Riesgo de par¨¢lisis

La renovaci¨®n del Tribunal Constitucional, boicoteada en los ¨²ltimos a?os por el Partido Popular como medio de mantener su cuota de influencia anterior a 2004, parec¨ªa poner a la instituci¨®n en v¨ªas de resolver algunos de sus problemas cr¨®nicos, en especial la exasperante lentitud con que resuelve los recursos que le llegan. La implantaci¨®n de una mayor¨ªa conservadora clara, objetivo perseguido por el PP desde 2004 y que ha conseguido tras su vuelta al Gobierno en noviembre de 2011, deb¨ªa tener al menos el efecto de poner fin a un periodo nada edificante de la historia del alto tribunal, convertido en plataforma de las pugnas pol¨ªticas entre partidos, como fue el caso del Estatuto catal¨¢n. Su pacificaci¨®n interna era condici¨®n indispensable para que el Tribunal retomara un ritmo de trabajo capaz de dar salida en un tiempo razonable al ingente trabajo acumulado.

Eso parec¨ªa. Pero la militancia oculta durante un tiempo de su presidente, Francisco P¨¦rez de los Cobos, en el Partido Popular siendo ya magistrado ha venido a enturbiar la situaci¨®n. Puesto que no dimiti¨®, como era de esperar en aras de la salud democr¨¢tica de la instituci¨®n, la situaci¨®n en la que ha quedado amenaza ahora con hipotecar toda la actuaci¨®n del Tribunal. Por lo pronto, deber¨¢ destinar importantes energ¨ªas en el inicio del nuevo curso a afrontar las consecuencias de no haber asumido en su momento la responsabilidad que le era exigible. El c¨²mulo de recusaciones anunciadas, todas leg¨ªtimas, no va a ayudar a mejorar el funcionamiento del Constitucional ni a restaurar su perdido prestigio.

M¨¢s all¨¢ de la legalidad de esa militancia partidista y de su ocultamiento por parte del propio presidente a la Comisi¨®n del Senado que dio el visto bueno a su nombramiento en octubre de 2010, el hecho incuestionable es que ese v¨ªnculo pol¨ªtico proyecta sobre P¨¦rez de los Cobos una sospecha de falta de imparcialidad que los litigantes ante el Tribunal Constitucional no van a dejar de utilizar como causa justificada de recusaci¨®n. Ese riesgo es el que ha llevado al propio P¨¦rez de los Cobos a admitir que sus colegas traten el asunto este mes de septiembre.

De momento, la Generalitat de Catalu?a ha anunciado la recusaci¨®n del magistrado en 24 litigios; el Parlamento catal¨¢n, en 7, y Asturias y la Junta de Andaluc¨ªa en 4 y 15 recursos, respectivamente. Pero no solo ¨®rganos institucionales, tambi¨¦n personas particulares, como el exmagistrado Baltasar Garz¨®n y Rafael Vera, han anunciado la petici¨®n de nulidad de decisiones que les afectan y en las que particip¨® P¨¦rez de los Cobos.

La situaci¨®n no ata?e, pues, solo al presidente, sino a la instituci¨®n entera. Si el Tribunal no encuentra la forma de alejar de P¨¦rez de los Cobos esa sospecha de parcialidad, las recusaciones anunciadas van a complicar a¨²n m¨¢s su funcionamiento, sin que sea descartable que, al hilo de alguna de ellas, se convierta de nuevo en plataforma de pugnas partidarias como en los tiempos del Estatuto catal¨¢n.