En el t¨²nel
Si conducimos un Ferrari capaz de velocidades superiores a 250 km/h, con todos los sistemas de seguridad del autom¨®vil, a 120 km/h por una autopista ancha y bien asfaltada nos sentiremos seguros. Si conducimos un antiguo R5 por una carretera secundaria limitada a 60 km/h, iremos m¨¢s precavidos y tambi¨¦n nos sentiremos seguros. Pero si nuestro Ferrari se convierte s¨²bitamente en un R5, y la autopista, en carretera comarcal, aunque est¨¦ correctamente se?alizada, ?cu¨¢ntos accidentes podr¨ªan sufrir diariamente conductores normales por despistes normales?
Este desprop¨®sito no se arregla poniendo se?ales y responsabilizando a los conductores de su negligencia. A 190 km/h, en un minuto se recorren los cuatro kil¨®metros en los que un maquinista humano, el d¨ªa 24, sali¨® confundido de un t¨²nel para entrar en otro: el m¨¢s oscuro que nunca pudo imaginar.¡ª Felipe Aguado.
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