La leyenda (y el negocio) de una princesa que nunca muere
La investigaci¨®n policial de las nuevas evidencias sobre el tr¨¢gico accidente de Lady Di calientan la maquinaria promocional para el lanzamiento de su pel¨ªcula Hoy se cumple el 16? aniversario de su p¨¦rdida
Es dif¨ªcil encontrar a un brit¨¢nico que no recuerde qu¨¦ estaba haciendo el 31 de agosto de 1997, cuando llegaron las noticias de que el Mercedes donde viajaba Diana de Gales se hab¨ªa estrellado el Puente del Alma de Par¨ªs mientras era perseguida por los paparazzi. Han pasado 16 a?os desde su muerte pero Gran Breta?a sigue obsesionada con su princesa. La casa real no confirma actos conmemorativos oficiales, pero el d¨ªa no pasar¨¢ inadvertido, ni para los ciudadanos ni para los medios.
Es la fecha en la que los brit¨¢nicos dejaron a un lado su habitual reserva y se permitieron derramar l¨¢grimas; en la que se oblig¨® a los Windsor a mostrar compasi¨®n m¨¢s all¨¢ de las apariciones pactadas en actos de caridad. Con el tiempo el fantasma de Lady Di ha llegado a significar m¨¢s que una triste historia: es el s¨ªmbolo del poder igualador de la tragedia, un catalizador de sospechas sobre el orden establecido y un reclamo comercial que sigue vendiendo peri¨®dicos y reliquias. En los ¨²ltimos meses han sido subastados el vestido negro con el que bail¨® junto a John Travolta y el Audi descapotable que conduc¨ªa, y el museo de la moda de Londres exhibe bocetos de sus prendas dise?adas por Bellville Sassoon.
La alargada sombra de su figura explica algunos de los h¨¢bitos de la instituci¨®n de la monarqu¨ªa brit¨¢nica en la actualidad. Su influencia se nota en la concienzuda defensa de la privacidad del pr¨ªncipe Guillermo y en las causas humanitarias de Enrique, que retoma el trabajo de su madre con ni?os seropositivos y en los campos de minas de Angola. La duquesa de Cambridge, que ha heredado su anillo de pedida, la homenajea discretamente con su vestuario. Hasta se pod¨ªa intuir un gui?o a ella en la elecci¨®n del vestido de lunares al salir del hospital con su primog¨¦nito, el pr¨ªncipe Jorge de Cambridge. El comportamiento poco formal de Diana se dibuja, incluso, tras la participaci¨®n de Isabel II en los juegos ol¨ªmpicos, en los que la reina recibi¨® a James Bond en palacio. El fondo memorial de la princesa, creado para gestionar las donaciones que llegaron tras su muerte, fue este a?o absorbido por la fundaci¨®n del duque y la duquesa de Cambridge y el pr¨ªncipe Enrique y se encuentra inactivo. Su memoria queda en manos de sus hijos.
Era cuesti¨®n de tiempo que el mito (y el negocio) llegase a Hollywood. La mitificaci¨®n del personaje alcanza a la propia actriz Naomi Watts, generalmente inmune a las afectaciones de la profesi¨®n, que ha declarado que sinti¨® c¨®mo Lady Di le hab¨ªa ¡°concedido permiso¡± desde ultratumba para interpretarla. Coincidiendo con todo el despliegue promocional de la pel¨ªcula Diana, que narra los dos ¨²ltimos a?os de la vida de la princesa y llegar¨¢ a los cines en septiembre, siguen creciendo teor¨ªas de la conspiraci¨®n sobre su muerte.
Scotland Yard est¨¢ examinando nuevos datos sobre el accidente que apuntan a un miembro del ej¨¦rcito como mano negra. La informaci¨®n surgi¨® a ra¨ªz del juicio por posesi¨®n ilegal de armas del sargento Danny Nightingale. Uno de los testigos, denominado simplemente 'soldado N', hab¨ªa asegurado en el pasado que Diana de Gales, Dodi Al Fayed y el conductor Henri Paul hab¨ªan sido asesinados por un miembro de las fuerzas especiales, un dato que fue filtrado por sus exsuegros. Aunque la referencia sirvi¨® para remarcar su poca fiabilidad como testigo, la llama de la especulaci¨®n ha sido avivada por el hecho de que la polic¨ªa la tome en consideraci¨®n. Desde que en 2008 se cerr¨® la investigaci¨®n sobre el accidente, Scotland Yard no hab¨ªa tomado en serio ninguna de las acusaciones.
