Siete a?os con Ra¨²l Castro
Las reformas impulsadas en Cuba son positivas, pero van a paso muy lento, enfrentan excesivas regulaciones y controles y son insuficientes para resolver los problemas acumulados en 54 a?os de socialismo real
En agosto de 2006, Fidel Castro pas¨® el poder a su hermano Ra¨²l. El 26 de julio de 2007, este plante¨® los problemas econ¨®micos del pa¨ªs y advirti¨® que demandaban reformas estructurales. En febrero de 2008 Ra¨²l fue elegido presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y en abril de 2011 primer secretario del Partido Comunista. Las reformas se iniciaron en 2007, se aceleraron desde 2011 y contin¨²an. ?Cu¨¢l es el balance de siete a?os de Ra¨²l en el poder?
Ra¨²l ha introducido una veintena de reformas econ¨®micas de diverso tipo, orientadas hacia el mercado y las m¨¢s importantes bajo la revoluci¨®n.
Las reformas no estructurales (porque no cambian la naturaleza del sistema) en 2007-2008 fueron: pago de deudas estatales a campesinos, aumento en los precios de venta forzosa al Estado de parte de su producci¨®n (acopio), y venta de insumos a aquellos; permiso para el transporte privado de pasajeros y carga; supresi¨®n del tope salarial, autorizaci¨®n del pluriempleo, abono de parte del salario en divisas; trabajo por resultado (destajo); reforma de las pensiones que aument¨® la edad de retiro en cinco a?os; y acceso de cubanos a hoteles y restaurantes para turistas extranjeros.
Importantes reformas estructurales (porque en algo cambian el sistema econ¨®mico) introducidas en 2008-2013 fueron: entrega en usufructo de tierras estatales ociosas; cesant¨ªa de empleados estatales innecesarios; fomento de trabajos no estatales (cuenta propia, cooperativas de producci¨®n no agr¨ªcola y servicios) para ocupar a los parados; eliminaci¨®n de ¡°gratuidades¡± (escuela secundaria en el campo, universidades municipales); extracci¨®n gradual de art¨ªculos del racionamiento y su venta a precios de mercado a los subsidiados (la supresi¨®n total es rechazada por grupos de bajos ingresos y que no reciben remesas del exterior); reducci¨®n en gastos de servicios sociales financieramente insostenibles; autorizaci¨®n de compraventa de viviendas y de coches; reforma tributaria que estableci¨® el impuesto progresivo a la renta; y mercado mayorista para el sector no estatal.
Las reformas estructurales son parte de la ¡°actualizaci¨®n del modelo¡± acordada en el VI Congreso del Partido en 2011, pero pasaron dos a?os antes de que el Gobierno nombrase una comisi¨®n para definir el modelo. Sus par¨¢metros clave fijados por el Congreso son: el plan central predominar¨¢ sobre el mercado y la empresa estatal sobre la no estatal. Ese modelo de hecho fue experimentado sin ¨¦xito en algunos pa¨ªses de Europa Oriental antes de la desaparici¨®n del campo socialista, as¨ª como en Cuba bajo las t¨ªmidas reformas de 1975-1985.
Ese modelo fue probado sin ¨¦xito en Europa Oriental antes de la ca¨ªda del campo socialista
Est¨¢n pendientes una serie de cambios estructurales fundamentales, necesarios para el ¨¦xito de los ya emprendidos. Se anuncia una nueva etapa de las reformas, m¨¢s completa y profunda, para el resto de 2013 y 2014, como la desregulaci¨®n de las grandes empresas estatales (miner¨ªa, manufactura), que prev¨¦ la reinversi¨®n y el aumento de salarios con el 50% de sus ganancias, y el cierre de aquellas que arrojen p¨¦rdidas. Estas medidas se ensayaron en Cuba en 1975-1985 para despu¨¦s abandonarse. Durante dos a?os se pregon¨® una nueva ley de inversi¨®n extranjera m¨¢s flexible que la actual de 1995; se ha vuelto a anunciar en julio como un complemento a la inversi¨®n estatal y siempre que aporte tecnolog¨ªa, financiamiento, mercados y empleo.
Todo el mundo est¨¢ de acuerdo en la eliminaci¨®n de la doble moneda (el peso nacional ¡ªo CUP¡ª y el peso convertible o CUC; 1 CUC equivale a 25 CUP) porque genera distorsiones en la econom¨ªa y castiga a la poblaci¨®n, a quien se paga en CUP, pero debe comprar en CUC la mayor¨ªa de los bienes de consumo; pero no hay acuerdo de c¨®mo hacerla. Seg¨²n Marino Murillo, la aplicaci¨®n ¡°puramente t¨¦cnica¡± de la unificaci¨®n provocar¨ªa un alza enorme de precios, por lo que rechaza la ¡°terapia de choque¡±. Tambi¨¦n hay que unificar y fijar de manera realista la tasa de cambio. Por ¨²ltimo, se requiere una reforma integral de precios para que estos sean reflejo real del valor, pero ello conducir¨ªa a la escalada de precios.
