Pero aqu¨ª, ?qui¨¦n dimite?
La desaparici¨®n de Gerard Mortier del Teatro Real frustra un proyecto ambicioso, inteligente y renovador para la ¨®pera en el escenario madrile?o. Ha sido un director art¨ªstico innovador, pol¨¦mico, tan apreciado como denostado, que a nadie dejaba indiferente.
Mortier, durante los a?os que ha ocupado el cargo de director art¨ªstico del Real, se ha relacionado con gran habilidad con los poderes f¨¢cticos que le han permitido hacer posible sus objetivos. Aunque estas mismas personas han sido los que le han traicionado.
Mortier, que se ha enterado por la prensa de que ha sido cesado, cree que alg¨²n miembro del Patronato tendr¨ªa que haber dimitido. Pero aqu¨ª, ?qui¨¦n dimite? Ahora ya nadie se siente identificado con el proyecto de Mortier. Ya no se escuchan las voces de los que se creen grandes valedores de la cultura por el simple hecho de ser miembros del Patronato del Teatro Real. Su actitud demuestra lo que por todos era bien conocido, que, salvo honrosas excepciones, solo est¨¢n ah¨ª por razones sociales. Ajenas a las culturales.
No creo en el triunfalista eslogan repetido en estos ¨²ltimos a?os, ¡°Hemos colocado el Teatro Real en el mundo¡±. Todav¨ªa no. Pero en cambio, Mortier ha hecho posible una nueva oferta, repertorios poco conocidos, producciones esc¨¦nicas innovadoras y, sobre todo, un trabajo excepcional en la mejora de la orquesta y coro.
Qu¨¦ desolaci¨®n produce esta vuelta atr¨¢s. En una sociedad abierta y democr¨¢tica, las soluciones pasan por la confrontaci¨®n de proyectos y negociaci¨®n de resultados. Desafortunadamente, no ha sido as¨ª. No se han tenido en cuenta los inteligentes argumentos ni las propuestas de Mortier para la elecci¨®n del nuevo director art¨ªstico. La patada a Mortier es el s¨ªmbolo del triunfo de la mediocridad que atraviesa nuestro pa¨ªs.
Pero... qu¨¦ se puede esperar de los protectores, amigos y patronos de este teatro, que se refugian en el silencio en lugar de mostrar su compromiso con el proyecto por el que hab¨ªan sido nombrados.
Qu¨¦ se puede esperar de estas personas, si algunos de ellos son capaces de estar escribiendo notas de trabajo o mandar mensajes de m¨®vil durante el Agnus Dei del Requiem de Verdi.¡ª Ana Arambarri.
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