Viven en invernaderos

En los ¨²ltimos meses se observa una t¨ªmida ocupaci¨®n de bajos que permanec¨ªan cerrados por el cese de negocios que, en no pocos casos, se vieron forzados a echar las persianas tras d¨¦cadas de funcionamiento, rompiendo la cadena de actividad de distintas generaciones. Y es que, ante la falta de empleo y, por tanto, de recursos econ¨®micos con los que hacer frente a las necesidades b¨¢sicas familiares, hay personas que intentan salir adelante por cuenta propia, abriendo peluquer¨ªas, bares, tiendas de ropa (nueva o usada), de inform¨¢tica o de reparaci¨®n de electrodom¨¦sticos. Sin embargo, escaso recorrido pueden tener unos autom¨®viles a los que no se les suministra combustible, es decir, cu¨¢nto tiempo podr¨¢n permanecer con las puertas abiertas muchas de estas iniciativas si cada d¨ªa se retrae m¨¢s el consumo. Como dec¨ªa el ferretero del barrio al d¨ªa siguiente de escuchar la novedosa sugerencia realizada desde el FMI y abrazada con muestras de cari?o por determinados dirigentes y organismos europeos, quienes lanzan propuestas de recuperaci¨®n laboral y econ¨®mica consistentes en la bajada generalizada de los salarios, suelen vivir en invernaderos donde no se notan y padecen los efectos de las tormentas e inclemencias sociales.¡ª Alejandro Prieto Orviz.