Un golpe de tim¨®n econ¨®mico
La recuperaci¨®n ser¨¢ ef¨ªmera si no se reconoce que es equivocado frenar la demanda de las familias, de las pymes y los gobiernos
En los ¨²ltimos meses hemos visto se?ales prometedoras de recuperaci¨®n econ¨®mica. Parece que el crecimiento vuelve a la zona euro. En Estados Unidos, los economistas predicen que 2014 puede ser el mejor a?o para el crecimiento desde 2005. China tambi¨¦n ha visto mejoras en el sector manufacturero.
Todas estas son buenas noticias, pero debemos ir m¨¢s all¨¢ de las cifras de los titulares y analizarlas en detalle. Hacerlo ofrece un panorama diferente y preocupante. El desempleo sigue en niveles inaceptablemente altos y se prev¨¦ que globalmente aumente desde los actuales 200 millones de desempleados hasta casi 208 millones para 2015. En la mayor¨ªa de los pa¨ªses del G20, las condiciones del mercado de trabajo han mejorado ligeramente o no han mejorado en los ¨²ltimos doce meses. En algunos casos, se han deteriorado de manera significativa.
Muchas de las personas que s¨ª tienen trabajo ocupan empleos de baja calidad, con frecuencia temporales, o trabajan involuntariamente a tiempo parcial. El promedio de los salarios reales ha ca¨ªdo o se ha ralentizado en numerosas econom¨ªas de pa¨ªses avanzados como Jap¨®n, el Reino Unido, Estados Unidos y Espa?a. Entre las econom¨ªas emergentes, los salarios reales presentan ritmos distintos. En algunos pa¨ªses est¨¢n creciendo con rapidez, pero en otros las tasas de crecimiento de los salarios est¨¢n todav¨ªa por debajo de los niveles previos a la crisis.
Las administraciones p¨²blicas deber¨ªan invertir m¨¢s y generar empleos a corto plazo
Mientras nos preparamos para la cumbre de l¨ªderes del G20 en San Petersburgo, Rusia, es probable que persistan las diferencias de opini¨®n sobre el mejor camino a seguir: pol¨ªticas de austeridad frente a pol¨ªticas de crecimiento. Sin embargo, en lo que todos coincidimos es en que globalmente existe un d¨¦ficit de demanda agregada. En otras palabras, la demanda total de bienes y servicios no es suficiente para emplear a los millones de personas que quieren trabajar o para dar a las empresas la confianza suficiente que les permita crecer. Cada componente clave de la demanda ¡ªgasto en consumo, inversi¨®n, gasto p¨²blico y exportaciones¡ª permanece por debajo de los niveles previos a la crisis.
Es un c¨ªrculo vicioso que comienza en el consumidor, causando una reacci¨®n en cadena en otros ¨¢mbitos y regresando al punto de partida: la demanda del consumidor se origina en los hogares, pero sus ingresos se han visto afectados por a?os de estancamiento de los salarios, lo que significa que no tienen los medios para comprar los bienes y servicios que podr¨ªan estimular el crecimiento. Esto, a su vez, afecta al nivel de inversi¨®n porque las empresas no invierten a menos que haya demanda. Las pol¨ªticas de austeridad que han aplicado muchos gobiernos en los ¨²ltimos a?os deprimen la demanda p¨²blica. Adem¨¢s, en el contexto internacional el comercio es un circuito cerrado, en el que no todo el mundo puede tener en el super¨¢vit comercial la v¨ªa para salir de la crisis.
La clave para romper el c¨ªrculo reside en la creaci¨®n de m¨¢s empleos de calidad y, al mismo tiempo, en el incremento de la productividad. Se trata de combinar pol¨ªticas econ¨®micas y laborales. Esto fue acordado en la reuni¨®n de los ministros de Trabajo y Empleo y de los ministros de Finanzas del G20 en Mosc¨² en julio 2013, la primera que celebraron de manera conjunta.
Donde se dispone de margen, los gobiernos deber¨ªan invertir en la construcci¨®n de carreteras, escuelas y otras infraestructuras que incrementar¨¢n la eficiencia de sus econom¨ªas a largo plazo y que al mismo tiempo crear¨¢n empleos a corto plazo. Australia, Canad¨¢, Indonesia y Jap¨®n han destinado importantes recursos a este tipo de inversiones en infraestructuras.
Los gobiernos deber¨ªan, adem¨¢s, incentivar a los bancos para que otorguen pr¨¦stamos a las peque?as y medianas empresas. Esto ayudar¨ªa a crear un clima nacional favorable a las inversiones y los negocios, lo cual generar¨ªa a su vez m¨¢s empleos de calidad.
Las pol¨ªticas del mercado laboral con frecuencia son percibidas como un ap¨¦ndice de las pol¨ªticas econ¨®micas, pero en realidad son decisivas para mejorar la demanda agregada. Estas pol¨ªticas comprenden el establecimiento de salarios m¨ªnimos y de pol¨ªticas que refuercen los v¨ªnculos entre la productividad y los salarios, ya que un incremento de los salarios generar¨ªa un aumento de la demanda. China ha adoptado activamente y con ¨¦xito estas pol¨ªticas que han resultado en incrementos anuales de dos d¨ªgitos en sus salarios m¨ªnimos durante los ¨²ltimos 20 a?os.
Un incremento de los salarios incentivar¨ªa un aumento de la demanda agregada
Tambi¨¦n son esenciales los programas que expanden los sistemas de protecci¨®n social para reforzar la capacidad de resistencia de las familias a los impactos econ¨®micos y para estimular la demanda agregada. Brasil est¨¢ llevando a cabo con ¨¦xito un programa dirigido a los m¨¢s pobres que combina las transferencias en efectivo, las oportunidades de empleo y el acceso a los servicios p¨²blicos.
Tenemos la esperanza de que lo estamos viendo sean los brotes verdes de la recuperaci¨®n, pero el crecimiento a¨²n es limitado y demasiado fr¨¢gil, y la situaci¨®n del empleo contin¨²a deterior¨¢ndose. Con una combinaci¨®n adecuada de pol¨ªticas econ¨®micas y de pol¨ªticas laborales podemos romper el c¨ªrculo vicioso que ha gripado la econom¨ªa mundial, restablecer el crecimiento econ¨®mico y crear m¨¢s y mejores empleos para la gente.
Hasta que no reconozcamos que las pol¨ªticas que frenan la demanda de las familias trabajadoras, de las peque?as y medianas empresas y de los gobiernos es una combinaci¨®n de pol¨ªticas equivocada, cualquier recuperaci¨®n econ¨®mica ser¨¢ ef¨ªmera.
Guy Ryder es director general de la OIT.
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