Carne sin remordimiento
La primera hamburguesa a partir de c¨¦lulas madre ha costado cinco a?os de investigaci¨®n y 248.000 euros
La llamada hamburguesa de laboratorio, creada a partir de c¨¦lulas madre de vacuno, es un gran paso para el hombre y para las vacas. Lo del gran paso se entiende porque gracias a los esfuerzos de Mark Post y un equipo de cient¨ªficos holandeses se podr¨¢ ¡ªen el futuro¡ª fabricar carne y hacer frente de esta forma a la escasez mundial de alimentos; con un impacto medioambiental muy bajo, adem¨¢s. La producci¨®n de carne en el laboratorio es una de las pocas respuestas factibles para alimentar a una poblaci¨®n que crece en progresi¨®n geom¨¦trica, como nos advirti¨® Malthus.
Pero estamos en la primera fase, la de la investigaci¨®n culminada con ¨¦xito. Por el momento, hay un problema de caja para los consumidores potenciales. La primera hamburguesa a partir de c¨¦lulas madre ha costado cinco a?os de investigaci¨®n y 248.000 euros. Un poco lento para un burger y un poco caro para los devoradores de fast food. Debemos esperar adem¨¢s que con c¨¦lulas madre se puedan fabricar tambi¨¦n chuletones, solomillos, entrecots, osobucos y rabo de toro: no todo va a ser comida r¨¢pida envuelta en papel y servida entre cartones.
Tambi¨¦n hay un problema serio con el sabor. Los cr¨ªticos gastron¨®micos que probaron la hamburguesa sint¨¦tica ¡ªcocinada por un chef de relumbr¨®n, Richard McCowan¡ª transmitieron impresiones animosas, pero ca¨®ticas: ¡°Est¨¢ cerca de la carne, aunque no es tan jugosa¡±, ¡°echo de menos sal y pimienta¡± o ¡°el bocado tiene el tacto de una hamburguesa; lo que resulta distinto es el sabor¡±. No aportan demasiada informaci¨®n; dicen lo mismo (falta el ¡°parece corcho¡±) que los encuestados a la salida de cualquier franquicia actual de hamburguesas. La soluci¨®n consiste en que ademas de c¨¦lulas madre de vaca utilicen c¨¦lulas madre de madre o de Argui?ano para que den algo de sabor a la carne cultivada.
Falta por entender un aspecto crucial de esta revoluci¨®n c¨¢rnica. El animal no sufre, no hay hecatombes vacunas ni el consumidor tiene que sentirse culpable por la sangre derramada de las bestias. Ser¨¢, m¨¢s o menos, como devorar vegetales o legumbres. Para los carn¨ªvoros conscientes, una decepci¨®n; para los veganos, un aliciente. ?Que hubieran dicho Pedro Picapiedra y Ob¨¦lix?
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