Visiones
?Para qu¨¦ decir que cien mil ya no buscan trabajo si puedes decir que treinta y uno lo han encontrado?
Van dos can¨ªbales, padre e hijo, por la selva y llegan a un calvero. All¨ª, disfrutando de los potentes rayos del sol tropical, hay una mujer blanca, rubia y bell¨ªsima, completamente desnuda. Los dos salvajes se quedan at¨®nitos contempl¨¢ndola. Al poco, el hijo pregunta: ¡°?Nos la comemos, pap¨¢?¡±. El padre le da una respuesta tajante: ¡°No. La cogemos, nos la llevamos a nuestra caba?a y nos comemos a tu madre¡±.
Los asistentes a la cena se r¨ªen con el chiste. Menos dos mujeres que le espetan al narrador: ¡°Eres un machista¡±. El hombre se disculpa y cambia de conversaci¨®n.
Unos d¨ªas despu¨¦s, en circunstancias parecidas, empieza otra historia:
Van dos mujeres can¨ªbales por la selva. Al llegar a un calvero, descubren a un hombre blanco bell¨ªsimo tomando el sol desnudo. La hija le propone a la madre com¨¦rselo. La madre dice: ¡°No. Lo cogemos, nos lo llevamos a casa y nos comemos a tu padre¡±.
Las mujeres que asisten a la cena se parten de risa, como los hombres. Nadie protesta. El narrador sabe que ha encontrado el punto de vista correcto.
Va un profesor de Historia en la Universidad del Pa¨ªs Vasco y cuenta la vida de Zumalac¨¢rregui metiendo alguna iron¨ªa sobre el personaje. Un alumno se levanta airado y le reprocha su tono: ¡°Zumalac¨¢rregui era un nacionalista¡±.
El profesor se queda desconcertado por un momento, pero reacciona: ¡°S¨ª, lo era, pero espa?ol¡±.
Un l¨ªo. Se monta la de Dios. ?Qu¨¦ le habr¨ªa costado al docente cambiar un poco el discurso? Podr¨ªa no haber a?adido lo de espa?ol, o podr¨ªa haber corregido su tono impertinente para referirse a un carlista que luchaba contra los borbones encarnados en los liberales bilba¨ªnos.
?Para qu¨¦ decir que 100.000 ya no buscan trabajo si puedes decir que 31 lo han encontrado?
Son ganas de dar la matraca.
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