²ltima oportunidad.
Miguel ?ngel Moratinos fue ministro de Asuntos Exteriores y, anteriormente, representante de la UE para el proceso de paz ¨¢rabe-israel¨ª.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.