La decepci¨®n
El sistema de elecci¨®n del COI impide extraer lecciones de la derrota de Madrid 2020 frente a Tokio
La candidatura Madrid 2020, que intentaba por tercera vez consecutiva convertirse en sede ol¨ªmpica, volvi¨® a fracasar y lo hizo de una manera sorprendente al ser descabalgada en la primera ronda de votaciones frente a Estambul y Tokio tras haber partido como favorita. Es una derrota decepcionante que no deber¨ªa achacarse en su totalidad a la calidad del proyecto. El sistema de elecci¨®n, con voto secreto, del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) imposibilita conocer qu¨¦ razones inclinaron finalmente anoche la balanza en contra de Madrid.
La candidatura espa?ola merec¨ªa m¨¢s. Exhib¨ªa la mayor aceptaci¨®n popular de las tres en liza y su candidatura, madurada durante casi ocho a?os, era solvente y austera. Con el 80% de las infraestructuras ya construidas, era la capital que menor inversi¨®n hubiera requerido ¡ª1.518 millones de euros¡ª de haber sido la elegida. Exhib¨ªa, adem¨¢s, una razonable calidad y cantidad de comunicaciones (mejor que Estambul), si bien Tokio, la finalmente designada como sede ol¨ªmpica, se presentaba como el rival m¨¢s duro con un proyecto muy potente y sin los problemas financieros de las otras dos. El municipio de Madrid es el m¨¢s endeudado de Espa?a. Organizar los Juegos Ol¨ªmpicos en 2020 habr¨ªa sido un importante bal¨®n de ox¨ªgeno para la ciudad y para todo un pa¨ªs sumido en la recesi¨®n y en el desbocado desempleo.
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El problema del sistema de votaci¨®n del COI es que resulta dif¨ªcil aprender de la derrota. Imposible saber cu¨¢les han sido los defectos en el terreno deportivo y organizativo de una candidatura. Tokio tambi¨¦n apost¨® por organizar los juegos de 2016 que finalmente se llev¨® R¨ªo de Janeiro, pero en aquella votaci¨®n Madrid super¨® a la capital japonesa en las primeras rondas, lo que da idea de la igualdad de ambas candidaturas tanto entonces como ahora. Cierto que entre ambas votaciones estall¨® la crisis econ¨®mica que ha debilitado de forma importante la imagen de Espa?a en el exterior. Los esc¨¢ndalos de dopaje tampoco han ayudado.
Tokio organizar¨¢ por segunda vez en la historia unos Juegos Ol¨ªmpicos. Su candidatura era s¨®lida y haberla rechazado por las fugas radiactivas de Fukushima originadas tras el terrible tsunami de 2011 habr¨ªa sido injusto. A Madrid, por su parte, una vez digerida la derrota, le toca reflexionar sobre la conveniencia de seguir insistiendo ante el COI o centrarse en una gesti¨®n municipal que logre enjugar la deuda desterrando por el momento su sue?o ol¨ªmpico. Se impone un an¨¢lisis fr¨ªo de la misma manera que se impone que Espa?a sortee esta crisis e imprima un nuevo impulso al deporte. Barcelona 92 fue un importante acicate para poner en marcha un programa de apoyo a los deportistas que cosech¨® un gran ¨¦xito. Si bien es un mal generalizado ahora en este pa¨ªs, no resulta convincente apostar tanto por conseguir la sede ol¨ªmpica mientras se desasiste a sus deportistas a causa de los recortes.
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