Un sue?o para la era digital
M¨¢s de 2.000 millones de personas viven en la era digital. Hay que cerrar la brecha con los casi 5.000 millones que siguen en la del papel
Hace cincuenta a?os, Martin Luther King so?¨® con unos Estados Unidos que un d¨ªa pudieran cumplir la promesa de igualdad para todos sus ciudadanos, sean blancos o negros. Hoy Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, tambi¨¦n tiene un sue?o: dar acceso a Internet a los 5.000 millones de personas del planeta que no lo tienen.
La visi¨®n de Zuckerberg puede parecer un intento interesado de lograr m¨¢s usuarios de Facebook. Sin embargo, hoy el mundo se enfrenta a una creciente brecha tecnol¨®gica que tiene implicaciones para la igualdad, la fraternidad y la libertad, y el derecho a buscar la felicidad no menos urgentes que la divisi¨®n racial contra la que predicara King.
En todo el planeta, m¨¢s de 2.000 millones de personas viven en la era digital. Pueden acceder a un vasto universo de informaci¨®n, comunicarse por poco o nada con sus amigos y familiares, y conectarse con otras personas con las que tienen la posibilidad de colaborar de nuevas maneras. Los otros 5.000 millones siguen viviendo en la era del papel en que creci¨® mi generaci¨®n.
En aquellos d¨ªas, si uno deseaba averiguar algo pero no pose¨ªa una costosa enciclopedia (o la que ten¨ªa no estaba tan al d¨ªa como para contener esa informaci¨®n), hab¨ªa que ir a la biblioteca y dedicar horas a encontrarla. Para comunicarse con amigos o colegas que residieran en el extranjero hab¨ªa que escribirles una carta y esperar al menos dos semanas para recibir respuesta. Las llamadas telef¨®nicas internacionales eran prohibitivas, por costosas, y la idea de ver a alguien mientras conversaba con uno era cosa de ciencia ficci¨®n.
Bill Gates carece de una conciencia visionaria de c¨®mo puede beneficiar Internet a los pobres
Internet.org, una iniciativa de colaboraci¨®n global a la que Zuckerberg dio inicio el mes pasado, se propone hacer que los dos tercios de la poblaci¨®n mundial sin acceso a Internet se integren en la era digital. Participan de ella siete importantes compa?¨ªas de tecnolog¨ªa de la informaci¨®n, as¨ª como organizaciones sin fines de lucro y comunidades locales. Sabiendo que no se puede pedir a la gente que opte entre comprar comida y comprar datos, la iniciativa buscar¨¢ lograr medios m¨¢s novedosos y baratos de conectar ordenadores, desarrollar programas inform¨¢ticos m¨¢s eficaces y explorar nuevos modelos de negocios.
Bill Gates, fundador de Microsoft, ha sugerido que el acceso a Internet no es una prioridad importante para los pa¨ªses m¨¢s pobres y que es m¨¢s urgente luchar contra problemas como la diarrea o la malaria. No puedo sino alabar sus esfuerzos por reducir la cantidad de v¨ªctimas de estas enfermedades, que afectan principalmente a los m¨¢s pobres. Sin embargo, es curioso que su visi¨®n parezca carecer de una conciencia m¨¢s visionaria de c¨®mo Internet puede transformar esas vidas. Por ejemplo, si los agricultores pudieran recibir predicciones m¨¢s precisas sobre d¨®nde plantar sus semillas u obtener precios m¨¢s altos para sus cosechas, les ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil pagar la instalaci¨®n de redes sanitarias, de manera que sus hijos no contraigan la diarrea, o mallas para las camas con el fin de proteger a sus familias contra la malaria.
Hace poco, un amigo que trabaja dando consejos a los keniatas pobres sobre planificaci¨®n familiar me cont¨® que a su cl¨ªnica llegaban tantas mujeres que no pod¨ªa dedicar m¨¢s de cinco minutos a cada una. Mujeres que tienen una sola fuerte de informaci¨®n y una sola oportunidad para obtenerla; si tuvieran acceso a Internet podr¨ªan tenerla ante sus ojos siempre que quisieran.
M¨¢s a¨²n, ser¨ªa posible realizar consultas en l¨ªnea, con lo que las mujeres se ahorrar¨ªan tener que ir a la cl¨ªnica. El acceso a Internet tambi¨¦n permitir¨ªa dar un rodeo al problema del analfabetismo, aprovechando las s¨®lidas tradiciones orales de distintas culturas rurales y haciendo posible que las comunidades creen grupos de autoayuda y compartan sus problemas con personas en situaciones semejantes en otros pueblos.
Lo que es v¨¢lido para la planificaci¨®n familiar tambi¨¦n lo es para una amplia variedad de temas, especialmente aquellos de los que es dif¨ªcil hablar, como la homosexualidad y la violencia en el hogar. Internet est¨¢ ayudando a muchas personas a comprender que no est¨¢n solas y que pueden aprender de la experiencia de los dem¨¢s.
Proveer acceso universal a la Red es un proyecto tan grande como la secuenciaci¨®n del genoma humano
Si ampliamos todav¨ªa m¨¢s nuestra visi¨®n, no resulta absurdo esperar que puedan establecerse v¨ªnculos y conexiones entre los m¨¢s pobres y las personas con m¨¢s medios materiales, elevando as¨ª los niveles de ayuda y asistencia. Los estudios demuestran que es m¨¢s probable que alguien done a una organizaci¨®n caritativa contra el hambre si se le muestra una fotograf¨ªa y se le se?ala el nombre y la edad de una ni?a como las que reciben su ayuda. Si apenas una foto y unos cuantos detalles de identificaci¨®n pueden hacer eso, ?qu¨¦ podr¨ªa lograrse con una conversaci¨®n por Skype?
Proveer acceso universal a Internet es un proyecto similar en escala al de la secuenciaci¨®n del genoma humano y, al igual que este, generar¨¢ nuevos problemas y temas ¨¦ticos sensibles. Los estafadores en l¨ªnea tendr¨¢n acceso a un p¨²blico nuevo y tal vez m¨¢s ingenuo. Las violaciones a los derechos de autor se generalizar¨¢n a¨²n m¨¢s que hoy (aunque no costar¨¢n a sus propietarios mucho dinero, ya que es muy improbable que los pobres puedan comprar libros y otros materiales patentados).
M¨¢s a¨²n, las caracter¨ªsticas distintivas de las culturas locales quiz¨¢ resulten afectadas, lo que tiene un lado bueno y uno malo, ya que estas pueden restringir las libertades y negar la igualdad de oportunidades. Sin embargo, en general es razonable esperar que dar acceso a los pobres del mundo al conocimiento y la interacci¨®n con otras personas de cualquier lugar del planeta tenga un muy positivo poder de transformaci¨®n social.
Peter Singer es profesor de Bio¨¦tica en la Universidad de Princeton y profesor laureado de la Universidad de Melbourne. Entre sus publicaciones se encuentran '?tica pr¨¢ctica, Un solo mundo' y 'La vida que puedes salvar'.
? Project Syndicate, 2013.?www.project-syndicate.org
Traducci¨®n de David Mel¨¦ndez Tormen
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