?Vuelve la media!
D¨ªaz ha hecho una declaraci¨®n de principios ense?ando piernas robustas y pies bien asentados, paso firme y tac¨®n estable. Al igual que Cospedal, favorece la combinaci¨®n blanco y negro, porque su pol¨ªtica es un juego de damas.
No hay nada que fascine m¨¢s a la moda que el regreso de otra moda anterior. En la moda todo vuelve, las patas de elefante en los pantalones, los bolsos de Chanel con cadena dorada. Las d¨¦cadas se reestudian cada 20 a?os, la ropa se reactiva a trav¨¦s del revival mientras seguimos sin saber cu¨¢l es la diferencia entre retro y vintage. Salvo las hombreras, que se resisten por alguna patolog¨ªa poco analizada, la moda es esa gran vampira que jam¨¢s se cansa de retroalimentarse. Y cuando cre¨ªamos que las medias correr¨ªan igual suerte que las hombreras, aparece Susana D¨ªaz, la nueva hero¨ªna socialdem¨®crata, y en su puesta de largo como heredera del santo Gri?¨¢n, baja las escaleras del Parlamento andaluz con falda corta y medias.
Son cosas de la primera semana de septiembre. Como los ¡°visitantes¡± borrados del disco duro, dur¨ªsimo, del ordenador del se?or B¨¢rcenas probablemente por otros visitantes del mismo partido. O los 31 parados que bajaron la tasa de desempleo en agosto, uno por d¨ªa. Como la millonaria llegada de Gareth Bale, el segundo fichaje m¨¢s caro del club, con su cara de ni?o bueno y su relamido gesto de ofrecer un coraz¨®n hecho con sus manos al marcar un gol hecho con sus pies.
O la petici¨®n de vestir chistera en la boda religiosa de Fran Rivera, cuando ¨¦l luce una melena azabache sin ninguna cana al aire. Todo eso ha quedado turbado por las medias de la nueva presidenta de la Junta de Andaluc¨ªa. Es cierto que a las mujeres profesionales les disgusta que se analice su vestimenta, pero es que D¨ªaz ha hecho una declaraci¨®n de principios ense?ando piernas robustas y pies bien asentados, paso firme y tac¨®n estable. Al igual que Cospedal, D¨ªaz favorece la combinaci¨®n blanco y negro, porque su pol¨ªtica es un juego de damas. Y el estilo, un juego de detalles. Y all¨ª est¨¢n, protectoras, las medias transparentes gris claro con trama de topitos negros de D¨ªaz, que muchos han querido comparar a salpicaduras de los ERE.
Una vez que arriesgas as¨ª, no necesitas paraca¨ªdas. D¨ªaz las coordin¨® con unos zapatos peep-toe, que ense?an dos dedos del pie en su punta. Al vestirlos con medias, ha conseguido que se les llame Pepi-toes. ¡°No hay nada m¨¢s sorprendente que mostrar los dedos con media y, encima, con las u?as esmaltadas¡±, me comenta airada una anfitriona al tel¨¦fono. Pero eso a D¨ªaz no la amilana. Ella se ha propuesto aniquilar la corrupci¨®n y devolverle a la media su santo y se?a. ¡°La media estaba pr¨¢cticamente olvidada. Tanto aqu¨ª como en Am¨¦rica. Salvo Beyonc¨¦, que jam¨¢s se la quita. La tendencia es piel muy hidratada y la falda un poquito m¨¢s larga cuando las rodillas hablan m¨¢s de la cuenta¡±, agrega una conocida presentadora. Pero D¨ªaz sabe lo que hace, como buena pol¨ªtica asume que as¨ª enviar¨¢ el mensaje correcto: lo preocupante no es el tren inferior sino lo que soportan los hombros desnudos bajo un blazer.
Ojo, Susana D¨ªaz, la media es muy traicionera. ?Cuidado con ella! Genera pol¨¦mica y puede fastidiar, y mucho, la foto. ¡°Cualquier rayito de luz las delata con brillos y queda poco renovadora¡±, explica una fuente que prefiere permanecer an¨®nima. Por eso las damas de la lista de las m¨¢s elegantes invierten horas y muchos cuidados en escogerlas y preservarlas. Es casi m¨¢s complicado que formar un buen equipo de Gobierno auton¨®mico. Pero todos entendemos que eso no es lo que m¨¢s te preocupa ahora que debes plantarle cara a tu verdadera rival pol¨ªtica y est¨¦tica, la jueza Alaya. Ella, con sus trolleys justicieros. T¨², con tus pantys bien puestos.
Por un ratito, las medias de D¨ªaz nos permiten alejarnos de esos otros topitos de atenci¨®n. Es posible que el caso Urdangarin se traslade al Tribunal Supremo de Valencia a cambio de imputar a los excelent¨ªsimos se?or Camps y se?ora Barber¨¢, y terminar all¨ª sus d¨ªas mientras observamos en la tele la bella comodidad del achocolatado exilio de los Urdangarin Borb¨®n en Suiza. Tal y como debe ser un exilio. Parece que verse rodeado de fot¨®grafos irrit¨® al duque mientras pisaba los adoquines de su nueva ciudad, pero las im¨¢genes ilustran que vivir¨¢n en una zona noble de la villa donde muri¨® asesinada Sissy Emperatriz. En realidad no es un exilio, es como un premio. Van a vivir en la propiedad de los herederos de Ferdinand de Saussure, padre de la ling¨¹¨ªstica moderna, quien nos convenci¨® de que la palabra, el signo ling¨¹¨ªstico, tiene dos caras inseparables: el significante y el significado. Igual que los duques de Palma.
Llevar¨¢n, por fin, esa vida de ricos, comprando quesos org¨¢nicos en los mercadillos, observando crecer los manzanos durante la primavera, acudiendo a los conciertos de la Filarm¨®nica en el Victoria Hall. Caminando lento en las tardes de sol. Muchos en la televisi¨®n han declarado estupor ante estas im¨¢genes, pero en realidad no habr¨ªa que alarmarse tanto, hay un cierto ejercicio de transparencia en ellas. Constatan que aunque la justicia es igual para todos, los privilegios siguen siendo de unos pocos. Pasados unos meses de adaptaci¨®n, a lo mejor el duque decide probar suerte otra vez con sus empresas y abre un peque?o despacho de quesos o chocolates suizos org¨¢nicos y recupera sus sue?os empresariales que en Espa?a, pues, no supimos entender. Un final sano y feliz para todos.
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