Las reformas est¨¢n bien orientadas y han logrado mejoras, pero est¨¢n obstaculizadas por excesivos controles y regulaciones, as¨ª como altos impuestos. Por ejemplo, las reformas aumentaron las ocupaciones por cuenta propia, permitieron contratar empleados sin l¨ªmite, abrir cuentas bancarias, etc., pero subsisten muchas trabas: ocupaciones muy espec¨ªficas y no cualificadas (los profesionales no pueden ejercer por su cuenta); cierre de tiendas de cuentapropistas en los portales habaneros; tasa del impuesto a la fuerza laboral que sube de 25% a 75% seg¨²n crecen los empleados contratados, penalizando a los que crean empleo; y fuerte oposici¨®n de la burocracia frecuentemente criticada por Ra¨²l. Las cooperativas, por ejemplo, requieren cuatro instancias para su aprobaci¨®n y la decisi¨®n final se deja al Consejo de Ministros.
Las reformas pol¨ªticas son menores que las econ¨®micas: liberaci¨®n de m¨¢s de 100 presos de conciencia; ley de migraci¨®n con la salida y regreso de una veintena de disidentes; fijaci¨®n de dos mandatos de cinco a?os para cargos en el Gobierno y el partido; campa?a contra la corrupci¨®n con m¨¢s de 300 funcionarios y empresarios procesados, reconocimiento de la persistente discriminaci¨®n racial y sexual y nombramiento de algunos representantes de ambos grupos en puestos del Gobierno y el partido; designaci¨®n de miembros de una nueva generaci¨®n en posiciones clave; cierta apertura a la discusi¨®n y la cr¨ªtica (por ejemplo, las revistas Espacio Laical y Temas); y cr¨ªtica a la burocracia y la prensa oficial. Persisten el partido ¨²nico, el control y la represi¨®n de disidentes, el monopolio de medios de comunicaci¨®n, los sindicatos subordinados al Gobierno y la ausencia de derechos civiles y pol¨ªticos.
Hacen falta cambios estructurales que son necesarios para el ¨¦xito de los ya emprendidos
Las reformas econ¨®micas van a paso lento. En 2010 se estim¨® entre 1,3 y 1,8 millones el n¨²mero de empleados estatales innecesarios que hab¨ªa que despedir; frente a una meta de un mill¨®n en 2011, s¨®lo 365.000 fueron despedidos en 2012 por no haberse creado suficientes empleos privados. En junio de 2013 hab¨ªa 430.000 trabajadores por cuenta propia, pero s¨®lo el 18% eran parados en el sector estatal. En 2012 se autorizaron 222 actividades en las nuevas cooperativas, pero en julio de 2013 apenas comenzaron 124. Se distribuyeron 1,5 millones de hect¨¢reas a 180.000 usufructuarios, pero entre el 33% y el 54% de la tierra entregada no estaba en producci¨®n. Y se vendieron 45.000 viviendas en 2011-2012, s¨®lo un 1,4% del total.
No hay efectos macroecon¨®micos positivos. Murillo reconoci¨® en junio que las reformas no hab¨ªan conducido al necesario incremento de la producci¨®n. La agr¨ªcola total cay¨® 5% en 2010 y 1,2% en 2012; y la agr¨ªcola no azucarera descendi¨® 7% en el primer trimestre de 2013. La subida del PIB fue del 3% en 2012, la cuarta m¨¢s baja en Am¨¦rica Latina; en el primer semestre de 2013 se desaceler¨® a 2.3% frente a una meta de 3.6%. Las reformas provocan efectos sociales adversos y un aumento de la poblaci¨®n vulnerable, pero los beneficiarios de la asistencia social se recortaron en 72% en 2006-2011.
El desempe?o de Ra¨²l en siete a?os en el poder muestra avances notables en la puesta en marcha de reformas econ¨®micas y, en menor cuant¨ªa, pol¨ªticas. Las reformas son positivas, pero faltan varias cruciales, y las ya aprobadas van a paso lento, enfrentan obst¨¢culos y excesivas regulaciones e impuestos que provocan desincentivos e impiden su progreso; son insuficientes para resolver los problemas acumulados en 54 a?os de socialismo real. Ra¨²l ha anunciado su retiro en 2018 y le quedan poco m¨¢s de cuatro a?os para completar las reformas, pero insiste en que no hay que apurarse. La muerte de Hugo Ch¨¢vez, el deterioro de la econom¨ªa venezolana y la inestabilidad pol¨ªtica resultante de la controvertida elecci¨®n de Maduro son serios riesgos que deber¨ªan ser acicates para agilizar y profundizar las reformas.
Carmelo Mesa-Lago es catedr¨¢tico em¨¦rito de Econom¨ªa y Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Pittsburgh, autor de Cuba en la era de Ra¨²l Castro: Reformas econ¨®mico-sociales y sus efectos (Madrid: Editorial Colibr¨ª, 2012), y finalista del Premio Pr¨ªncipe de Asturias en Ciencias Sociales en 2009.
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