Teor¨ªas conspirativas no han faltado. Las m¨¢s persistentes mantienen que Diana estaba embarazada de Dodi y su familia pol¨ªtica quiso sofocar el esc¨¢ndalo, que los servicios secretos estaban implicados y que un exesp¨ªa del MI6 compar¨® los planes que se trazaron para acabar con ella a los pensados para el asesinato del presidente de Serbia. Para muchos, como es el caso del periodista de la BBC Nicholas Owen, quedan muchas preguntas por aclarar. Entre ellas, por qu¨¦ ninguna de las 14 c¨¢maras de seguridad del t¨²nel de la plaza del Alma captur¨® el accidente o si es cierto que el conductor llevaba encima una gran cantidad de dinero en efectivo. A Lady Di a¨²n le queda mucha historia.
Al habla con Naomi Watts
"Son tantas las cosas que nos intrigan de ella¡ Por eso su figura nunca muere", reflexiona Naomi Watts cuando se le pregunta por el magnetismo perpetuo de la princesa en su presentaci¨®n de la pel¨ªcula Diana en Los ?ngeles. "Es su mirada, a la vez vulnerable y fuerte, la compasi¨®n que sent¨ªa por los otros y la tristeza que irradiaba. Aparte de esa figura esbelta y gr¨¢cil". Watts comparte la idea de que fue "un extra?o accidente" el que acab¨® con su vida. Y precisa, en referencia a la persecuci¨®n de los paparazzi. "El inter¨¦s medi¨¢tico se sali¨® de madre, aunque es imposible precisar qui¨¦n alimentaba a qui¨¦n. Su fama era incre¨ªble y es imposible aguantar algo as¨ª a todas horas".
El filme defiende que el cardi¨®logo Hasnat Khan, con quien mantuvo una relaci¨®n en los ¨²ltimos 18 meses antes de su tr¨¢gica p¨¦rdida, fue el hombre de su vida. ¡°Esa es al menos mi esperanza, la de una Diana capaz de volver a amar, de tener hijos¡±, a?ade Watts.
La actriz estudi¨® al personaje al detalle. Ha confesado, por ejemplo, que ve¨ªa obsesivamente la entrevista que concedi¨® al periodista Martin Bashir en 1995. Hasta tal extremo de encontrarse practicando jogging y mir¨¢ndola en su iPhone mientras tanto. Todo por captar sus andares, su ca¨ªda de ojos o su manera de saludar. Hasta su risa. "Lo que m¨¢s me sorprendi¨® fue su sentido del humor. Uno no espera que una princesa cuente chistes. Me gust¨® su rebeld¨ªa", comenta.
De igual manera, la int¨¦rprete, que cumplir¨¢ 45 a?os coincidiendo con el estreno de la pel¨ªcula a finales de septiembre, es consciente de las cr¨ªticas que ha despertado su elecci¨®n para encarnarla por no ser lo suficientemente brit¨¢nica (naci¨® en Kent, pero se cri¨® en Australia), por ser m¨¢s bajita o por no tener su nariz. ¡°Aunque utilizamos una prost¨¦tica, nunca lleg¨® a ser la suya. La m¨ªa tiene la punta m¨¢s redondeada y la suya es m¨¢s angular. Habr¨ªa quedado muy grande si hubi¨¦ramos hecho otra cosa¡±, justifica.
El propio Khan, a quien la princesa lleg¨® a llamar Mister Wonderful, se ha sumado a las cr¨ªticas; no por Watts, sino por considerar que la cinta no cuenta su verdadera historia y est¨¢ basada en "hip¨®tesis y cotilleos". El cirujano paquistan¨ª romp¨ªa su mutismo en una entrevista en The Mail on Sunday declarando que nunca dio su aprobaci¨®n, que se neg¨® a cooperar en el guion y que no ha visto el resultado final. La leyenda de su relaci¨®n se?ala que Diana sal¨ªa disfrazada del palacio de Kensington con peluca y gafas para visitarle en el hospital o en el piso de Chelsea del m¨¦dico, donde hasta le ayudaba a hacer la colada. Incluso lleg¨® a visitar, gracias a la complicidad de su amiga la millonaria Jemima Khan, a la familia del m¨¦dico en Paquist¨¢n en busca de su aprobaci¨®n. La relaci¨®n con Dodi Al Fayed, y su escapada en yate por la Costa Azul, ser¨ªa tan solo una estrategia para despertar sus celos.
La muerte de ambos en coche trunc¨® sus vidas y la posibilidad de conocer el aut¨¦ntico trasfondo de esa historia. ¡°Nadie sabr¨¢ con seguridad lo que sent¨ªan el uno por el otro¡±, refrenda Watts. ¡°No puedo saber lo que habr¨ªa sido de ella de no haber tenido lugar el accidente. Pero s¨ª que nunca iba a ser una mujer normal porque siempre se ver¨ªa perseguida. Aunque tambi¨¦n ser¨ªa una persona buscando el amor, algo con lo que todos nos identificamos¡±.
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